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lunes, 27 de abril de 2015

2 DE MAYO DE 1808 - EL LEVANTAMIENTO EN MADRID

El lunes 2 de mayo amanece despejado, tras una noche lluviosa. A las 7 salen de las caballerizas reales dos carruajes hacia la puerta del Príncipe del Palacio Real .
 
Puerta del Príncipe, Palacio Real de Madrid
Murat ha dispuesto la salida para Francia de la Reina de Etruria con sus hijos y del infante Francisco de Paula. La de éste pretende retrasarla a la noche para ocultarla a la población y evitar posibles alteraciones. 
 
Fotografía tomada en la recreación celebrada el día 25 de abril de 2015. Organizada por la Asociación Histórico Cultural Voluntarios de Madrid http://www.voluntariosdemadrid.com/ Cortesía de Felipe Pascua Lorenzo

 La Reina de Etruria es hija de Carlos IV y no muy querida por el pueblo a causa de las maniobras que ha hecho ante Murat para derogar la abdicación de su padre y la intermediación por la liberación de Godoy. El infante es el hijo pequeño de Carlos IV y junto a su tío don Antonio, presidente de la Junta de Gobierno formada tras la marcha de Fernando VII, los últimos miembros de la familia que quedan en Madrid. A las 8,30 la Reina de Etruria sale por la puerta del Príncipe y se monta en uno de los dos carruajes, junto a sus hijos, una aya y un mayordomo. Una vez todo dispuesto parte hacia Francia ante la mirada de un pequeño grupo de gente que se ha reunido frente al palacio. El otro carruaje queda junto a la puerta a la espera de que monte el resto de la servidumbre que acompañará a la reina de Etruria 0 para el pequeño infante, tal como teme la gente que sigue acercándose a palacio y que ya forma un número significativo de personas. Entre éstas se encuentra don Blas Molina, cerrajero de profesión, que al observar detenidamente el carruaje sospecha de la salida de los infantes y exclama en voz alta ¡Traición! ¡Traición! ¡Nos han llevado al Rey y se nos quieren llevar a todas las personas reales! ¡Mueran, mueran los franceses!
 

Fotografía tomada en la recreación celebrada el día 25 de abril de 2015. Organizada por la Asociación Histórico Cultural Voluntarios de Madrid http://www.voluntariosdemadrid.com/ Cortesía de Felipe Pascua Lorenzo

un grupo de los reunidos en la puerta, con Blas a la cabeza, se introduce en palacio y suben a las plantas nobles donde se encuentran con los infantes.
 
 El grupo encabezado por Blás Molina entran por ésta puerta desde el patio real y ascienden las escaleras que hay a mano derecha, encontrándose con el infante don Francisco
Ante su presencia se calman los ánimos, y con la promesa de la salida del infante don Francisco a un balcón de palacio para tranquilizar al pueblo, son convencidos para retirarse. Por el balcón a la derecha de la puerta del Príncipe, que hace escuadra, aparece el infante causando el delirio de la ya gran multitud que se ha congregado frente a la residencia real.
 
 Por el balcón que hay en primer plano a la izquierda se asomó el infante don Francisco de Paula para tranquilizar al pueblo reunido a la puerta del Palacio Real
  Murat, desde su palacio, observa el tumulto y manda a uno de sus edecanes, el jefe de escuadrón Lagrange, a que se informe de lo que pasa.
 
Estatua de Joaquín Murat en Nápoles, Italia
 
 Palacio del Almirantazgo, lugar elegido por Murat para establecer su Cuartel General
El oficial imperial llega de malos modos y sufre la ira del pueblo, si no es por la protección de un oficial de Guardias Walonas que se encuentra a la puerta de palacio y la llegada de 10 granaderos de la Guardia Imperial que acuden en su ayuda, hubiera peligrado su vida. Al mismo tiempo un correo que lleva ordenes para el general Grouchy es acorralado, consiguiendo escapar en el último momento de sus maltratadores. Peor suerte tiene otro soldado francés que procede del cercano cuartel de San Nicolás y es alcanzado frente a San Juan (actual plaza de Ramales), siendo asesinado. 
 
Cuartel de San Nicolás
 Plaza de Ramales. En éste lugar estaba la iglesia de San Juan Bautista, junto a ella fue asesinado el primer soldado  francés durante el levantamiento
Todos estos acontecimientos alarman al duque de Berg que toca generala, poniéndose en movimiento las tropas situadas en los diversos campamentos y acantonamientos franceses. Ordena que un batallón de la Guardia, de los que custodian su palacio, junto con dos piezas de artillería y un escuadrón de cazadores polacos, marchen al Palacio Real para disolver a la multitud por la fuerza. Al llegar hacen fuego sobre la gente, los cañones disparan metralla provocando una gran cantidad de víctimas.
 


Fotografías tomadas en la recreación celebrada el día 25 de abril de 2015. Organizada por la Asociación Histórico Cultural Voluntarios de Madrid http://www.voluntariosdemadrid.com/ Cortesía de Felipe Pascua Lorenzo
 A éstas tropas se les unen las que llegan del cercano cuartel de San Nicolás, quedando un piquete frente al palacio y el resto se dirige hacia las calles de la Almudena y Platerías (primer tramo de la calle Mayor). Son las 10 de la mañana y la lucha se hace general, desde la puerta del Sol se encaminan gran cantidad de gente hacia palacio ante las peticiones de ayuda y sonido de disparos. La calle Mayor es un hervidero donde se juntan los que acuden hacia palacio y los que huyen del ataque de los franceses que avanzan disparando a discreción.
 
 Iglesia de Santiago. En la mañana del 2 de Mayo obreros que estaban reformando la fachada participaron en la lucha, siendo asesinados varios de ellos junto al edificio
Todas las calles alrededor se convierten en campos de batalla, centrándose la acción frente a Consejos, plaza de la Villa y plaza Mayor. 
 
 La Puerta del Sol y la iglesia del Buen Suceso. Maqueta del Madrid de 1830 instalada en el Museo de Historia de Madrid
Mientras tanto el general Grouchy se dirige hacia el Retiro para tomar el mando de sus tropas. Reúne a las acuarteladas en el Retiro con las del Pósito y con las que se encuentran en el Prado, formando tres grupos: uno de ellos se dirige por Alcalá comandado por el general Aubrée hacia la Puerta del Sol, el segundo dirigido por Godinet avanza por la carrera de San Jerónimo hacia el mismo destino; en el Prado queda el tercer grupo formado por coraceros y dragones que se encargan de cerrar las puertas de entrada de Atocha, Alcalá y Recoletos. Los dos primeros grupos llevan un cañón cada uno, que junto a la habilidad de la caballería que carga por las dos calles, van sembrando el terror hasta llegar a su destino: la Puerta del Sol. Al desembocar en la plaza se produce un violento combate entre la caballería Imperial formada por la Guardia y Mamelucos contra los habitantes de Madrid que allí se encuentran. Muchos se parapetan junto al edificio de Correos, junto a la iglesia de Buenavista y en las gradas de San Felipe. Las escenas son brutales, llenándose pronto la plaza de víctimas.

Placa en recuerdo a los que lucharon durante el 2 de Mayo en la Puerta del Sol. Está situada en la fachada de la Real Casa de Correos
Murat se ha situado en la cuesta de San Vicente junto con su Estado Mayor, impartiendo órdenes a las diversas unidades que componen su ejército:
Ordena al general Lefranc que abandone con su regimiento el convento de San Bernardino para que entre en la población por la puerta de Fuencarral. Un batallón de Marinos de la Guardia ocupa el puesto de reserva en el palacio de Murat, mientras el resto de la unidad empieza a enfrentarse a los madrileños que se acercan al cuartel que ocupan de los Guardias de Corps (Conde Duque).
La compañía Vasca se establece en la plaza de Santo Domingo. La Guardia a caballo forma en batalla delante de sus cuarteles, desde la calle del Prado Nuevo (actual plaza de España) hasta la puerta de San Vicente. Los campamentos situados en la Casa de Campo se levantan y la 1ª División se dirige por el puente y calle de Segovia hacia el centro de la villa. También el duque de Berg ha ordenado que los coraceros que se encuentran en los Carabancheles y los húsares de Leganés, entren en Madrid. Éstos últimos no llegan a tiempo de entrar en acción.

 Composición y localización de las tropas francesas en Madrid en Mayo de 1808. Informe francés sobre lo sucedido los días 1,2 y 3 de Mayo. Archivo Histórico Nacional.  Signatura: ESTADO,L.930




 
Los coraceros pronto hacen acto de presencia en el puente de Toledo que cruzan al galope camino de la puerta del mismo nombre.

 Puerta de Toledo. La actual  se comenzó a construir durante el reinado de José I
Al llegar se la encuentran bloqueada por un numeroso grupo de gente armada defendiéndola. La oposición es fuerte pero el empuje de la caballería francesa rompe el muro, avanzando por la calle de Toledo y disolviendo el tumulto formado en la plaza de la Cebada. Con la llegada de los refuerzos, las principales arterias y plazas son poco a poco controladas por los franceses. En la plaza Mayor dominan los presos de la cercana Cárcel de la Corte que han pedido salir a la calle a luchar bajo la promesa de regresar, han conseguido capturar un cañón y rechazar varias cargas pero llega un momento en el que se ven sobrepasados y se retiran por las calles aledañas a la plaza. Prácticamente todos cumplirían su promesa y regresarán a la cárcel. En la plaza de Puerta Cerrada, una vez tomada su posesión por los imperiales, se produce el saqueo del palacio arzobispal.

Palacio Episcopal, en la calle San Justo
Lo mismo ocurre con varias casas de la grandeza como la del duque de Hijar, cuyo palacio situado en la carrera de San Jerónimo, es asaltado y dado a la rapiña. No muy lejos el personal del Hospital General (hoy museo Reina Sofía) se atrinchera dentro del edificio cometiendo actos de violencia contra los enfermos del ejército francés que allí se encuentran hospitalizados. Inmediatamente llegan batallones mandados por Murat para tomar el hospital, consiguiendo su objetivo tras una encarnizada lucha dentro de las instalaciones sanitarias. 
El foco de lucha se traslada a las cercanías del Parque de Artillería, donde acuden numerosas personas en busca de armas con las que seguir combatiendo. En todos los demás cuarteles los soldados regulares se mantienen en sus puestos sin posicionarse del lado del pueblo, cumpliendo las órdenes recibidas de no intervención en altercado alguno contra las tropas francesas. En cambio en el cuartel de artillería, situado en el Palacio de Monteleón, los capitanes Daoíz y Velarde han armado a todo paisano que ha solicitado armas.


Cuartel de Monteleón en 1830

 


El Cuartel de Monteleón en 1862. Biblioteca Nacional. Cortesía de Miguel Ángel Camino del Olmo
El destacamento francés que se encontraba dentro del recinto es desarmado y hecho prisionero. Daoíz toma el mando del cuartel y distribuye las pocas fuerzas profesionales de que dispone, a los artilleros del parque se les ha sumado una compañía de los Voluntarios de Estado que ha traído Velarde del próximo cuartel de Mejorada, en la calle de San Bernardo. Los paisanos que tienen armas de fuego se colocan a lo largo de débil muro que protege el parque y en los edificios colindantes. Los demás, con armas blancas, se colocan tras la puerta de entrada. Mientras se toman estas disposiciones aparece un piquete francés que se acerca al cuartel con intención de entrar, pero es fácilmente dispersado. Por la calle de Fuencarral desciende un destacamento francés que se aproxima a Monteleón desembocando por la calle de San Miguel y San José (hoy las calles Daoíz y Velarde). Consigue llegar a la puerta del cuartel y cuando entran dentro del perímetro de fuego de los defensores una violenta carga de fusilería y artillería, de las piezas situadas tras la puerta, detiene el avance y causa una gran cantidad de bajas provocando la desbandada de las tropas francesas.
 Hoy en día solo queda el arco de la puerta del cuartel de artillería. Entre el cuartel y la iglesia estaba parte del Convento de Las Maravillas, derribado en el último tercio del XIX
 Daoíz aprovecha el momento de tregua para sacar las piezas de artillería fuera del parque y preparar la defensa en el perímetro exterior. Junto con Velarde ordena emplazar una pieza de artillería en la puerta del cuartel apuntando hacia la calle San Pedro Nueva (hoy del 2 de mayo), dos cañones en la calle San Miguel y San José apuntando una hacia San Bernardo y la otra a Fuencarral. Una cuarta dentro del parque apuntando a la puerta ya destrozada. Los Voluntarios de Estado junto a paisanos se distribuyen a lo largo de los muros para evitar el avance francés y la posible entrada del enemigo por su espalda. Al poco tiempo vecinos de las fincas colindantes avisan de la aproximación de una columna enemiga por la calle de San Bernardo. Viene mandada por el coronel Montholon que reúne los restos del destacamento anterior vencido y entra en la calle San Miguel y San José. La defensa es férrea pero el avance francés se hace imparable, el teniente de los Voluntarios de Estado Jacinto Ruiz cae gravemente herido. Se espera el inminente combate final, pero en el momento cumbre del ataque aparece Melchor Álvarez por la calle de San Pedro Nueva, el capitán de los Voluntarios del Estado porta una bandera blanca para solicitar tregua y parar la masacre. Los franceses se aproximan a la puerta del cuartel y ordenan la rendición a la vez que Melchor Álvarez trae órdenes del Gobierno para que la defensa termine. Un paisano que está junto a uno de los cañones inesperadamente prende la mecha disparando a bocajarro a los franceses la carga de metralla que contiene la pieza de artillería. El efecto es devastador y los que no han caído heridos huyen, siendo Montholon apresado.
Murat desespera ante la incapacidad de tomar el cuartel de artillería y ordena un ataque masivo, manda la brigada Lefranc de la II división de infantería del general Goblet a tomar el parque. Se colocan dos piezas de artillería en la calle San Bernardo para batir la posición española.

Calle Ancha de San Bernardo. Fotografía tomada en la esquina con la calle de Daoíz, en este punto se colocaron las piezas de artillería francesas para preparar el último ataque
 A la vez columnas francesas atacan por varias calles colindantes para aislar la defensa.

Calle de Daoíz. Escenario del ataque final por parte de las tropas francesas
 Tras el fuego de artillería se ordena el ataque principal. Los españoles se quedan sin munición y las bajas no se cubren con otros hombres. Velarde es herido de muerte en el pecho y Daoíz en una pierna. La baja de los dos héroes causa efecto en la moral de los defensores y los franceses consiguen tomar el parque. Lefranc se acerca a Daoíz, que yace mal herido a la puerta del cuartel apoyado en un cañón. El francés interpela al español con insultos, éste saca su espada pero es atacado por un grupo de franceses que le dejan moribundo. El parque de Monteleón es rendido.
Con la confusión de la toma del cuartel, compañeros de Velarde consiguen ocultar su cuerpo y llevarlo a la iglesia de San Martín (en la plaza de las Descalzas).

 Plaza de San Martín,  en ella estaba la iglesia y convento de San Martín
  Allí es amortajado con el hábito franciscano al llegar envuelto con la tela de una tienda de campaña, los franceses le han dejado desnudo tras robarle su uniforme y las pertenencias que llevaba consigo. A la misma iglesia es trasladado al caer la noche, desde su casa de la calle Ternera, el cadáver de Daoíz.

Placa que señala la situación de la casa de Daoíz, en la calle de la Ternera
 Todavía con vida es sacado del parque de artillería y llevado a su casa, donde al poco fallece. Los dos son enterrados juntos en el interior de la iglesia.

Estatua de Pedro Velarde, Santander.
 El teniente Ruiz es sacado con vida de Monteleón y llevado al cuartel de los Voluntarios de Estado en la calle de San Bernardo, posteriormente consigue ser escondido y restablecerse de sus heridas. Todavía sin terminar de recuperarse, a principios de 1809, sale de Madrid hacia Badajoz para unirse al ejército español. Durante el trayecto tiene que parar en Trujillo al agravarse su estado, falleciendo el día 13 de marzo.

Monumento al teniente Jacinto Ruiz, en la plaza del Rey
 La revuelta poco a poco es sofocada y las autoridades españolas deciden recorrer las calles de Madrid para apaciguar los ánimos y parar los combates que persisten. Deciden publicar un bando dirigido a la población. Desde Los Consejos (calle Mayor esquina Bailén) comienza el recorrido de la siguiente forma:
A la cabeza de la comitiva van mezclados Guardias de Corps y soldados de la Guardia Imperial de a caballo. Les siguen un general francés con sus edecanes, Aranza, O’farril, Negrete y el gobernador de la Plaza de Madrid, con algunos oficiales españoles y franceses. Tras ellos, sin etiqueta, los Consejos, varios subalternos y porteros de Cámara que sirven en el Tribunal. A los laterales y retaguardia Guardias de Corps, soldados de la Guardia Imperial y caballería.

 Edificio de Los Consejos, en la calle Mayor
El recorrido que hacen es:
Plaza de la Villa, donde se unen el marqués de Villafranca y el conde de Miranda, Platerías, puerta de Guadalajara, plaza Mayor, calle de Atocha, hasta llegar al frente de la calle Concepción Jerónima. Se va publicando de trecho en trecho el bando para que las gentes se retiren a sus casas. Durante el trayecto se oye tiroteo por las calles cercanas y las autoridades españolas piden al general francés que les acompaña que ordene el alto el fuego para ayudar en el apaciguamiento de la población. El general, por medio de sus edecanes y soldados, transmite la orden a los cuerpos franceses que encuentra.
Frente a Concepción Jerónima toman la decisión de separarse en dos grupos para poder abarcar más calles. Un grupo lo forman Aranza, duque de Granada, marqués de Caballero, el de Villafranca y conde de Miranda, Capitán General, varios ministros y oficiales franceses y españoles. Éste grupo recorre La Trinidad, calle de Relatores, Duque de Alba, Mesón de Paredes hasta la Escuela Pía, la del Ave María, Magdalena, San Antonio de Piedra, plazuela de Antón Martín, Atocha, plazuela de Matute, calle de Las Huertas, plazuela del Ángel, Carretas, Puerta del Sol y Mayor hasta volver a los Consejos.
El otro grupo lo forman O’farril, el general francés, el Gobernador de la Plaza, varios oficiales franceses y españoles, junto con otras personas principales. Recorren Carretas, Puerta del Sol (donde se encuentra numeroso grupo de oficiales franceses con artillería, infantería y caballería), calle Alcalá, Angosta de Peligros, Caballero de Gracia, Red de San Luis, Jacometrezo, plazuela de Santo Domingo, Ancha de San Bernardo, Pez hasta más arriba de la fuente del Cura. Desde aquí deciden dar parte a Murat de lo realizado y solicitar que dé la orden de retirada a sus tropas y retornen a sus cuarteles. A las 3,30 de la tarde se da por terminada la revuelta en Madrid. Los cadáveres esparcidos por las calles señalan donde se han producido las luchas más violentas entre el pueblo madrileño y el ejército imperial: 
Murat no quiere dejar sin castigo la revuelta y, a pesar de su primera intención expresada a las autoridades españolas de respetar a los atacantes si deponen las armas, rápidamente establece una comisión militar, dirigida por el general Grouchy, en la casa de Correos de la Puerta del Sol. Su misión es la de juzgar a los prisioneros capturados durante la revuelta y a los que se empiezan a retener por sospechar de su intervención en la lucha. También en el paseo del Prado y en el propio palacio de Murat se establecen consejos militares similares al de Sol. En prácticamente todos los casos la sentencia es la pena de muerte. La mayoría de los madrileños todavía no lo saben pero el Gran Duque de Berg ha dirigido una orden del día a su ejército donde manda entre otros puntos: detener a todo individuo que sea sorprendido en posesión de armas, que sea disuelta a la fuerza cualquier reunión de más de ocho personas, que todo lugar donde sea asesinado un francés sea quemado.

Diario de Madrid con el bando de Murat
 Inmediatamente empiezan las ejecuciones, un grupo de reos que se encuentran detenidos en la covachuela de San Felipe el Real son conducidos a través de la Puerta del Sol hasta el hospital del Buen Suceso, y en su patio son fusilados (actualmente no existe ya la iglesia hospital del Buen Suceso, se pueden contemplar parte de sus ruinas dentro de la estación de Cercanías de Sol. También han aparecido restos en las obras de acondicionamiento del antiguo hotel París). 

 Restos de la iglesia del Buen Suceso, se pueden contemplar en la estación de Cercanías de Sol
 En el paseo del Prado, en las caballerizas reales del palacio del Buen Retiro y en las tapias de la huerta del convento de los Trinitarios Descalzos, son arcabuceados gran cantidad de madrileños a los que se les da sepultura juntos en la pradera al pie de las caballerizas del Buen Retiro (el lugar fue nombrado en 1814 Campo de Lealtad y en 1825 se levanta un monolito conmemorativo. Hoy en día es conocida como plaza de la Lealtad).

Plaza de la Lealtad en 1830. Se pueden las Caballerizas Reales, lugar de fusilamientos, y las tapias de la huerta de los Trinitarios Descalzos
Plaza de la Lealtad
 Al otro lado de la villa, en el cuartel del Prado Nuevo (actual plaza de España) son reunidos otra gran cantidad de presos. Bastantes han sido capturados en el Parque de Monteleón una vez terminada la lucha, otros han sido juzgados en la Casa de Correos y en el palacio de Murat y tras ser condenados han sido conducidos al cuartel. Al caer la noche se les ordena marchar hacia la cercana montaña del Príncipe Pío y son fusilados.

En primer plano la montaña del Príncipe Pío, justo detrás el cuartel del Prado Nuevo
 Hasta el día 12 permanecen insepultos, en total suman 43 patriotas que son enterrados en el inmediato cementerio de La Florida.

Vista aerea del cementerio de la Florida

 Lugar del primer enterramiento de las víctimas ejecutadas en la montaña del Príncipe Pío
Cripta donde descansan actualmente los restos. Cementerio de la Florida
 Otras víctimas serán fusiladas en diversos parajes de Madrid, muchas de ellas sin ser juzgadas.

 Placa conmemorativa a los héroes del 2 de mayo, junto al Palacio Real

Texto: Extracto del artículo publicado en el número 53 de la revista Madrid Histórico "Madrid en la guerra de la Independencia (I)"
 http://www.edicioneslalibreria.es/tienda/index.php?controller=category&id_category=96

Fotografías: Miguel Ángel García García. Excepto las correspondientes a la recreación napoleónica celebrada el día 25 de abril de 2005, cuyo autor es Felipe Pascua Lorenzo y las del Cuartel de Monteleón que están depositadas en la Biblioteca Nacional.         
  
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1 comentario:

  1. ¡Qué buen trabajo! Mañana volveré a recorrer esos lugares, con un grupo de amigos, contándoles lo que allí pasó aquel día.

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