Escultura dedicada a los Hermanos Rejón. Se encuentra situada en la Av. Juan Carlos I, de Leganés |
Entre las víctimas del
levantamiento del 2 de Mayo en Madrid, hay dos hermanos, vecinos de Leganés,
que fueron fusilados el día 5 de mayo en el cuartel de Guardias Walonas situado
dentro del casco urbano leganense. Muchos autores les sitúan en la mañana del 2
de mayo en Madrid, luchando contra las tropas francesas. Al termino del día se
retiran a Leganés donde son hechos prisioneros.
Juan Pérez de Guzmán y Gallo en su obra “El Dos de Mayo de 1808 en Madrid. Relación Histórica Documentada” transcribe las inscripciones del Libro de Defunciones correspondiente al enterramiento de los dos hermanos Rejón:
En la villa de Leganés, el día cinco de mayo de 1808, falleció repentina y violentamente, sin recibir Sacramento alguno, JULIÁN REJÓN, vecino de ella, de edad de veinticuatro años, marido de Pascuala Marín, de cuyo matrimonio no dejó hijo alguno. No otorgó testamento. Se enterró en la ermita de San Nicasio, de esta villa; y por verdad lo firmo – don Pedro Dama – ( Libro X de Defunciones de la Parroquial de Leganés, folio 97 )
En la villa de Leganés, el día cinco de mayo de 1808, falleció repentina y violentamente, sin recibir Sacramento alguno, LEANDRO REJÓN, vecino de ella, de edad de treinta y tres años, marido de Victoria Madrid, de cuyo matrimonio dejó dos hijos, llamados Juan y Casimira. No otorgó testamento. Se enterró en la ermita de San Nicasio, extramuros de esta villa, y para que conste por verdad lo firmo – don Pedro Dama – ( Libro X de Defunciones de la Parroquial de Leganés, folio 97 )
Tras leer las memorias del general de división francés Grouchy, nombrado por Murat Gobernador de Madrid, no tengo tan claro que los dos hermanos lucharan en Madrid. Según se desprende de la correspondencia entre Grouchy, el comandante de Húsares Maignet y el general de brigada Wathiez los dos hermanos permanecieron en Leganés durante aquella jornada y participaron en la revuelta que se produjo en ésta población.
A principios de mayo de 1808 se encuentran acantonados en el cuartel de las Guardias Walonas de Leganés (actualmente sede de la Universidad Carlos III) el 2º regimiento de húsares franceses, al mando del comandante Maignet. Al amanecer del día 2 de mayo se produce el levantamiento del pueblo de Madrid contra las tropas comandadas por Joaquín Murat. Al 2º de husares se le ordena que se dirija a Madrid para ayudar a sofocar la revuelta, cuando llegan quedan pocos focos de lucha y no llega a intervenir, regresando a su acuartelamiento. Durante su ausencia, y ante las noticias que llegan de la capital, varios vecinos deciden atacar a los retenes franceses que han quedado en Leganés. Consiguen reducir a varios húsares y les quitan las armas. Cuando llega el grueso del regimiento, Maignet ordena detener a cuatro vecinos que han intervenido en el ataque a sus hombres. A dos de ellos les intervienen las armas de los húsares (los dos hermanos Rejón) y son condenados a pena de muerte, siendo fusilados en el patio del cuartel y enterrados en la vecina ermita de San Nicasio.
Juan Pérez de Guzmán y Gallo en su obra “El Dos de Mayo de 1808 en Madrid. Relación Histórica Documentada” transcribe las inscripciones del Libro de Defunciones correspondiente al enterramiento de los dos hermanos Rejón:
En la villa de Leganés, el día cinco de mayo de 1808, falleció repentina y violentamente, sin recibir Sacramento alguno, JULIÁN REJÓN, vecino de ella, de edad de veinticuatro años, marido de Pascuala Marín, de cuyo matrimonio no dejó hijo alguno. No otorgó testamento. Se enterró en la ermita de San Nicasio, de esta villa; y por verdad lo firmo – don Pedro Dama – ( Libro X de Defunciones de la Parroquial de Leganés, folio 97 )
En la villa de Leganés, el día cinco de mayo de 1808, falleció repentina y violentamente, sin recibir Sacramento alguno, LEANDRO REJÓN, vecino de ella, de edad de treinta y tres años, marido de Victoria Madrid, de cuyo matrimonio dejó dos hijos, llamados Juan y Casimira. No otorgó testamento. Se enterró en la ermita de San Nicasio, extramuros de esta villa, y para que conste por verdad lo firmo – don Pedro Dama – ( Libro X de Defunciones de la Parroquial de Leganés, folio 97 )
Tras leer las memorias del general de división francés Grouchy, nombrado por Murat Gobernador de Madrid, no tengo tan claro que los dos hermanos lucharan en Madrid. Según se desprende de la correspondencia entre Grouchy, el comandante de Húsares Maignet y el general de brigada Wathiez los dos hermanos permanecieron en Leganés durante aquella jornada y participaron en la revuelta que se produjo en ésta población.
A principios de mayo de 1808 se encuentran acantonados en el cuartel de las Guardias Walonas de Leganés (actualmente sede de la Universidad Carlos III) el 2º regimiento de húsares franceses, al mando del comandante Maignet. Al amanecer del día 2 de mayo se produce el levantamiento del pueblo de Madrid contra las tropas comandadas por Joaquín Murat. Al 2º de husares se le ordena que se dirija a Madrid para ayudar a sofocar la revuelta, cuando llegan quedan pocos focos de lucha y no llega a intervenir, regresando a su acuartelamiento. Durante su ausencia, y ante las noticias que llegan de la capital, varios vecinos deciden atacar a los retenes franceses que han quedado en Leganés. Consiguen reducir a varios húsares y les quitan las armas. Cuando llega el grueso del regimiento, Maignet ordena detener a cuatro vecinos que han intervenido en el ataque a sus hombres. A dos de ellos les intervienen las armas de los húsares (los dos hermanos Rejón) y son condenados a pena de muerte, siendo fusilados en el patio del cuartel y enterrados en la vecina ermita de San Nicasio.
Ermita de San Nicasio, lugar donde fueron enterrados los dos hermanos
Los otros dos vecinos detenidos
son puestos en libertad a petición del corregidor, del alcalde y de varios
vecinos que han respondido de su buena conducta. Los franceses a pesar de todo
toman represalias contra el pueblo, hacen una requisición al Ayuntamiento de
32.000 reales y roban y cometen desórdenes en las casas de los habitantes de
Leganés. Los desmanes llegan a oídos de
Grouchy que, tras los primeros días que suceden al levantamiento de Madrid,
intenta restablecer la paz y relajar el castigo sobre los madrileños publicando
un bando el día 5 de mayo.
El mismo día ordena a Maignet que no ejerza ninguna
búsqueda ni persecución sobre los habitantes de Leganés, como castigo por el
asesinato de los dos húsares el 2 de mayo a manos del grupo de vecinos donde, al
parecer, los hermanos Rejón destacaron sobre los demás y se quedaron con las
armas de los franceses. Le indica que con el fusilamiento de los dos hermanos quede
terminada la venganza. Recomienda a Maignet que tranquilice a los habitantes de
Leganés. Éste obedece a su superior y publica el siguiente bando:
¡Habitantes de Leganés!
¡Habitantes de Leganés!
Declaro sobre mi honor que ninguna búsqueda ni persecución se efectuará contra
los habitantes de Leganés que participaron en el motín del 2 de éste mes. Ambos
individuos castigados servirán de ejemplo. Ahora, paz, unión. Ya es hora que la
humanidad repita todos sus derechos. Habitantes que habéis huido ante el temor
de ser detenidos, volver a vuestras casas, en el seno de vuestra familia; sean
apacibles: su tranquilidad está asegurada a costa de mi existencia.
¡Corregidores, Alcaldes, Curas, Sacerdotes! ¡Unión! y si todavía existen
algunas cabezas perdidas, háganlas volver a los principios de la razón.
Leganés
5 de mayo de 1808.
Grouchy no queda tranquilo con la amonestación a Maignet y dirige una carta al general de brigada Wathiez, superior inmediato de Maignet , que se encuentra en Pinto. Le indica que controle a sus húsares, que arreste a todos los que se han sobrepasado con los españoles y que intente tranquilizar los ánimos para evitar otras posibles revueltas. Wathiez el 13 de mayo le dirige un informe que le ha elaborado Maignet sobre los sucedido. Maignet intenta justificar el comportamiento de sus hombres en Leganés, indica que cuando llegan de Madrid intenta acuartelar a todos sus hombre en un mismo sitio para mantener el orden y la disciplina sobre su tropa, pero que no fue posible ya que el pueblo no le podía abastecer de la paja necesaria, por lo que decidió que se alojaran en las casas de los habitantes del pueblo y que se abastecieran de cada vivienda. Que entonces varios húsares se aprovecharon y robaron en las casas donde se encontraban alojados, pero que él había hecho castigar a varios de sus hombres y que los tenía encarcelados a la espera de castigo. Que el municipio agradecido por las medidas que había tomado para evitar desórdenes y para que en el futuro reinara la buena armonía entre tropa y habitantes le habían ofrecido 32.000 reales que el aceptó. Pero que había empleado una buena parte del dinero en acudir en ayuda de las dos viudas de los hombres fusilados (los dos hermanos Rejón). Que junto al informe enviaba un certificado del Corregidor, el Alcalde y un vecino donde señalaban que la suma la daba el Municipio por voluntad propia sin que hubiera habido demanda por parte del general francés.
Al final, el castigo sobre los húsares que intervienen en los desórdenes entre el 2 y el 5 de mayo en Leganés queda en una reprimenda a Grouchy. El 21 de mayo el mariscal Moncey reprocha a Grouchy que todavía tiene un húsar de su Cuerpo de Ejército encarcelado en Leganés a la espera de juicio, y que otros dos han sido condenados a 10 años “de hierros”. Le advierte que no sea tan susceptible con sus hombres y sobre todo no los condene con tan poco fundamento.
Grouchy no queda tranquilo con la amonestación a Maignet y dirige una carta al general de brigada Wathiez, superior inmediato de Maignet , que se encuentra en Pinto. Le indica que controle a sus húsares, que arreste a todos los que se han sobrepasado con los españoles y que intente tranquilizar los ánimos para evitar otras posibles revueltas. Wathiez el 13 de mayo le dirige un informe que le ha elaborado Maignet sobre los sucedido. Maignet intenta justificar el comportamiento de sus hombres en Leganés, indica que cuando llegan de Madrid intenta acuartelar a todos sus hombre en un mismo sitio para mantener el orden y la disciplina sobre su tropa, pero que no fue posible ya que el pueblo no le podía abastecer de la paja necesaria, por lo que decidió que se alojaran en las casas de los habitantes del pueblo y que se abastecieran de cada vivienda. Que entonces varios húsares se aprovecharon y robaron en las casas donde se encontraban alojados, pero que él había hecho castigar a varios de sus hombres y que los tenía encarcelados a la espera de castigo. Que el municipio agradecido por las medidas que había tomado para evitar desórdenes y para que en el futuro reinara la buena armonía entre tropa y habitantes le habían ofrecido 32.000 reales que el aceptó. Pero que había empleado una buena parte del dinero en acudir en ayuda de las dos viudas de los hombres fusilados (los dos hermanos Rejón). Que junto al informe enviaba un certificado del Corregidor, el Alcalde y un vecino donde señalaban que la suma la daba el Municipio por voluntad propia sin que hubiera habido demanda por parte del general francés.
Al final, el castigo sobre los húsares que intervienen en los desórdenes entre el 2 y el 5 de mayo en Leganés queda en una reprimenda a Grouchy. El 21 de mayo el mariscal Moncey reprocha a Grouchy que todavía tiene un húsar de su Cuerpo de Ejército encarcelado en Leganés a la espera de juicio, y que otros dos han sido condenados a 10 años “de hierros”. Le advierte que no sea tan susceptible con sus hombres y sobre todo no los condene con tan poco fundamento.
Como siempre, muy interesante.
ResponderEliminarGracias por la información
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