El pasado 19 de noviembre realicé en Alcalá de Henares la presentación del libro: El Empecinado, la vida de Juan Martín Díez; ocasión que aproveché para hablar del combate que tuvo el Empecinado contra los franceses en el puente sobre el Henares junto a la cuesta de Zulema, el 22 de mayo de 1813. Para preparar la charla tiré de los apuntes reunidos durante la elaboración del libro, sobre todo los recogidos del expediente para la concesión al Empecinado de la Cruz de Tercera Clase de la Orden de San Fernando, donde 14 testigos, más varias autoridades de Alcalá de Henares, Torrejón y San Fernando declaran sobre lo acontecido aquel día.
A continuación dejo los apuntes en bruto, tal y como los utilicé para el libro, y fotos y montajes que preparé para la charla en la sede del Círculo de Contribuyentes de Alcalá de Henares.
COMBATE EN EL PUENTE DE ZULEMA (ALCALÁ DE HENARES) EL DÍA 22 DE MAYO DE 1813
2.200 franceses
180 caballos
2 cañones
El Empecinado 1.200 hombres
El Empecinado tiene noticia de que una columna francesa de infantería está recorriendo la comarca de Alcalá de Henares ordenando la entrega de una gran contribución a todos los pueblos (sobre todo a Meco y Alcalá). Con toda la caballería y las compañías de Cazadores y Granaderos de los Voluntarios de Madrid, Tiradores de Sigüenza, Voluntarios de Guadalajara y Cazadores de Cuenca se pone en marcha desde Guadalajara para Arganda, pero al llegar a Torres, en la mañana del 21 de mayo de 1813, se entera de que los franceses se han retirado de los Santos, junto con los que se encontraban en Loeches, y se han dirigido a San Fernando.
El Empecinado divide la caballería dejándola en Torres de la
Alameda y en Ajalvir, mandando a la infantería a Alcalá ordenando que todos los
hombres acampen en la plaza mayor y permanezcan agrupados, formando pabellones
con las armas.
Se colocan guardias en las puertas de la población.
A las 3 de la mañana el Empecinado en persona da la orden
para que toda la columna, en silencio, marche hacia el puente sobre el Henares
saliendo por la puerta del Vado
Durante la marcha se oyen algunos disparos hacia la
carretera de Madrid y se dispone que una fuerza cubra el avance por la derecha.
En la vanguardia del puente se emplazan las compañías de
cazadores de Voluntarios de Madrid y Tiradores de Sigüenza. La avenida de
Arganda queda cubierta con la compañía de granaderos de Cuenca y la de
Cazadores de Voluntarios de Guadalajara. En retaguardia, en el camino de los
Santos, 50 hombres de observación.
Los franceses entran en la población y tocan llamada
española con el objeto de rendir las tropas al creer que están alojadas o
acuarteladas. A las primeras luces del día 22 salen de la ciudad camino del
puente.
El Empecinado reordena sus tropas mandando a los granaderos
de Guadalajara y Sigüenza que se coloquen en una nevera a retaguardia del
puente. Cuenca, a la derecha del puente y el resto de la columna sobre el
camino de los Santos, en una pequeña eminencia.
Se inicia un fuego de guerrillas, ante el empuje francés las
guerrillas del Empecinado cruzan el puente y comienza un fuego de fusilería y
artillería por parte de los franceses que dura unas 3 horas. La artillería
derriba parte de las barandas del puente. La caballería francesa queda en
retaguardia, detrás de un molino que hay frente al puente, ya que no es terreno
propicio para maniobrar.
Los franceses concentran algunos hombres en la alameda
frente al puente para desviar la atención, mientras que una columna de unos 300
franceses pasa el río por su izquierda por el vado de Lavapellejos y atacan el
flanco derecho de las tropas del Empecinado. Es rechazada por los tiradores de
Cuenca que se les ordena ocupar el vado.
Los franceses se reúnen e intentan un ataque global
protegido por su artillería, pero no consiguen cruzar (algunos llegan a entrar
en el puente, pero son desalojados a bayonetazos) y terminan retirándose hacia
San Fernando. La retirada es cubierta por la caballería y la artillería
manteniendo alejado al empecinado que sale en su persecución.
De Torrejón sale un refuerzo francés que se une a los que se
retiran desde Alcalá de Henares e intentan oponerse al Empecinado en el puente
de Torote, pero desisten y continúan retirándose hacia San Fernando. Al
Empecinado se le ha unido parte de su caballería y los franceses temen el
enfrentamiento directo.
Durante el combate en el puente se ha obligado, por parte de
los franceses, a miembros del ayuntamiento de Alcalá de Henares que se
encarguen de reunir telas para vendas destinadas a los heridos, además se les
ordena que preparen una gran sala para destinarla a hospital. Al tener que
retirarse se llevan a varias autoridades como rehenes, siendo colocados a
vanguardia de la columna francesa. Al llegar a San Fernando son liberados.
Los franceses no volverán más a Alcalá de Henares y no
podrán recoger la gran contribución exigida. Pocos días después abandonan la
provincia de Madrid.
El Empecinado por esta acción es condecorado con la Cruz de
Tercera Clase de la Orden de San Fernando y en 1816 se levanta un monumento
conmemorativo junto al puente. El monumento será derribado en 1823 y años
después se instalará una columna con el busto de Juan Martín en la calle que
lleva a la puerta del Vado, a la calle se la pone por nombre de El Empecinado.
El puente original no existe, únicamente sus pilares que han sido aprovechados
para levantar una pasarela; fue destruido por la explosión de un polvorín
situado en la elevación que había frente al puente.