CÁDIZ DURANTE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA Y EN LA ACTUALIDAD
PANORÁMICA DE CÁDIZ DESDE LA TORRE TAVIRA
El 4 de febrero de 1810 llega el mariscal francés Victor a las puertas de Cádiz; viene pisando los talones a las tropas españolas del duque de Alburquerque que, tras una penosa marcha a contrarreloj, logra entrar en la plaza antes que los soldados napoleónicos, consiguiendo reforzar la guarnición de Cádiz con sus hombres.
Acabo de recibir oficio del duque de Alburquerque, escrito ayer en las Cabezas [de San Juan], avisando que viene con sus tropas a replegarse sobre esta plaza. Dos edecanes suyos aseguran que llegará mañana al Puerto y yo le despacho expreso para que, forzando la marcha, avance hasta la Isla, lo que pongo en consideración con V.E. para su noticia, y que se deba dar las disposiciones convenientes al recibir sus tropas.
31 de enero de 1810
Francisco Venegas a don Francisco Xavier Castaños
ES.28079.Archivo Histórico Nacional/1.1.34//ESTADO,84,A
El mariscal francés realiza un reconocimiento de la zona e intenta vencer la defensa existente en el puente de Zuazo, único paso transitable hacia la Isla de León, pero es rechazado por las tropas que defienden la línea defensiva.
PUENTE DE ZUAZO
A partir de este instante y hasta el 25 de agosto de 1812 Cádiz sufrirá un asedio muy diferente a los efectuados a otras ciudades españolas durante la presente guerra. La peculiar situación de la población gaditana hace muy difícil su ataque, obligando a los franceses a bombardear la ciudad desde una posición alejada, limitando el efecto de los disparos. También al tener una puerta abierta hacia el mar se mitigan los efectos del asedio, siendo la población abastecida y recibiendo refuerzos por esta vía.
ES.28079.AHN/5.1.145.4.1.1.17.18//DIVERSOS-COLECCIONES,108,N.36
Se puede decir que es la ciudad más importante de España al instalarse en ella la Regencia, recientemente creada al ser suprimida la Junta Central Suprema, y ser la base desde donde se intenta centralizar la defensa nacional ante el invasor francés. Entre sus muros se aloja la alta burguesía y aristocracia que han venido huyendo de los imperiales formándose una sociedad variopinta, al mezclarse con los gaditanos, que asentará las bases del liberalismo en busca de un modelo de gobierno moderno, lejos de las ataduras del absolutismo. La libertad de prensa permitirá la aparición de varios periódicos que ayudan, junto a las tertulias, a facilitar el diálogo y dar voz a todas las opiniones. Lástima que en el futuro, con el retorno al trono de Fernando VII, el rey felón, todos estos avances serán eliminados volviendo al oscurantismo anterior.
Cádiz 21 de agosto [1812]
Mi querido sobrino Andrés. He recibido tu última, en la que me dices que desearías salir a comandante [del regimiento de caballería Calatrava], sin embargo de que conoces no tienes los méritos necesarios y solo por ser del nacimiento que eres o por tu clase; cualesquiera que te oiga creerá que hace mucho tiempo no has estado aquí o que no has estado nunca, y aun que ignoras el orden que se observa aun antes de esta época, es decir en los dos años últimos que mandaba el Príncipe de la Paz, pues no se ascendía sino por los escalones que era regular, pero prescindamos de esta época; como quieres que Perico [Infantado] fuese a perjudicar a otro que hubiese con más merito que tu, ya por tiempo, ya por grado, ya por servicios efectivos y reales, cuando todos los días no hacen ya las Cortes, ya los periodistas otra cosa que gritar contra la arbitrariedad y antiguas costumbres, privilegios y distinciones, principalmente en la clase [nobleza], que a la verdad ha dado muy pocas pruebas, por servicios personales, hacia la causa justa que se defiende, pues los pocos que había en estado de continuar, se han retirado, cuando más debían servir y seguir con constancia, como lo hacen los señores de Inglaterra, ricos y con muchas conveniencias, sirven todos; que gloria no sería ahora para los de la clase entrar en Madrid con sus cuerpos, y no que los verán de paisanos y acaso los escupirán y harán muy bien por que han abandonado la causa, aquella gente que ha estado siempre dando el ejemplo de constancia y patriotismo a pesar de los reveses que han tenido y que tantas veces le ha burlado la fortuna, hasta que ya por fin la han alcanzado y han logrado su libertad…..
Mi querido sobrino Andrés. He recibido tu última, en la que me dices que desearías salir a comandante [del regimiento de caballería Calatrava], sin embargo de que conoces no tienes los méritos necesarios y solo por ser del nacimiento que eres o por tu clase; cualesquiera que te oiga creerá que hace mucho tiempo no has estado aquí o que no has estado nunca, y aun que ignoras el orden que se observa aun antes de esta época, es decir en los dos años últimos que mandaba el Príncipe de la Paz, pues no se ascendía sino por los escalones que era regular, pero prescindamos de esta época; como quieres que Perico [Infantado] fuese a perjudicar a otro que hubiese con más merito que tu, ya por tiempo, ya por grado, ya por servicios efectivos y reales, cuando todos los días no hacen ya las Cortes, ya los periodistas otra cosa que gritar contra la arbitrariedad y antiguas costumbres, privilegios y distinciones, principalmente en la clase [nobleza], que a la verdad ha dado muy pocas pruebas, por servicios personales, hacia la causa justa que se defiende, pues los pocos que había en estado de continuar, se han retirado, cuando más debían servir y seguir con constancia, como lo hacen los señores de Inglaterra, ricos y con muchas conveniencias, sirven todos; que gloria no sería ahora para los de la clase entrar en Madrid con sus cuerpos, y no que los verán de paisanos y acaso los escupirán y harán muy bien por que han abandonado la causa, aquella gente que ha estado siempre dando el ejemplo de constancia y patriotismo a pesar de los reveses que han tenido y que tantas veces le ha burlado la fortuna, hasta que ya por fin la han alcanzado y han logrado su libertad…..
Los del Trocadero tirotean aun a Cádiz. Queda tuyo siempre tu tío que más te quiere
Estanislao Arteaga
porque tirabuzones eran llamados, por tener forma de tales, los rizos que entonces gastaban las mujeres, para formar los cuales se sujetaba el pelo con pedazos muy pequeños de plomo. Otras coplas semejantes eran aplaudidas. En el teatro, un actor llamado Navarro solía componerlas de repente, tomando con frecuencia por argumento las bombas, y era de ver con qué palmadas eran recibidas tales sandeces, siendo, por otro lado, acreedores a alguna consideración así los compositores de tan malos versos como sus aprobantes, porque unos y otros declaraban cuán alegremente resuelta a resistir al enemigo seguía la nación española, compendiada, y también representada, en la población de Cádiz.
…
El teatro de Cádiz estaba a la sazón bastante expuesto a las bombas en días en que ya era costumbre en los enemigos dispararlas, en cada veinticuatro horas, cinco o seis veces. Cabalmente, la hora de la representación vino a ser la en que, guardando el acostumbrado período, debían los franceses hacer fuego. No fue, pues, muy numerosa la concurrencia, aunque tan poco, por demás, escasa. En actores y espectadores reinaba un loco entusiasmo. Los primeros, celosos parciales de las reformas a cuyos contrarios ridiculizaba la piececilla, se esforzaban por realzarle el mérito, haciendo con empeño sus papeles. Los segundos, casi todos de las mismas ideas, contándose entre ellos no pocos amigos del poeta, se reían hasta desternillarse, y se desgajaban dando palmadas. En medio de esto, oyóse el conocido estampido de los obuses de la opuesta enemiga costa. Al principio no fue grande el terror; pero quiso la casualidad que una granada viniese a atravesar por encima del teatro, próxima ya a caer, y que pasase casi raspando con su techo, hasta dar en una casa separada del edificio, y aun del tablado, por una calle de poca anchura. El ruido del proyectil en el aire sonó tremendo en el teatro; sobrecogiéronse actores y oyentes; paró por algunos instantes la representación, y huyeron hacia lugar más seguro no pocos de los concurrentes, entre los cuales había señoras. Pero otros nos quedamos, gritando frenéticos: «¡que siga, que siga!», acción no de valor, porque ya había pasado el peligro, no siendo de creer que viniese al mismo punto otro proyectil en el corto número de disparos que de una vez se hacían, pero acción rara, porque la imaginación suele, atendiendo a un peligro que acaba de pasar, dedicarse a considerarlo con exclusión de otro objeto alguno. Lo cierto es que la representación siguió con poca concurrencia, pero ésta más loca que antes, incitando, sin duda, a aumentar en fuerza y número los aplausos, el singular incidente que acababa de ocurrir. Sostúvose después esta comedia en el público concepto, así oída en el teatro, como leída, habiendo sido en breve impresa. Pero aunque de allí a pocos días fue construido un nuevo y pobre teatro fuera del alcance de las bombas, y en él se repitió la composición Lo que puede un empleo, que es el título de la tal pieza, la representación no tuvo el efecto que la primera.
….
En esto fue levantado el sitio de Cádiz. Fue alegre aquel día como pocos. Apresurábanse las gentes a embarcarse en botes para ir a visitar el abandonado campamento francés, en las cercanías de Puerto Real y del Caño del Trocadero. Había ansia de pisar la tierra del continente, de respirar el aire del campo, allí en verdad poco ameno. Fui yo junto con los oficiales de secretaría, pues, no obstante cierto desvío, se me trataba como a empleado diplomático; esto es, de un modo muy superior al que se usaba aún con los oficiales del archivo. Registramos, con las numerosas turbas, la a modo de población hecha por los enemigos para tener acampadas sus tropas; obra primorosa, pero hecha a costa del lindo pueblecito de Puerto Real, convertido en ruinas. También excitaban la curiosidad las baterías donde estaban los obuses, cuyos efectos habíamos estado por largo tiempo sintiendo. Al volver también por mar a Cádiz, todos los botes traían en el tope de sus palos algún manojo de hierba, como señal de que ya se había disfrutado de un recreo completo, negado a los habitantes de la isla gaditana por más de treinta meses consecutivos.
Otra seguidilla que se cantaba era:
De las veinte granadas
que Soult envía
se quedan diez y nueve
en la bahía.
Y la que llega,
rompe vidrios y espanta
perros y viejas.
ANEXO I : http://1808-1814escenarios.blogspot.com/2010/05/el-asedio-cadiz-febrero-1810-agosto.html
Estanislao Arteaga
CARTA DE DON ESTANISLAO ARTEAGA A SU SOBRINO ANDRÉS ARTEAGA (CONDE DE CORRES, POSTERIORMENTE MARQUES DE VALMEDIANO Y ABUELO DEL QUE SERÍA XVI DUQUE DEL INFANTADO) EN ELLA EL TÍO CONTESTA A UNA PETICIÓN DE ASCENSO EN EL REGIMIENTO DE CABALLERÍA CALATRAVA SOLO POR SER DE CLASE NOBLE. SE PUECE COMPRENDER MUY BIEN AL LEERLA COMO HABÍA CAMBIADO LA MENTALIDAD RESPECTO A LAS CLASES.
Cádiz durante este periodo es regularmente bombardeada, pero la vida en la ciudad no se ve muy alterada con la caída de los proyectiles; solo en los últimos meses del sitio los franceses provocan una notable alarma a la población, al sufrir varios edificios y zonas muy frecuentadas los efectos de los disparos. Uno de los momentos más críticos será en marzo de 1812 cuando los franceses utilizan un nuevo modelo de obús con mayor alcance ideado por Villantroy y traído desde Sevilla. El 12 de marzo empiezan los bombardeos con dos unidades de este tipo de obús, pero enseguida se comprueba que la fuerza es insuficiente para causar daños significativos a Cádiz. Entre el 13 y 31 de marzo se contabilizan 515 granadas tiradas contra Cádiz, de esta cantidad el Conciso publica:
Tan segura es la puntería y el alcance de los tales obusones, que de las 515 tiradas á Cádiz, han quedado la friolera de unas 475 en la bahía, donde ni un rasguño se sabe que hayan hecho a nadie, como no sea á algún besugo, ó dorada. La lista de las desgracias ocurridas con las 40 que habrán llegado á Cádiz, solo dexa de ser tan cómica como la vez pasada, por la única desgraciada casualidad de que un caballero oficial que se hallaba en su cama, quando cayó una de ellas, recibió un golpe que le rompió una pierna; pero aunque con pérdida de esta, ya no peligra su vida pues lo demás se reduce á unos quantos vidrios rotos, algunos cascotes arrancados, y una gallina muerta, dos contusas, y tres dispersas por la ventana del gallinero de la casa del Sr. marques del Pedroso, donde cayó otra dé las 40. Cotéjese esta verdadera relación con las ruinas y mortandad que los Soult, los Sotelos y demás canalla gabacha y agabachada han anunciado en sus papeles y conversaciones.
El 12 de octubre de 1812 el mismo periódico publica un informe detallado de las bombas caídas en Cádiz durante el asedio:
Don Antonio Alcalá Galiano dejará escrito en sus memorias como se vivían dentro de la ciudad los bombardeos:
Entre tanto, la mansión en Cádiz era sobre manera agradable. Abundaba la gente, y aunque esto producía alguna estrechez en las casas, daba vida y alegría a las calles y paseos, donde había de continuo una lucida y numerosa concurrencia. Abierto, hacia fines de 1811, el teatro, que había estado cerrado desde principio del sitio, rebosaba en gente todas las noches. La abundancia de los víveres había producido tal comodidad en los precios, que bien podía llamarse baratura, naciendo esta ventaja de estar libre el mar, y hallarse abolidos los derechos sobre introducción de comestibles, por lo cual acudían a surtir de todo a la crecida población de aquella isla, bloqueada por tierra, así de los lugares vecinos situados a la orilla del mar, como de los más apartados. Residía allí el Gobierno, y con él muchos personajes de importancia en la parte literaria, así como en otras; y estar abiertas las Cortes, donde todos los días se examinaban y resolvían graves materias, daba pábulo a ejercitarse la curiosidad y el entendimiento, ya en escritos, ya en conversaciones. Las noticias de los ejércitos, si por lo común eran de reveses, eran alguna vez de felicidades, y abultadas éstas, abrían campo a dulces esperanzas. Verdad era que desde diciembre de 1810 habían empezado a caer dentro del recinto de Cádiz granadas o bombas disparadas por las baterías enemigas; porque si bien la ciudad estaba fuera de tiro, aun de mortero, del punto menos distante entre cuantos ocupaban en la costa opuesta los franceses, estos, con un invento nuevo, habían construido piezas, entre morteros y obuses, que alcanzaban más que lo que hasta entonces había sido conocido. Pero estos disparos, hasta 1812, habían sido hechos muy de tarde en tarde, y cada vez en corto número; los proyectiles, para ser arrojados a tanta distancia, habían sido aumentados en peso, y viniendo rellenos de plomo y con muy poca pólvora, no reventaban, y por esto causaban poco estrago y no mucho susto, y la consecuencia de todo ello fue hacerse de las bombas enemigas tan poco caso, que sólo servían para dar motivo a burlas. Así, se cantó en el teatro, y se repetía por las calles con una tonada vulgarmente de moda:
Con las bombas que tiran los fanfarrones,
se hacen las gaditanas tirabuzones;porque tirabuzones eran llamados, por tener forma de tales, los rizos que entonces gastaban las mujeres, para formar los cuales se sujetaba el pelo con pedazos muy pequeños de plomo. Otras coplas semejantes eran aplaudidas. En el teatro, un actor llamado Navarro solía componerlas de repente, tomando con frecuencia por argumento las bombas, y era de ver con qué palmadas eran recibidas tales sandeces, siendo, por otro lado, acreedores a alguna consideración así los compositores de tan malos versos como sus aprobantes, porque unos y otros declaraban cuán alegremente resuelta a resistir al enemigo seguía la nación española, compendiada, y también representada, en la población de Cádiz.
…
El teatro de Cádiz estaba a la sazón bastante expuesto a las bombas en días en que ya era costumbre en los enemigos dispararlas, en cada veinticuatro horas, cinco o seis veces. Cabalmente, la hora de la representación vino a ser la en que, guardando el acostumbrado período, debían los franceses hacer fuego. No fue, pues, muy numerosa la concurrencia, aunque tan poco, por demás, escasa. En actores y espectadores reinaba un loco entusiasmo. Los primeros, celosos parciales de las reformas a cuyos contrarios ridiculizaba la piececilla, se esforzaban por realzarle el mérito, haciendo con empeño sus papeles. Los segundos, casi todos de las mismas ideas, contándose entre ellos no pocos amigos del poeta, se reían hasta desternillarse, y se desgajaban dando palmadas. En medio de esto, oyóse el conocido estampido de los obuses de la opuesta enemiga costa. Al principio no fue grande el terror; pero quiso la casualidad que una granada viniese a atravesar por encima del teatro, próxima ya a caer, y que pasase casi raspando con su techo, hasta dar en una casa separada del edificio, y aun del tablado, por una calle de poca anchura. El ruido del proyectil en el aire sonó tremendo en el teatro; sobrecogiéronse actores y oyentes; paró por algunos instantes la representación, y huyeron hacia lugar más seguro no pocos de los concurrentes, entre los cuales había señoras. Pero otros nos quedamos, gritando frenéticos: «¡que siga, que siga!», acción no de valor, porque ya había pasado el peligro, no siendo de creer que viniese al mismo punto otro proyectil en el corto número de disparos que de una vez se hacían, pero acción rara, porque la imaginación suele, atendiendo a un peligro que acaba de pasar, dedicarse a considerarlo con exclusión de otro objeto alguno. Lo cierto es que la representación siguió con poca concurrencia, pero ésta más loca que antes, incitando, sin duda, a aumentar en fuerza y número los aplausos, el singular incidente que acababa de ocurrir. Sostúvose después esta comedia en el público concepto, así oída en el teatro, como leída, habiendo sido en breve impresa. Pero aunque de allí a pocos días fue construido un nuevo y pobre teatro fuera del alcance de las bombas, y en él se repitió la composición Lo que puede un empleo, que es el título de la tal pieza, la representación no tuvo el efecto que la primera.
….
En esto fue levantado el sitio de Cádiz. Fue alegre aquel día como pocos. Apresurábanse las gentes a embarcarse en botes para ir a visitar el abandonado campamento francés, en las cercanías de Puerto Real y del Caño del Trocadero. Había ansia de pisar la tierra del continente, de respirar el aire del campo, allí en verdad poco ameno. Fui yo junto con los oficiales de secretaría, pues, no obstante cierto desvío, se me trataba como a empleado diplomático; esto es, de un modo muy superior al que se usaba aún con los oficiales del archivo. Registramos, con las numerosas turbas, la a modo de población hecha por los enemigos para tener acampadas sus tropas; obra primorosa, pero hecha a costa del lindo pueblecito de Puerto Real, convertido en ruinas. También excitaban la curiosidad las baterías donde estaban los obuses, cuyos efectos habíamos estado por largo tiempo sintiendo. Al volver también por mar a Cádiz, todos los botes traían en el tope de sus palos algún manojo de hierba, como señal de que ya se había disfrutado de un recreo completo, negado a los habitantes de la isla gaditana por más de treinta meses consecutivos.
Otra seguidilla que se cantaba era:
De las veinte granadas
que Soult envía
se quedan diez y nueve
en la bahía.
Y la que llega,
rompe vidrios y espanta
perros y viejas.
La derrota sufrida por el ejército francés al mando de Marmont, en tierras salmantinas, provoca el desalojo de Madrid por parte del rey Jose I y la evacuación de Andalucía de los ejércitos de Soult, para proceder a un reagrupamiento de los ejércitos imperiales y plantar cara a Wellington. El 25 de agosto de 1812 los franceses levantan los campamentos frente a Cádiz y terminan con el asedio. Los partes telegráficos, que diariamente se publican, dejan reflejados los movimientos del enemigo en estos días:
Día 23
Desde las doce de ayer hasta las de hoy
Los mismos trabajos en la línea enemiga. A las 5 ¾ de la tarde y a las 8 de la mañana, arrojaron los enemigos granadas a esta plaza, habiendo hecho igualmente fuego a diferentes horas con dirección a la Puerta de Tierra contestando nuestras baterías de tierra, fuerzas sutiles y bombarderas inglesas. Han pasado del puerto a Puerta Real 4 carretas con paja, 3 carros cubiertos y uno de pertrechos. De Puerto Real a Chiclana un carro cubierto, y otro con víveres escoltado por 14 infantes, a la inversa 5 carretas con muebles caseros, 5 id. Con efectos y 20 acémilas mayores con sacos; y del Trocadero a Chiclana un carro de municiones. Han estado haciendo el ejercicio en el campo de Guía del Puerto unos 500 infantes.
Día 24
Desde las 12 de ayer hasta las de hoy
Continúan los ingleses los trabajos en el reducto del cerro de los Mártires, estoy y los portugueses en el foso de Torre Gorda, y en el reducto inmediato: los prisioneros en construir una nueva batería a la orilla del caño del río Arillo que sale al mar del Sur, inmediata a la playa: y los enemigos en la batería del molino de Guerra, en la segunda avanzada del arrecife, y en el castillo de Chiclana.= la batería de la Cabezuela, y la del ángulo han arrojado granadas a esta plaza a las 3 ¾ de la tarde del día de ayer, y a las 9 y 20 minutos de la mañana de hoy; contestándoles nuestras baterías de tierra, fuerzas sutiles y bombarderas inglesas.= Fort-Luis también ha hecho fuego a Puntales, el que contestó.= Han pasado del Puerto a Puerto Real unos 200 infantes con sus equipajes; un general con su acompañamiento y 2 carros de municiones: a la inversa 2 id. Y uno cubierto. De Sanlúcar al Puerto unas 100 acémilas mayores y menores con sacos escoltados por 40 dragones y unos 50 infantes: de Puerto Real a Chiclana 200 id. Sin armas ni equipajes, muchos de ellos el parecer españoles; y al contrario 96 infantes y 4 carretas con efectos. – En el campo de Guía del Puerto han estado haciendo ejercicio de fuego unos 500 infantes, y en el campo de la Algaida del Trocadero han estado formados 500.
Desde las 12 de ayer hasta las de hoy
Continúan los ingleses los trabajos en el reducto del cerro de los Mártires, estoy y los portugueses en el foso de Torre Gorda, y en el reducto inmediato: los prisioneros en construir una nueva batería a la orilla del caño del río Arillo que sale al mar del Sur, inmediata a la playa: y los enemigos en la batería del molino de Guerra, en la segunda avanzada del arrecife, y en el castillo de Chiclana.= la batería de la Cabezuela, y la del ángulo han arrojado granadas a esta plaza a las 3 ¾ de la tarde del día de ayer, y a las 9 y 20 minutos de la mañana de hoy; contestándoles nuestras baterías de tierra, fuerzas sutiles y bombarderas inglesas.= Fort-Luis también ha hecho fuego a Puntales, el que contestó.= Han pasado del Puerto a Puerto Real unos 200 infantes con sus equipajes; un general con su acompañamiento y 2 carros de municiones: a la inversa 2 id. Y uno cubierto. De Sanlúcar al Puerto unas 100 acémilas mayores y menores con sacos escoltados por 40 dragones y unos 50 infantes: de Puerto Real a Chiclana 200 id. Sin armas ni equipajes, muchos de ellos el parecer españoles; y al contrario 96 infantes y 4 carretas con efectos. – En el campo de Guía del Puerto han estado haciendo ejercicio de fuego unos 500 infantes, y en el campo de la Algaida del Trocadero han estado formados 500.
Día 25
De las 12 de ayer a las de hoy
Los enemigos han abandonado su línea, habiéndola ocupado nuestras tropas que se hallan en Puerto Real y el Trocadero.= En el castillo de Santa Catalina no ha quedado pieza alguna montada de resultas de haberle puesto fuego a las cureñas, repuestos y salchichones: también se han volado varios repuestos de sus baterías y la casa fuerte de la batería del Angulo.= Se retira una fuerte columna enemiga de infantería y caballería desde el Puerto a Xerez.= El místico 33 ha pasado a S. Lucar; a Rota el místico Terrible, y una división de la avanzada al mando del cap. de fra. D. Marcos Cruceta: estos han llegado a su destino estableciendo gobiernos provisionales. Del Puerto de Sta. María ha tomado posesión, con una división de la avanzada el brigadier D. Francisco Mourell; y del Caño del Trocadero el jefe de escuadra D. Juan José Martínez, comandante general de las fuerzas sutiles con varios buques de su mando.
De las 12 de ayer a las de hoy
Los enemigos han abandonado su línea, habiéndola ocupado nuestras tropas que se hallan en Puerto Real y el Trocadero.= En el castillo de Santa Catalina no ha quedado pieza alguna montada de resultas de haberle puesto fuego a las cureñas, repuestos y salchichones: también se han volado varios repuestos de sus baterías y la casa fuerte de la batería del Angulo.= Se retira una fuerte columna enemiga de infantería y caballería desde el Puerto a Xerez.= El místico 33 ha pasado a S. Lucar; a Rota el místico Terrible, y una división de la avanzada al mando del cap. de fra. D. Marcos Cruceta: estos han llegado a su destino estableciendo gobiernos provisionales. Del Puerto de Sta. María ha tomado posesión, con una división de la avanzada el brigadier D. Francisco Mourell; y del Caño del Trocadero el jefe de escuadra D. Juan José Martínez, comandante general de las fuerzas sutiles con varios buques de su mando.
Día 26
De las 12 de ayer a las de hoy
A las 9 ¾ de esta mañana se ha volado un repuesto de un reducto inmediato a la Cartuja de Xerez. Han entrado en el Puerto de Sta. María unos 200 infantes españoles.= Nuestros botes han conducido y conducen efectos desde Puerto Real a la Carraca. La batería inmediata al molino de Santa cruz ha estado ardiendo esta mañana. Siguen nuestras tropas componiendo los caminos y cortaduras de los arrecifes de Chiclana y Puerto Real.
Un tal Manolo escribiría en el Conciso un soneto como despedida a Soult:
Tanta fatiga, Soult, tanto sudar,
tanto estrépito horrible de cañón,
tanta cureña, obús y morterón,
tanta muerte, y estrago amenazar.
Tanto bullir, y tanto amontonar
bala, granada, bomba, y salchichón.
Tanta amenaza en tono fanfarrón,
tanto bajar, subir, parlamentar…
¿Tal trápala, y bullicio en que paró?
la gran ciudad de Alcides lo dirá
pues publicar tu gloria es su deber.
La luna treinta vueltas completó,
y al cabo, sin decirnos donde va....
Nuestro gran Mariscal echó á correr.
UN OBÚS VILLANTROY DE LOS USADOS POR LOS FRANCESES EN EL ASEDIO DE CÁDIZ. SE ENCUENTRA EN LONDRES EN EL HORSE GUARDS PARADE. EN LA BASE FIGURA UNA PLACA CON LA SIGUIENTE INSCRIPCIÓN:
"Para conmemorar el levantamiento del asedio de Cádiz, debido a la gloriosa victoria ganada por el Duque de Wellington sobre los franceses cerca de Salamanca el 22 de julio de 1812, este mortero, cuya potencia no es sobrepasada por ningún otro, abandonado por los sitiadores fue presentado como símbolo de respeto y gratitud por la nación española a Su Alteza Real el Príncipe Regente"
fotografía cortesia de José Montes http://wellington1810.blogspot.com/
ORATORIO DE SAN FELIPE NERI, SEDE QUE ALBERGÓ A LAS CORTES
REVERSO DE CARTA ESCRITA EN 1811 EN CÁDIZ
NÚMERO EXTRAORDINARIO DE LA GACETA DE LONDRES CON EL ANUNCIO DEL LEVANTAMIENTO DEL SITIO DE CÁDIZ
BOTONES DE LOS VOLUNTARIOS DISTINGUIDOS Y MILICIA URBANA DE CÁDIZ. DEFENSORES DE LA CIUDAD. ARTILLEROS DEFENSORES DE PUNTALES
ANEXO I : http://1808-1814escenarios.blogspot.com/2010/05/el-asedio-cadiz-febrero-1810-agosto.html
Otro gran trabajo...
ResponderEliminarUn abrazo
Rafa
La historia de la liberal e invicta "Tacita de plata" siempre ha brillado lustrosa. Más aún me deslumbra ahora con este trabajo de oro.
ResponderEliminarJosé Marcos.
Precioso ; quiero representar la batalla de Chiclana es algo ambicioso pero necesito toda la ayuda vuestra amigos.
ResponderEliminarhttp://napoleonic-spain.blogspot.com.es/
MUY BUEN DOCUMENTO AMIGO, BUEN TRABAJO
ResponderEliminarJoder, Miguel Ángel, te has superado tío.. me he emocionado con este trabajo. Me has devuelto las ganas de enseñar a mis alumnos. Un beso muy fuerte corazón.
ResponderEliminarNos conocemos? :-)
ResponderEliminarLo que buscaba. Muchas gracias. Gran trabajo ;)
ResponderEliminarInformación complementaria: www.asedioacadiz.com
ResponderEliminarInformación actualizada de la recreación histórica del Asedio a Cádiz: www.asedioacadiz.com
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