Sureda por Francisco de Goya
Anexo I del artículo sobre la Ciudadela del Buen Retiro:
En el Archivo General de Palacio he encontrado documentación de la Real Fábrica de Porcelana. En ella se describe el estado de la misma, a principios de 1809, ya ocupada por las tropas francesas. Tras leerla me confirmo en que la motivación de los ingleses cuando volaron su edificio en 1812 era no dejar un punto fortificado a los franceses a su vuelta a Madrid. La fábrica estaba completamente desmantelada ya en 1809.
Los documentos son solicitudes del director de la fábrica don Bartolomé Sureda para que se pueda salvar lo poco que queda de los materiales que hay en sus instalaciones y peticiones para ayudar económicamente a sus trabajadores.
Att. Del Excelentísimo señor Conde de Melito
Habiendo representado al Sr. Conde de Cabarrús la necesidad de mudar de la Real Fábrica de Porcelana los pocos efectos que han quedado en ella para que no se acabasen de inutilizar, con fecha 10 del corriente me participa dicho señor me entienda con V.E. sobre el particular por ser el encargado de todos los establecimientos de Palacio, como superintendente general que es de la Real Casa a cuyo efecto le había dirigido mis dos oficios de 7 y 9 del mismo. Por otra orden de 14 de dicho mes, me avisó el citado señor conde de Cabarrús, pasase inmediatamente a la Real Fábrica de Porcelana a esperar en ella a V.E. lo que ejecuté sin demora alguna más no habiendo tenido el honor de ver a V.E. por que tal vez no se lo permitiría sus ocupaciones, me pareció muy justo pasar al Real Sitio del Pardo a ofrecerme a la disposición de V.E. y recibir sus ordenes sobre lo que tenía representado y cualesquiera otra cosa que tuviera a bien comunicarme, pero por desgracia tampoco pude ver a V.E. por hallarse ocupado con S.M. por cuya razón no puedo menos de repetirle la indispensable necesidad de que con su permiso se trasladen los pocos efectos que han quedado en dicha Real Fábrica para que no se acaben de destruir todos, pues la tropa ignorando cuanto valen los destruyeron a su entrada sin saber el daño que ocasionaron en los intereses de S.M. pues la fábrica según el estado en que ha quedado, es imposible continúe en sus labores sin tener que sufrir un crecido desembolso el erario para el habilito de los utensilios y talleres que se hallan totalmente arruinados sin hacer presente a V.E. el miserable estado a que han quedado reducidos sus operarios por haber sido saqueados y padecer el atraso de nueve meses en los pagos de sus sueldos.
En esta atención, si V.E. dispusiese que los citados efectos se trasladen a la casa en que se pusieron anteriormente por disposición del señor Gran Duque de Berg [en la calle del Turco] es indispensable ordene que por la Tesorería General se me entreguen de cinco a seis mil reales para los gastos de la mudanza y sino que en una de las piezas de dicha fábrica se pusiesen todos con la seguridad correspondiente hasta que S.M. determine lo que tenga por conveniente.
Real Fábrica de Porcelana
18 de diciembre de 1808
Bartolomé Sureda
Sureda vuelve a presentar a mediados de enero de 1809 un memorial para solicitar que los trabajadores de la fábrica puedan seguir cobrando sus nóminas. Es interesante por el resumen histórico que hace:
… Al advenimiento del señor don Carlos 3º al trono de España trajo de la ciudad de Nápoles varios artistas para establecer una Real Fábrica de Porcelana, igual a la que tenía en dicha ciudad.
A este efecto hizo construir en el Real Sitio del Buen Retiro el edificio que existe en él para dicha fábrica y habitación de sus operarios creando para jefe de ella un intendente que lo fue siempre un ayuda de cámara de su real persona, el cual corría con los caudales que se entregaban para gastos de las obras y sueldo de los citados operarios cuyas cuentas rendía a su debido tiempo la superioridad.
Todas las obras que se ejecutaban en la citada fábrica eran destinadas únicamente para servicio de la real persona mediante a que este establecimiento ha sido siempre más una casa de recreo de S.M. que de utilidades, por cuya razón todos los caudales que se invertían en el se han entregado por la tesorería general.
En consideración a todo lo dicho S.M. ha concedido siempre a las viudas de los citados operarios por su fallecimiento la tercera parte del sueldo que gozaban aquellos, y además a octava de dicha tercera parte para pagar habitación en Madrid, en atención a que luego que fallecen sus maridos dejan desocupada la que tenían en la citada casa, de que dimanan las viudas y huérfanos que constan en la relación de individuos.
Bajo este mismo sistema continuo el establecimiento en el reinado del señor don Carlos 4º haciéndose la porcelana igual a la de Nápoles con el mismo fin de surtir la real servidumbre, hasta que determinó S.M. en el año de 1791 que del sobrante de dicha porcelana después de dar la necesaria para los usos de Palacio se vendiese al público, estableciendo para ello un despacho con los dependientes que constan en la relación de estos, que acompaña.
Habiéndose mejorado en todo este tiempo la fabricación en Francia a imitación de la de Sajonia dispuso S.M. que de su real cuenta pasase a París don Bartolomé Sureda (actual director de la insinuada fábrica) para instruirse en el método de mejorar la fabricación y poner en el estado de perfección en que se hallan las fábricas de Francia, ésta.
Así se verificó y habiendo regresado el citado don Bartolomé Sureda, y hecho las pruebas de la nueva fabricación ordenó S.M que la precitada su Real Fábrica se arreglase bajo el sistema de gobierno y administración que consta del reglamento Nº 1 que se adjunta.
En este estado se hallaba dicho establecimiento esmerándose cada uno de los individuos de el por corresponder a los deseos de S.M. cuando han ocurrido las extraordinarias novedades en esta monarquía que entorpecieron los progresos de la fábrica, por que como va dicho dependía su subsistencia del gobierno padeciendo los pobres individuos el crecido atraso de nueve meses en el cobro de sus sueldos faltando igualmente los caudales para las labores y acopios de materiales necesarios para la fabricación, mas sin embargo los pocos que existían en ella, continuaban ocupados sus dependientes lisonjeándose de que mejorando las circunstancias se restablecería dicha fábrica, único recurso con que constaban para su subsistencia, por ser sola ella la que hay en todo el reyno, hasta que por el serenísimo señor gran Duque de Berg se mandó desalojarla y trasladar todos los efectos mas precisos para que continuasen en sus ocupaciones los citados individuos a una casa perteneciente a la Real Hacienda, situada en la calle del Turco, ordenando igualmente que a los individuos se les abonase por Tesorería General la octava parte de sus sueldos para pagar casa en Madrid, mediante a que sus habitaciones fueron destinadas para las tropas francesas en cuya traslación y estancia de las citadas tropas en dicha casa, se destruyeron parte de sus talleres, y extraviaron gran número de piezas y enseres de que se dio cuenta a la superioridad, pero habiendo evacuado aquellas así dicha casa como esta Villa se les mando restituir a ella, y que continuasen como anteriormente en sus tareas.
En este estado se hallaban cuando han vuelto las citadas tropas a dicha villa siendo el primer edificio de ella que ocuparon por su localidad, habiéndole destruido todos los enseres que sin un crecido desembolso del erario no se pueden reparar, y lo que es peor a sus pobres individuos reducidos a la mas miserable mendiguez por haber perdido sus equipajes y cuanto tenían estos infelices para sus sustento, siendo dignos de la mayor compasión.
…..
Cuando ocuparon las tropas francesas dicha Real Fábrica el día 3 de diciembre anterior, además de haber destruido todos o la mayor parte de sus enseres, extraviaron toda la porcelana que en crecida cantidad y diferentes estados existía en ella.
Madrid 12 de enero de 1809
Bartolomé Sureda
El nuevo gobierno no tiene intención de volver a poner en marcha la fábrica y Sureda marcha a París. En su solicitud para el viaje justifica el aprender nuevas formas de fabricación de porcelana. Vuelve en 1814 y pasa a las reales fábricas de hilados de Guadalajara. En 1821 es destinado a la nueva fábrica de porcelana en la Moncloa para en 1829 retirarse.
Fuente:
Archivo General de Palacio
Sección José I
Caja 115 – Expediente 5
Anexo II:
http://1808-1814escenarios.blogspot.com.es/2015/04/anexo-ii-la-ciudadela-del-buen-retiro.html
Muy esclarecedor. Es evidente que los ingleses no necesitaban hundir nuestra economía, para esos nos hemos bastado muy bien solitos los españoles con la inestimable ayuda de los franceses. ¿Os acordáis de aquellos camiones de fruta españoles con su carga tirada por los suelos en la frontera francesa?
ResponderEliminarEn Salamanca se dice que los hombres de Wellington destruyeron las fábricas de paño de Béjar para que no compitieran con las británicas. Otro sin sentido, precisamente esas fábricas salmantinas cuando más pujantes fueron fue después de la Guerra. Además. me temo que Wellington tenía otras preocupaciones. ¿Qué más le daba a él una fábrica de porcelana en Madrid con la de preocupaciones que tenía?
Pero no eran unos benditos. Ando detrás del incendio de San Sebastián y todo indica que fue planificado. El saqueo que sufrió la ciudad, como el de Ciudad Rodrigo y Badajoz, puede ser debido a las circunstancias de su toma; pero el incendio ocurre unos días después de la toma de la ciudad y tras sufrir el saqueo de rigor ¿que necesidad había para la destrucción de este importante puerto comercial?
ResponderEliminarYo comparto en general lo que dice Miguel Angel Martin Más, pero como dicen en mi pueblo.... "de la que vamos"
ResponderEliminarHola, felicitaciones por esta web.
ResponderEliminarYo creo que los británicos destruyeron la fortaleza del Retiro por razones meramente tácticas. Todo el conjunto de edificios levantados allí, eran de escasa calidad arquitectónica, y resultaron dañados en el verano de 1808, en diciembre de ese año y en 1812. No quisieron dejar intacto un conjunto de fortificaciones de esa envergadura. El secreto de la porcelana ya no era tal a principios del XIX. Este es otro de los tópicos de la GI. Ello no es óbice para señalar que los británicos actuaron siempre anteponiendo el propio interés, cosa lógica aúnque sea poco ética. Wellington siempre contó con tropas escasas, y solo entró a combatir en España de manera puntual y cuando la situación estratégica era favorable.
Jose Manuel Guerrero Acosta
Estoy totalmente de acuerdo Jose Manuel con tu comentario, en la estrategia seguida por Wellington tenemos que tener en cuenta que no tenía un ejército comparable al francés en número de efectivos y tenía que protegerlo. En caso de haber sufrido una grave derrota, o una retirada de la península como la de Moore, sería muy probable que el Parlamento británico no volviera autorizar otra misión en la Península, y por supuesto la reputación de Wellington quedaría marcada. Claro está, sin la ayuda española es muy dudoso que hubiera conseguido su objetivo.
ResponderEliminarPor cierto me gustaría que me mandaras tu correo por Email para poder contactar contigo. Un saludo,