Antes de buscar el vado de Flores, donde fue colocado el puente de Caballetes http://1808-1814escenarios.blogspot.com/2010/10/el-vado-donde-wellington-puso-el-puente.html, visitamos Espeja. En este pueblo está o estuvo enterrado el general Henry Mackinnon de los Coldstream Guards, que falleció en la gran brecha de Ciudad Rodrigo durante el asedio de 1812.
La gran brecha donde fallece Mackinnon
Wellington y Picton, en sus despachos, determinan que la causa de la muerte fue la explosión de una mina colocada por los franceses; en cambio John William Cole en su obra Memoirs of British generals distinguished during the peninsular war relata el testimonio de un oficial que vio el cadáver. Este oficial sitúa a Mackinnon en el lado interior de la muralla, apoyado sobre su espalda, dentro de la ciudad. Deduce que el general recibió una herida de gravedad y cayó hacia ese lugar. La cara y las manos las tenía sin quemaduras, algo extraño para alguien que muere de una explosión. Solo conserva la camisa y el pantalón azul, le habían despojado de todo lo demás, incluso de sus botas. Por otro lado tenemos el testimonio más realista de J.S. Cowell-Stepney en Leaves from the diary of an officer of the Guards. A Cowell se le encarga el día siguiente de la toma de Ciudad Rodrigo que salga de Espeja, donde se encuentran los Coldstream Guards, con un grupo en busca del cadáver de Mackinnon. Después de un rato de sacar escombros de mampostería de la muralla y cadáveres se encuentran con el cuerpo de Mackinnon al fondo del foso, Cowell piensa que a la familia del general le gustaría tener un recuerdo y corta un mechón de pelo de la parte trasera de la cabeza, para entregárselo al teniente coronel Jackson (amigo de la víctima). Se encarga a un sargento que traslade el cadáver a Espeja. Cowell permanece ese día en Ciudad Rodrigo y contempla el desmontaje de las baterías aliadas y los preparativos para la reparación de la muralla, ya que se espera que el mariscal Marmont se presente pronto frente a la plaza. Cowell relata que el día 23 dan sepultura a Mackinnon, con honores militares y gran sentimiento de los presentes, en la plaza de Espeja. El lugar elegido no es de su agrado ya que a pesar de los servicios que prestan los británicos a la nación española les niegan ser enterrados en tierra consagrada por “herejes”. Son validos para aportar dinero y municiones de guerra pero no para ser enterrados de manera digna en una cristiana sepultura, llega afirmar que el turco es más tolerante.
Años después Pascual Madoz en su obra Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España deja escrito en la entrada sobre la población de Espeja:
En la plaza de esta v., é inmediato á la iglesia., existe un sepulcro, en el que yace el gefe inglés que conducía la brigada que tomó á los franceses la plaza de Ciudad-Rodrigo, el cual murió en la brecha al tiempo de montarla.
Desgraciadamente no se ha conservado hasta nuestros días el sepulcro y no queda nada que pueda indicar que Mackinnon siga enterrado en Espeja.
IGLESIA Y PLAZA DE ESPEJA
Otra gran entrada. Pronto tendremos en la calle el diario del general Mackinnon ilustrado, comentado, introducido y traducido al español. Te has ganado un ejemplar gratis con esta entrada. Un abrazo
ResponderEliminarSi el libro es como comentas es una buena noticia, tal vez alguien de Espeja o la Diputación de Salamanca lo lee y se le ocurre poner una placa en Espeja que recuerde a Mackinnon, igual a la del paisano al que se le recuerda con la placa que existe en la fachada de la iglesia.
ResponderEliminarEstamos en ello, puesto que la publicación del libro vendrá acompañada de un pequeño monolito dedicado al general Mackinnon y que se colocará en la plaza, al lado de la iglesia. Es algo por lo que llevo años bregando. Espero que al final podamos sacar todo adelante, ya sabes que no contamos con muchos medios. Pero intención hay, por lo menos. El alcalde de Espeja aprecia el personaje de Mackinnon y los avatares que lo llevaron a Espeja.
ResponderEliminarTodo tiene que estar antes del 200 aniversario de la batalla de Fuentes de Oñoro, en la que Mackinnon tuvo un papel muy destacado con su brigada perteneciente a la 3ª división anglo-portuguesa.
Impresionante lo que cuentas, estas historias tenían que ser más conocidas. En cuantos pueblos de España o lugares que recorremos diariamente ha podido ocurrir un hecho parecido y se nos pasa inadvertido. Gracias por contarlas... y además poder leerlas gratis.
ResponderEliminarSe ha instalado una placa en recuerdo y honor a Henry Mackinnon, justo al lado de la iglesia.
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