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sábado, 30 de junio de 2012

WELLINGTON & MARMONT, ESTRATEGIA EN EL DUERO - JULIO DE 1812 (VALLADOLID)

Tras la caída de los fuertes de Salamanca http://1808-1814escenarios.blogspot.com.es/2012/06/los-fuertes-de-salamanca-junio-de-1812.html Wellington emprende la persecución del ejército del mariscal francés Marmont, duque de Ragusa. El 29 de junio el ejército francés penetra en la provincia de Valladolid buscando refugio en la orilla derecha del Duero. El 1 de julio entra en la villa de Alaejos Lord Wellington, encabezando un ejército de 50.000 hombres. Hasta el 18 de julio los ejércitos ocuparán toda la provincia ocasionando innumerables desgracias a la población, se volarán los diversos puentes que se levantan sobre el río Duero y Pisuerga e incluso Wellington estará a punto de perder la vida en Castrejón de Trabancos, durante la jornada del 18 de julio de 1812. Cuatro días después tendrá lugar la batalla de Salamanca http://1808-1814escenarios.blogspot.com.es/2011/01/la-batalla-de-los-arapiles-22-de-julio.html

Éste es un paseo por los principales escenarios de aquellos 19 días, se conservan prácticamente igual que hace 200 años:

MAPA DEL TERRENO OCUPADO POR LAS TROPAS

ALAEJOS
NAVA DEL REY
MEDINA DEL CAMPO

RUEDA
CUARTEL GENERAL DE WELLINGTON EN RUEDA

ALTURAS FRENTE A TORDESILLAS, POSICIÓN ALIADA

PUENTE DE TORDESILLAS

SUBIDA DESDE TORDESILLAS A RUEDA. AVANCE DEL EJÉRCITO FRANCÉS TRAS ENGAÑAR A WELLINGTON

VADO DE POLLOS DESDE EL CAMPAMENTO FRANCÉS EN TORRECILLA DE LA ABADESA
CAÑADA QUE UNE TORRECILLA DE LA ABADESA CON SAN ROMÁN DE HORNIJA. INTERIOR DE CUBILLAS, LUGAR DONDE SE OCULTA EL EJÉRCITO FRANCÉS ANTES DE PASAR EL DUERO POR TORDESILLAS

PUENTE DE TORO

VADO DE CASTRONUÑO

CAMPO DE BATALLA DE CASTREJÓN DE TRABANCOS, 18 DE JULIO. EL EJÉRCITO DE MARMONT APARECE POR LA ALTURA DE LA DERECHA, POR EL CAMINO DE NAVA. EL CAMINO QUE EXISTÍA EN LA ÉPOCA ES EL QUE APARECE EN LA FOTOGRAFÍA, LA CARRETERA ACTUAL ES POSTERIOR

CAMPO DE BATALLA DE CASTREJÓN DE TRABANCOS, VISTA HACIA ALAEJOS

TERRENO ENTRE CASTREJÓN Y TORRECILLA DE LA ORDEN. POR ÉL SE RETIRA EL EJÉRCITO ALIADO BUSCANDO EL GUAREÑA

VADO DE GUAREÑA, POR LAS ALTURAS DE LA FOTOGRAFÍA BAJA EL EJÉRCITO ALIADO EN RETIRADA DESDE CASTREJÓN

CARTUJA DE ANIAGO


PUENTE DE SIMANCAS

PUENTE DE SIMANCAS A PRINCIPIOS DEL S.XX, TODAVÍA CONSERVA LA TORRE MEDIEVAL

PUENTE SOBRE EL ADAJA EN LAS CERCANÍAS DE ANIAGO

PUENTE DUERO
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domingo, 17 de junio de 2012

LOS FUERTES DE SALAMANCA - JUNIO DE 1812

Salamanca en 1808 por Willian Bradford. Los tres fuertes se encontraban a la izquierda de la fotografía



Tras la toma de Badajoz, Wellington pretende continuar la campaña en la región de Andalucía con el fin de intentar levantar el sitio de Cádiz. Pero las noticias que llegan desde Castilla, donde Marmont amenaza con poner en aprietos la recién recuperada plaza de Ciudad Rodrigo, debido a la lentitud por parte de Carlos de España en la organización y aprovisionamiento de la población, hace que el general británico se dirija hacia Castilla para, con su presencia, poner en retirada al ejército de Portugal. Una vez despejada la amenaza sobre Ciudad Rodrigo, y perdida la oportunidad de internarse en Andalucía, decide dirigir la siguiente fase de la campaña hacia el ejército de Portugal comandado por Marmont. Ordena a Hill que destruya los fuertes que protegen el puente de Almaraz y así cortar la comunicación entre Soult y Marmont; una vez asegurada la incomunicación entre los dos mariscales franceses emprende su avance hacia Salamanca. Le acompañan la 3ª división del 5º ejército español al mando de Carlos España, y las tropas de Julián Sánchez que han sido puestas a las órdenes de Wellington. El 16 de junio llega a la ciudad del Tormes, abandonada horas antes por los franceses dejando tres fuertes ocupados para intentar evitar la toma de la ciudad.
Hasta el día 27 no se tomarán los fuertes. Una vez conseguido el objetivo el ejército aliado marcha hacia el Duero en persecución del ejército francés de Portugal.
A continuación añado la descripción que hace Toreno, en su obra Historia del levantamiento, guerra y revolución de España de las tres fortalezas, los despachos de Wellington acerca de su toma, y los informes que Carlos España manda al Cuartel General Español del 5º ejército, en Valencia de Alcántara.

 La zona de los fuertes en la actualidad. En el cerro de la izquierda se encontraba San Vicente, a su derecha,en el centro de la imagen, se distingue el terreno de las excavaciones que se han estado llevando a cabo en el solar del fuerte de San Cayetano. Abajo, donde se ve una area ajardinada, La Merced.

Mapa del Servicio Cartográfico del Ejército SG. Ar.E-T.7-C.3-373
 
El fuerte de San Vicente

 El fuerte de La Merced
 
 San Cayetano
 
 
  San Vicente

 
 La Merced

 
 
 
  San Cayetano

Imagen de la altura donde se situan San Cayetano y la Merced
 
 
Lord Wellington utilizó la torre de la catedral para poder inspeccionar las obras de los fuertes. Estas dos fotografías están tomadas desde la torre. Se puede ver San Vicente 


En los edificios colindantes a los fuertes es aún posible ver los efectos de la artillería

Tres eran los puntos fortalecidos que se encontraban en Salamanca, defendiéndose unos a otros por su posición y distancia, el principal, el de San Vicente, trazado en el sitio del colegio de benedictinos del propio nombre, que se hallaba colocado en el vértice del ángulo inferior de la antigua muralla sobre un peñasco perpendicular al río. Habían los franceses tapiado y aspillerado las ventanas del edificio y unido por cada lado con el antiguo recinto, tirando unas líneas que amparaban foso y camino cubierto, con escarpas y contraescarpas revestidas de mampostería. No resultaba encerrada dentro de aquellas el ángulo entrante del convento, y por eso le cubrieron con una batería de fajinas, protegida de una pared o muro atronadero que tenía además por delante una empalizada. A la distancia de 250 varas levantábanse los otros dos fuertes o reductos, el de San Cayetano y el de la Merced; el último cercano al río. Llamábanse así por haberse formado con los escombros de dos conventos de la misma denominación, dispuesto por los franceses de manera que se convirtieron en dos fuertes con escarpas verticales, foso profundos y contraescarpas acasamatadas. Construyéronse varias obras a prueba de bomba y otros reparos. En el espacio intermedio de los puntos fortificados y en su derredor, como igualmente en otros parajes, habían derribado los franceses para despejar el terreno, o con otros intentos, muchos de los famosos edificios que adornaban a Salamanca.
 Historia del levantamiento, guerra y revolucion de España, Volumen 1. José María Queipo de Llano y Ruiz de Saravia Toreno

Del conde de Wellington al conde de Liverpool.  Salamanca 18 de junio de 1812.—
El ejército pasó el Agueda el 13 del corriente, y avanzó en 3 columnas. Las tropas a las Ordenes de D. Carlos de España formaban una cuarta columna. Todo el ejército llegó el 16 sobre el Valmuza, riachuelo que dista unas 6 millas de aquí. El enemigo mostró alguna caballería y un pequeño cuerpo de infantería enfrente de la ciudad aquel día, y manifestó el designio de sostener las alturas al sur del Tormes. Pero su caballería fue inmediatamente encerrada por la nuestra, y el enemigo evacuó Salamanca la noche del 16, dejando una guarnición como de 800 hombres en las fortificaciones que había erigido sobre las ruinas de los colegios y conventos demolidos por él mismo.
El fuego de dichas fortificaciones dominaba el puente del Tormes; y nuestras tropas pasaron el río ayer mañana por dos vados que hay en estas cercanías.
 Los fuertes fueron embestidos inmediatamente por la sexta división al mando del general mayor Clinton, y habiendo sido cuidadosamente reconocidos, se halló necesario abrir trinchera delante de ellos. Esto se ejecutó la última noche, y espero comencemos nuestro fuego mañana por la mañana con 8 cañones a distancia de unas 350 varas de la obra principal del enemigo, cuya posesión espero nos hará dueños de las otras. El general mayor Clinton dirige estas operaciones.
Es imposible describir la alegría del pueblo de Salamanca al tiempo de nuestra entrada. Hacía ya más de tres años que estaban sufriendo, y durante este tiempo los franceses, entre otros actos de violencia y de opresión, habían destruido 13 de los 25 conventos, y 22 de los 25 colegios que había en esta célebre morada de las ciencias.
El enemigo se retiró por el camino de Toro, y su retaguardia estaba a unas 15 millas de aquí la última noche. Se volvió a retirar esta mañana por el mismo camino; y sé que intenta recoger su ejército sobre el Duero, entre Toro y Zamora.
Nuestra vanguardia ha avanzado por el camino de Toro, y el grueso del ejército se halla en estas cercanías.
Incluyo un estado del ejército (enemigo) de Portugal del 1° de abril, que ha sido interceptado, según el cual hay presentes sobre las armas 2.074 oficiales y 51.492 soldados en este cuerpo, de los cuales 43.396 son de infantería y 3.204 de caballería. De los 4.892 hombres que resultan destacados, hay unos 1.500 infantes y 100 caballos en estas cercanías, que regularmente se unirán al ejército.

Salamanca 25 de junio de 1812.—El mariscal Marmont juntó su ejército sobre el Duero del 16 al 19 del corriente, excepto la división del general Bonnet, que creo está aun en Asturias, y algunas pequeñas guarniciones, y se adelantó de Fuente del Saúco el 20. Formé el ejército aliado, excepto las tropas ocupadas en las operaciones contra los fuertes de Salamanca, sobre las alturas que se extienden desde las cercanías de Villares a Moriscos y los puestos avanzados de caballería e infantería se replegaron sobre el ejército en buen orden, y sin pérdida de consecuencia. El enemigo permaneció a nuestro frente aquella noche y el día 21, y durante aquella noche estableció un puesto a nuestro flanco derecho por cuyo medio nos privó de una ventaja que eventualmente podía ser de importancia. Por lo tanto rogué al teniente general Sir Tomas Graham lo atacase en aquel puesto el 22 con las tropas de la derecha, lo que ejecutó con las de la séptima división, que eran la reserva de la derecha, bajo el mando del general mayor Hope y del general mayor de Bernenitz, el enemigo fue inmediatamente arrojado del terreno que ocupaba con alguna pérdida. Nuestras tropas se condujeron muy bien en este ataque, que se ejecutó a la vista de ambos ejércitos. Se retiró el enemigo aquella noche, y la tarde siguiente tomó posición con su derecha sobre las alturas cerca de Cabeza vellosa, su izquierda sobre el Tormes en Huerta, y su centro en Aldea Rubia. Siendo el objeto del enemigo en este movimiento el abrir comunicación con sus guarniciones de los fuertes de Salamanca por la izquierda del Tormes, mudé el frente del ejército, y coloqué la derecha en Santa Marta, donde hay un vado en el Tormes, y los puestos avanzados en Aldealengua;  extendí las tropas de modo que cubrían completamente a Salamanca, al paso que yo podía concentrar el ejército en cualquier punto en corto tiempo.
Envié la brigada de dragones del mayor general Roche al otro lado del Tormes para que observase los pasos de aquel río. El enemigo lo pasó en Huerta como a las dos de la mañana del 24 en considerable número de caballería, infantería y artillería, y todo indicaba un movimiento general en aquella dirección.
La conducta de los dragones del general mayor Roche fue brillante en esta ocasión. Hicieron cuanto estuvo en su poder para dar a conocer el movimiento del enemigo, Cuya marcha retardaron vigorosamente no obstante varias desventajas, a fin de dar tiempo para las disposiciones que era necesario hacer en esta ocasión.
Luego que estuve cierto de que el enemigo había pasado el Tormes, rogué al teniente general Sir Tomas Graham pasase el mismo río con las divisiones primera y séptima, y envié además la brigada de caballería del general mayor Le Marchant; concentré el resto del ejército entre Moriscos y Cabrerizos, manteniendo aun los puestos avanzados en Aldealengua. Como al medio día avanzó el enemigo hasta Calvarrasa de abajo: pero observando la disposición hecha para recibirlo, volvió a retirarse por la tarde, pasando el Tormes por Huerta; y después ha permanecido en la posición que ocupaba el 23.
El sitio de los fuertes de Salamanca no ha avanzado con la rapidez que yo esperaba cuando escribí la última vez a V. S. Aunque por el trabajo y gastos empleados en su construcción de que había yo recibido noticias, estaba ya preparado a encontrar algunas dificultades, y había tomado mis disposiciones en consecuencia, las dificultades son de una naturaleza mas formidable que lo que se me había representado: los fortines que son tres, defendiéndose el uno al otro, son muy fuertes, aunque no de una construcción regular, y el tren que había yo preparado para su ataque, no era suficiente. Tuve pues que enviar por más, lo cual ha retardado algo las operaciones.
Hemos abierto brechas en el convento de S. Vicente, que es el principal  pero no puede ser atacado con seguridad hasta que hayamos tomado el fuerte de S. Cayetano.. El general mayor Clinton intentó asaltar aquella obra la noche del 22 del corriente por haber sido muy maltratada la gola de resultas del fuego de nuestra artillería; este intento tuvo un éxito desgraciado, y siento añadir que el general mayor Bowes fue muerto. Deseaba con tanto ardor el buen éxito de la empresa, que avanzó con la partida de asalto que consistía en una parte de su brigada, y fue herido. Después de la primera curación de esta herida volvió al ataque y recibió la segunda, de la que murió. Nuestra pérdida de oficiales y soldados fue igualmente considerable.
Espero que todo lo necesario para tomar el mejor de estos fuertes llegará mañana, y que pronto tendré el gusto de comunicar que están en mi poder.
Las guerrillas están en tranquila posesión de toda la tierra; y las guarniciones del enemigo, débiles y diseminadas, están sin comunicación entre sí, y con el país.
Fuentelapeña 30 de junio de 18l2.—- Habiendo llegado a Salamanca la tarde del 26 las municiones que necesitábamos para atacar los fuertes, volvió a principiar inmediatamente el fuego sobre la gola del reducto de San Cayetano, en él cual se efectuó una brecha practicable como a las 10 de la mañana del 27 y casi al mismo tiempo logramos incendiar los edificios en el fuerte grande de San Vicente, cuyos fuegos defendían el aproche de la gola del de San Cayetano.
Hallándome en Salamanca en aquel momento, mandé el asalto de los fuertes de San Cayetano y la Merced; pero ocurrió alguna dilación en consecuencia de que los comandantes de estos fuertes, y después el comandante del de San Vicente manifestaron deseo de capitular después de un cierto número de horas.
Como era obvio que estas proposiciones se hacía para ganar tiempo mientras se apagaba el fuego de San Vicente, rehusé escuchar toda proposición que no fuese la de rendirse inmediatamente los fuertes; y habiendo hallado que el comandante de San Cayetano, que ofreció el primero el rendirse, dependía enteramente del gobernador de San Vicente, y no podía aventurarse a ejecutar la capitulación que había ofrecido, di órdenes para que este fuerte y el de la Merced fuesen asaltados sin tardanza.
Estas operaciones se efectuaron con la mayor bizarría por un destacamento de la sexta división, mandado por el teniente coronel Davis del regimiento 36, bajo la dirección del general mayor Clinton.
Las tropas entraron en el fuerte de San Cayetano por la gola, y escalaron el de la Merced. Nuestra pérdida fue muy ligera.
Entonces el gobernador de San Vicente envió un parlamentario a ratificar la rendición de aquel fuerte en los términos que yo le había ofrecido; a saber, que la guarnición saliese con los honores de la guerra, quedando prisionera; que los oficiales conservasen su equipaje personal militar, y los soldados sus mochilas. Sin embargo de que el regimiento 9 de cazadores había tomado ya por asalto una de las obras exteriores de San Vicente, juzgué conveniente suspender el ataque, y acceder a la capitulación en dichos términos.
Ya he informado a V. S. que el general mayor Clinton mandó el ataque contra estos fuertes, el cual fue ejecutado con el mayor vigor y pericia; y recomienda en términos expresivos la conducta de los generales y tropa bajo su mando, particularmente al coronel Hinde del regimiento 32, al teniente coronel Davis del 36, al capitán Owen del 61, al mayor de brigada Hobart, y al alférez Newton del 32, quien se distinguió en el ataque de la noche del 23, y condujo voluntariamente la partida avanzada en el ataque del 27.
Asimismo recomienda con particularidad al teniente coronel May, que mandaba la artillería, bajo la dirección del coronel Franningham, y los oficiales y soldados de la artillería real y portuguesa de su mando, y al teniente coronel Burgoyne, al teniente Reed, y a los oficiales de ingenieros, así tomo al mayor Thompson del regimiento 74, que obró como ingeniero en estas operaciones.
El enemigo había empleado cerca de tres años en construir estas obras, cuyos trabajos había activado en los últimos 8 ó 9 meses, y en el que había hecho grandes gastos; y estas obras suficientemente guarnecidas por unos 800 hombres y 50 piezas de artillería, eran de tal naturaleza, que era del todo imposible el tomarlas sino por un ataque regular; y es claro que el enemigo confiaba en su fuerza, y en que estaban suficientemente guarnecidas y armadas, pues dejó en San Vicente grandes depósitos de vestuarios y pertrechos militares de toda especie.
Me equivoqué en el cálculo de los medios que serian necesarios para tomar estos fuertes; y me vi obligado a enviar a retaguardia por una nueva provisión de municiones, lo que ocasionó una dilación de seis días.
El enemigo retiró su guarnición de Alba de Tormes luego que oyó la rendición de los fuertes de Salamanca; y he mandado que las obras de ambas plazas sean destruidas.
Las operaciones contra los fuertes de Salamanca se ejecutaron a la vista del ejército del mariscal Marmont, que permaneció en su posición con la derecha en Cabezavellosa, y la izquierda en Huerta, hasta la noche del 27 que se retiró en 3 columnas hacia el Duero, dirigiendo una de ellas su marcha a Toro y las otras a Tordesillas.
El ejercito aliado marchó al día siguiente, y hoy está acampado sobre el Guareña.

 
 
 
 
 
El general de la 3ª división, Carlos España, da parte al marqués de Monsalud de las acciones del duque de Ciudad Rodrigo en que se rindieron los fuertes de Salamanca y en que empezó la retirada del general Marmont , en el mes de junio
Archivo Histórico Nacional,DIVERSOS-COLECCIONES,129,N.19 - 9


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domingo, 10 de junio de 2012

TRASLADO DE LA ORDEN DE JUNOT, POR JUAN CARRAFA, PARA QUE LOS OFICIALES ESPAÑOLES SE TRASLADEN A LOS PONTONES EN LISBOA

Cuando llegan a Portugal las noticias sobre los levantamientos que se suceden en España, las tropas españolas que componen el ejército de ocupación del país vecino empiezan a evadirse. El general francés Junot, a cargo del ejército de ocupación, ordena el traslado de las tropas a pontones que tiene sobre el Tajo. En un principio la orden es solo para la tropa, pero cuando se descubre la evasión de numerosos oficiales, a éstos también se les ordena embarcar. Juan Carrafa traslada esta orden al general Martín García Loygorri el 26 de junio de 1808. Juan Carrafa a su vuelta a España será sometido a Consejo de Guerra por la sospecha de colaborar con Junot y evitar el retorno de las tropas españolas a España.


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domingo, 3 de junio de 2012

"FOTOGRAFÍA" DE LOS PREPARATIVOS DE LA VOLADURA DEL PUENTE DE CABEZÓN DE PISUERGA 1812


          Hace unos años, preparando el libro: 1812, Wellington en Valladolid, encontré en el Royal Engineers Museum una acuarela  donde se representa los preparativos para la voladura del puente de Cabezón en 1812. Está pintada por el capitán de ingenieros Charles Ellicombe. La acuarela impresiona por los detalles, se observa incluso el edificio de la iglesia del monasterio de Palazuelos. Se pintaría posiblemente el día 24 o 25 de octubre antes de la llegada del grueso del ejército aliado, ya que aparecen representadas pocas tropas. En la representación del puente hay un error ya que le falta un arco, Charles haría un boceto frente al puente y terminaría la acuarela en los campamentos de invierno de Portugal. Las gestiones para obtener una copia fueron lentas y el libró salió sin la imagen del cuadro; como me quedó la curiosidad por ver la imagen volví a reanudar la petición el pasado año, y ya sin tantas prisas he podido conseguir la copia. El próximo mes de octubre será el bicentenario de la estancia de Wellington en Cabezón de Pisuerga, para recordar este acontecimiento se están preparando varias actividades entre las que destaca una exposición en el monasterio de Palazuelos.

CONTEXTO HISTÓRICO
En 1812 Wellington toma la ofensiva contra los ejércitos franceses que ocupan España, captura las plazas de Ciudad Rodrigo y Badajoz y en el mes de julio vence al ejército francés de Portugal en Arapiles. A causa de esta derrota los imperiales desocupan las provincias de Valladolid, Madrid y Andalucía. El rey José I abandona la corte y se dirige a Valencia donde espera reunirse con el mariscal Suchet, a cargo de la región de Levante, y con el mariscal Soult que desde Andalucía marcha a Valencia. El 12 de agosto Wellington entra en Madrid, y tras dar unos días de descanso a sus tropas decide retornar a Valladolid para alejar el peligro del ejército de Portugal, que ha conseguido rehacerse, y tomar Burgos desde donde puede hacer fuerte su derecha. Espera realizar pronto este cometido y volver a Madrid para enfrentarse a la unión de los ejércitos del rey José y los mariscales Soult y Suchet. El general francés Clausen, al mando del ejército de Portugal, abandona Valladolid ante la aproximación de Wellington y se retira hacia Burgos donde espera recibir ayuda del ejército francés del Norte. El general inglés decide perseguir a Clausen y el día 17 de septiembre se presenta en Burgos. Las tropas francesas no se han parado en la capital burgalesa y han continuado hacia el norte, dejando en el castillo una fuerza para su defensa. Wellington quiere capturar la fortaleza y la sitia. La experiencia conseguida en Ciudad Rodrigo y Badajoz, así como el desigual número de tropas entre los defensores y atacantes, a favor de estos últimos, da esperanzas a los sitiadores para tomar el castillo en muy poco tiempo. Pero el mal tiempo, falta de material y ardor de los defensores ralentizan los trabajos dando lugar al refuerzo del ejército de Portugal por el del Norte. El día 21 de octubre Wellington tiene que dar la orden de levantar el sitio ante la aproximación de las tropas francesas y las noticias del inicio de movimientos por parte de José I hacia Madrid. La retirada se llega hacer desordenada y el acoso de los franceses agobiante. Pretenden cortar el camino de los aliados hacia Salamanca y sus cuarteles de Portugal. Tras salir airosos en Villamuriel de un ataque sorpresa por parte francesa, y volar el puente de Dueñas, Wellington cruza a la orilla izquierda del Pisuerga, en Cabezón, he intenta parar la persecución.
La vanguardia llega a Cabezón de Pisuerga el día 24 de octubre y el 26 el grueso del ejército con Wellington a la cabeza.

FUERZAS DE AMBOS BANDOS
Ejército aliado:
Comandante General: Wellington
2 divisiones de caballería, 7 divisiones de infantería, 1 división ligera, tropas portuguesas, artillería, tren y staff.
Total ejército anglo-portugués: 50.600 hombres
Caballería de don Julián Sánchez: 1.155 hombres

Ejército de Galicia:
1ª División: Mariscal de Campo D. Pedro de la Barcena
Cazadores del Rey, Corona, 1º de Asturias, Voluntarios de León, Tuy, Monterrey, 1er. Batallón de Marina, Orense, Compostela.
2ª División: Mariscal de Campo D. Francisco Cabrera
Voluntarios de Asturias, 2º de Murcia, Toledo, Santiago, Ribero, Oviedo
Reserva: Mariscal de Campo D. Francisco Javier Losada
Voluntarios de Santiago, Benavente, 2º de Asturias, Guadalajara, 2ª Legión de Castilla
División de Caballería: Coronel Conde de Figuelmonte
Granaderos a caballo, Cazadores de Galicia, Húsares de Galicia, Húsares de Cantabria
Total ejército de Galicia: 17.700 hombres
Esta es la fuerza teórica que parte de Burgos. Wellington en cambio el día 27, desde cabezón, escribe al ministro Bathurst y le indica que tiene 4 débiles divisiones de infantería y tres brigadas de caballería. A los que hay que sumar 12.000 hombres del ejército español de Galicia.
Se reparten entre Cabezón de Pisuerga y Valladolid.

Ejército francés:
Ejército de Portugal:
General: Souham
8 divisiones de infantería, 2 divisiones de caballería, artillería, varios cuerpos y staff.
Se le unen una brigada de caballería y otra de infantería del ejército del Norte.
Total: 61.300 hombres
 Fuente Charles Oman – Gómez de Arreche

DEFENSA Y VOLADURA DEL PUENTE
Cabezón de Pisuerga se llena de tropas ya el día 24 de octubre, cuando comienzan a llegar la vanguardia aliada y los pertrechos. Los soldados se sitúan en la altura sobre el puente, disponiéndose los ingenieros a perforarlo para proceder a su voladura. Una nube de polvo cubre el lugar. Los carruajes, heridos y civiles continúan hacia la ciudad de Valladolid.
 El 26 llega a Cabezón el grueso del ejército aliado encabezado por Wellington, preparando la defensa. Las bodegas situadas en la ladera encima del río son aprovechadas para colocar la artillería, y el paso del puente es obstaculizado con carros.  Los vecinos de la población temen que vuelvan a producirse los sucesos del 12 de junio del no tan lejano año de 1808, cuando los franceses, una vez derrotado el ejército del general español Cuesta, desplegado en la orilla derecha junto al puente, entraron en la villa robando todo lo que encontraron a su paso. Tuvieron que acercarse a la ciudad de Valladolid para recomprar por doscientos reales el incensario y la concha de plata de bautizar, al relojero Joseph, que a su vez se los había comprado a los franceses que los sustrajeron de la iglesia; y ciento cuarenta y cuatro reales que abonaron a los alemanes, por la paz y otros objetos de la iglesia. El copón no apareció, teniendo que hacerse uno nuevo. Para que no les vuelva a ocurrir lo mismo, esconden todos los objetos de valor. Los habitantes que pueden, abandonan sus casas camino de Valladolid.
Al atardecer llega el ejército francés, posicionándose en la llanura frente al puente. El general francés Maucune se acerca a inspeccionar las defensas; tras informar al comandante general Souham, éste decide atacar al amanecer. Durante la noche envía diversas patrullas para verificar que el enemigo no se retira. Las primeras luces del día 27 revelan una densa niebla que imposibilita ver la orilla opuesta del río. El ataque tiene que demorarse hasta las nueve de la mañana, momento en que se ordena a la infantería ligera francesa atacar el puente, bajo cobertura de once piezas de artillería dirigidas por dos brigadas de este cuerpo. El puente tiene una longitud de unos 163 metros, que al ser rebasados hay que girar a la derecha para proseguir, por la carretera que transcurre entre el río y la ladera, hacia la población de Cabezón. Las baterías instaladas en la ladera y en la base del puente (divididas en dos grupos, uno para neutralizar el fuego enemigo y el otro para barrer el puente con metralla), junto al eficaz fuego de los fusileros, impiden a los franceses cruzar el río, teniendo que retroceder. Las bajas aliadas son unos pocos heridos, entre los que se encuentra el teniente coronel de artillería Robe; también resulta dañado el hospital de campaña que se ha levantado. Souham desiste de continuar con el ataque y decide seguir bajando por el curso del Pisuerga hasta Valladolid, dejando en Cabezón un fuerte contingente de tropas que fijen la posición aliada. Wellington, desde las alturas de Cabezón, puede observar al ejército de Portugal y comprobar que se ha reforzado con tropas venidas del Norte. Se da cuenta de que está en inferioridad numérica.
            Los franceses descienden por el Pisuerga, siendo la división del general Foy la que va en vanguardia. El 28, a primera hora, se sitúa en los altos de la Maruquesa y de las Contiendas, frente a la ciudad de Valladolid, instalando una batería en ambos lugares con un total de doce cañones. A las 6 de la mañana empieza el cañoneo sobre la población y sus suburbios. En Valladolid se encuentra la 2ª brigada de la 7ª división inglesa, junto a los portugueses adjuntos a esta unidad. La 1ª brigada ha seguido el curso del río hasta llegar al puente de Simancas, donde se encuentran protegiendo este paso. Wellington quiere evitar que el enemigo cruce hacia la orilla izquierda, volando los puentes en caso necesario. El fuego de la artillería francesa se dirige hacia las tropas que defienden el Puente Mayor, y a los bagajes y transportes que llenan el Campo Grande; alcanzando la puerta del Hospital General y una casa de los Doctrinos, quemando parte de ella.
            En combinación con la artillería, el regimiento francés nº 39 de línea baja hacia el puente para tomarlo. La construcción está defendida por la brigada portuguesa que ferozmente detiene el avance de los soldados imperiales. La lucha se extiende por las calles inmediatas saliendo en algunos momentos las bayonetas a relucir.
A media mañana llega a la Maruquesa la 3ª división francesa, para relevar a los hombres del general Foy. Este reanuda la marcha hacia Simancas llegando al mediodía a las alturas que dominan la villa. Allí le espera una pequeña avanzada que se adelantó al amanecer para inspeccionar la posición. Aprovechando que había una densa niebla han cogido desprevenidos a un cabo y tres soldados pertenecientes a los dos batallones ligeros de la Legión Alemana, que junto a un batallón de los Brunswickers y dos cañones están defendiendo el puente sobre el Pisuerga, bajo el mando del general inglés Halkett. Foy, tras inspeccionar la defensa, ordena el ataque; pero el puente es volado y las tropas francesas no pueden rebasarlo.
            De madrugada se vuela el Puente Mayor de Valladolid. Cuando se verifica la salida de la ciudad por parte de los enfermos y bagajes, se da orden de retirada, destruyendo la estructura de madera que se había puesto en el puente tras la última voladura sufrida, en el mes de septiembre. Una larga caravana sale por la puerta del Carmen con dirección a Puente Duero, para alcanzar Villanueva, punto fijado para concentrar las tropas.
            Cuando está a punto de amanecer el día 29, de nuevo se vuelve a oír otra fuerte explosión, en este caso a la izquierda de Simancas. El batallón de los Brunswickers (formado por alemanes al servicio del rey de Inglaterra) ha volado el puente medieval de Tordesillas.  Wellington ya no tiene motivos para continuar en Cabezón y a las cinco de la mañana ordena el avance hacia Valladolid. La división gallega, sin la presencia de Santocildes que tuvo que dejar el mando por enfermar gravemente, marcha tras la sexta inglesa; el día anterior se les repartió 14 cuartos de real para pasar hoy a Valladolid a comprar menestra para su ración, pero la decisión del general inglés les priva de este suministro, conformándose con el poco pan que les queda. De la ración que le corresponde a cada soldado de carne, pan y aguardiente, sólo de esto último pueden echar mano diariamente. Pero, eso sí, los 42 cartuchos y dos piedras de sílex para el fusil, se han encargado los mandos que todo soldado lleve consigo. Cuando los españoles se han distanciado unos pocos kilómetros de Cabezón de Pisuerga, oyen la explosión del puente: el arco central ha sido volado. Los habitantes de la villa ven con pesar descender los restos de la construcción río abajo, sólo hace unos 20 años que se había restaurado.
Fuente: 1812, Wellington en Valladolid (Diputación de Valladolid, 2009)
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