Hallan diez esqueletos y munición del siglo XIX en El Carrascal
Los restos pueden pertenecer a soldados de artillería del Ejército napoleónico fusilados en 1809
Ainara Izko - Martes, 13 de Enero de 2015 - Actualizado a las 06:06h
El pasado mes de diciembre se encontraron en El Carrascal (Unzué) diez esqueletos que podrían corresponder a otros tantos soldados de artillería del Ejército napoleónico fusilados en la zona en 1809.Y es que, al parecer, los datos concuerdan con la información histórica que sitúa el apresamiento y muerte de soldados de artillería del Ejército napoleónico por el Corso terrestre de Navarra, (partida guerrillera contra Napoleón) en la zona de El Carrascal. Los hechos ocurrieron al comienzo de la Guerra de Independencia, en agosto de 1809, estando al frente de la operación el guerrillero Javier Mina, sobrino de Francisco Espoz y Mina.
Sin embargo, Raquel Unanua y Nicolás Zuazuá, los arqueólogos de la empresa Runa GPH que están al frente de la excavación de urgencia promovida por la Dirección de General de Cultura (y que finalizará entre hoy y mañana), tampoco descartan que procedan de la Primera Guerra Carlista, si bien se decantan más por la hipótesis de la Guerra de Independencia dado que “en Navarra la Primera Guerra Carlista no tuvo tanto impacto”.
En un principio, sin embargo, pensaron que podrían tratarse de los cuerpos de los ocho vecinos de Corella fusilados en esta zona boscosa durante la Guerra Civil, aunque descartaron esta opción al hallar, en un primer sondeo, una bala redonda de plomo alojada en uno de los cráneos. Tras desbrozar el área en cuestión, descubrieron una fosa de 6,60 metros de longitud en la que yacían, alineados en dos filas, los restos de diez individuos dispuestos boca arriba, decúbito supino. La ordenación colectiva de los cuerpos es indicativa de un depósito colectivo y simultáneo. Los cadáveres, al parecer, corresponderían a hombres jóvenes, de entre 18 y 25 años. Junto a ellos no se ha encontrado ningún elemento propio de la vestimenta, ni uniformes, ni monedas, ni collares, “dificultando la datación de los restos”, lamentan los arqueólogos. Su aparente desnudez a la hora del enterramiento cobra fuerza “al estudiar la colocación de algunas extremidades como los pies”, ya que se descarta que llevasen zapatos.
En total, se han encontrado cuatro proyectiles impactados en los huesos (dos en cráneos, otro en la zona mandibular y un cuarto alojado en el fémur), así como otras heridas relacionadas con el empleo de armas de fuego. “No sabemos si los fusilaron o si murieron en alguna batalla” subraya, no obstante, Unanua. Se trata, en todo caso, de munición de plomo de forma cilíndrica, característica de los fusiles de avancarga empleados durante las contiendas del siglo XIX. Cabe recordar que la zona de El Carrascal fue lugar de frecuentes escaramuzas durante esta contienda, ya que era paso obligado para el aprovisionamiento y comunicación entre dos importes plazas fuertes en poder de los franceses: Pamplona y Tafalla.
El hallazgo se produjo cuando la Mancomunidad de Mairaga abrió una zanja para arreglar una avería en la red de suministro de agua. “Nadie tenía constancia de la existencia de estos cuerpos. Se han encontrado por casualidad porque coincidió que el tubo que conduce el agua desde el depósito hasta las casas situadas junto a la estación de tren se rompió al ceder el terreno de los enterramientos” explica el alcalde de Unzué, José Luis Irisarri.
Una vez concluyan los trabajos de arqueología, los restos se depositarán en los fondos de arqueología de Cordovilla, donde se procederá a su estudio y publicación. El antropólogo forense Francisco Etxeberria será quien analice los restos. De hecho ya ha revisado superficialmente la fosa, participando en el registro fotográfico y gráfico de la misma.