Esta carta es un excepcional documento que nos describe el estado del campo de batalla de Arapiles poco más de dos meses después del enfrentamiento. William Brooke es coronel del 5º de Dragones pesados británico.
El 6 de octubre de 1812 escribe desde Salamanca a un amigo su experiencia nada más llegar a
la Península. Se ha enterado que ha sido nombrado coronel de la Corte Marcial
en Lisboa y le comunica a su conocido que ha escrito a Wellington pidiéndole un
destino más acorde a su experiencia militar. Escribe el estado en el que ha
encontrado Salamanca, gran parte de la ciudad, sus mejores edificios, los colegios
y conventos destruidos. Únicamente la catedral se ha salvado. Le habla de los
hospitales y de la visita que ha realizado el día anterior al campo de batalla
de Arapiles:
Los
esqueletos de los valientes que cayeron ese día están en todas las direcciones
hasta donde alcanza la vista, además bandadas de buitres se aprovechan de sus
reliquias destrozadas, haciendo una escena horrible. El último terreno que
ocupó el enemigo, y que resultó el hueso duro de la discordia [el Sierro], lo puedo decir
con seguridad, está casi cubierto con los muertos. Aunque los británicos han
sido enterrados antes de mi visita, he visto lo suficiente para convencerme de nuestra pérdida también
- si no hubiera sido por la superioridad de nuestra
línea de caballería pesada que resultó efectiva, su flanco izquierdo el destinado a cortar nuestra comunicación con Ciudad Rodrigo combinado con un ataque simultáneo de su centro en el mismo momento, no deberíamos imaginar el haber alcanzado el día. Esto se convirtió en un negocio de todo o nada, ya que Lord Wellington tenía información
de la posición de un refuerzo
para Marmont de 10000 [hombres] y que en realidad
casi llegó cuando
el destino de la jornada estaba decidido
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