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domingo, 21 de febrero de 2021

LA CARTA PERSONAL QUE THIEBAULT NUNCA LLEGÓ A MANDAR AL GENERAL ESPAÑOL CARLOS DE ESPAÑA

En agosto-septiembre de 1811 el general francés Mouton-Duvernet entró en Ledesma (Salamanca) cogiendo a 9 soldados del batallón de infantería Ligera de Cazadores de Castilla, fusilándolos poco después. El general español Carlos de España decide hacer lo mismo con 9 prisioneros franceses y manda una carta a Thiebault, por entonces al mando del 7º Gobierno francés, comunicándole su intención. La carta fue mandada publicar por Carlos de España y se puede leer en el número 148 de la Gaceta de las Regencias de España e Indias de fecha 12 de noviembre de 1811. La indicada carta no tiene respuesta y durante los siguientes días remitirá otras tres más a Thiebault que igualmente no tienen respuesta.

Thiebault en sus memorias dejará escrito el motivo de no responder a Carlos de España:
… Bonté fue reemplazado por la brigada de la Guardia a las órdenes del general Mouton-Duvernet. Sin embargo, otro inconveniente surgió de este reemplazo, ya que, como consecuencia del orgullo de los jefes y de las pretensiones de los pequeños oficiales, todo el que servía en esta Guardia tenía que gozar siembre de una situación privilegiada. Así, aunque bajo mis órdenes, Mouton-Douvernet fue encargado especialmente de luchar contra don Julián o, como se decía entonces, de destruirlo. Esta idea era absurda; pero fuera como fuere, no tardó en entrar en campaña, sorprendió uno de sus puestos, hizo prisioneros a ocho hombres de las tropas de don Julián y los mandó fusilar allí mismo.
Al día siguiente recibí del marqués de España una carta de ocho páginas in-folio. Comenzaba diciéndome que la reputación honorable de mi padre y la opinión que se tenía de mí en estas provincias lo habían convencido de que no serían el escenario de actos caníbales; que sin embargo un tal Mouton-Duvernet, salido sin duda de las cuadras revolucionarias, acababa de cometer uno de esos crímenes desconocidos entre los pueblos civilizados y del que España acabaría haciendo justicia; que la venganza había sido inmediata, y que ocho soldados franceses, elegidos entre los prisioneros que estaban en su poder, acababan de ser fusilados en el mismo lugar donde los españoles lo habían sido, y que tales represalias se renovarían cada vez que diera lugar a ello. El marqués añadía que, sin imputarme personalmente el hecho que había sido perpetrado por tropas de la Guardia, que sabía independiente, me prevenía, sin embargo, de que estaba en disposición de hacer saber al Emperador todo cuanto quisiera, y especialmente el contenido de su carta, que cerraba con esta fórmula: «Qué Dios os conserve muchos años…, pero fuera de España». Repliqué enseguida con una larga carta tan larga como contundente; pero, teniendo a Dorsenne como superior, pensé que no debía enviar mi respuesta sin su consentimiento; se la comuniqué, y como él juzgó tales relaciones inútiles, por no decir, tales explicaciones embarazosas para la Guardia Imperial, la carta del marqués de España quedó sin respuesta, lo que me determinó a hacerle saber que mi silencio no dependía de mí.
No fue tal la premura de Thiebault en responder a Carlos de España como dice en sus memorias, la carta del general español está fechada el 18 de septiembre de 1811 y su respuesta escrita en Salamanca el 21 de octubre. Tampoco fueron 8 los fusilados, sino 9 como indica Carlos de España. Thiebault no llegó a romper las cartas del general español ni su respuesta de 19 páginas que se quedó sin mandar.
Aquí se muestra la primera y última hoja de la carta:



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