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lunes, 25 de enero de 2010

UN PAPEL MARCADO POR LA HISTORIA

Hoy voy a mostrar un papel timbrado donde la historia ha dejado su huella. Se expide en el año 1808 para el reinado de Carlos IV, el valor del timbre son 40 maravedíes, sello cuarto.
En marzo ocurre el motín de Aranjuez y Fernando VII es proclamado Rey de España, por lo tanto el papel es habilitado para el reinado de este monarca. Tras los sucesos del 2 de mayo en Madrid Murat toma el gobierno, y al ser nombrado por Napoleón lugarteniente del reino, el documento vuelve a ser resellado. Durante el resto de 1808 el papel no es utilizado y se vuelve a timbrar para el año 1809, además al ser empleado en Cataluña se le añaden un sello en seco y otro en tinta correspondiente a este gobierno.



También quiero mostrar el timbre de José I
                                                      
                                             

Y el de la Regencia en 1812 habilitado para Fernando VII con el símbolo de la ciudad de Cádiz                                                

                                                              

martes, 19 de enero de 2010

NUESTROS ALIADOS INGLESES - ARTURO PÉREZ-REVERTE | XLSEMANAL | 13 DE JULIO DE 2008

En el último número de la revista XL Semanal Arturo Pérez Reverte vuelve a tocar el tema napoleónico. Su artículo no lo voy a reproducir ya que se puede leer en varios blog como:

Hace tiempo que yo tengo ganas de poner otro de su autoría que tengo recortado y guardado como oro en paño, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid aquí va:

NUESTROS ALIADOS INGLESES

ARTURO PÉREZ-REVERTE
XLSemanal
13 de Julio de 2008


Esta semana que viene toca de nuevo conmemorar batallita. Y no se trata de una cualquiera: en Bailén, el 19 de julio de 1808, dos meses y medio después del 2 de Mayo, a las águilas de Bonaparte les hicieron cagar las plumas. Por primera vez en la historia de Europa, un ejército napoleónico tuvo que rendirse después de un partido de infarto, en el que nuestra selección nacional –tropas regulares, paisanos armados y guerrilleros– aguantó admirablemente los dos tiempos y la prórroga. También es verdad que fue la única vez que ganamos la copa, pues luego los franceses nos dieron siempre las del pulpo; o ganamos, cuando lo hicimos, con ayuda de las tropas inglesas que operaban en la Península. Si algo demostramos los españoles durante toda la campaña fue que para la insurrección y el dar por saco éramos unos superdotados, pero que a la hora de ponernos de acuerdo y combatir organizados no había quien nos conciliara. Paradojas de la guerra: por eso los gabachos nunca pudieron ganar. Acostumbrados a que alemanes o austriacos, por ejemplo, después de derrotados en el campo de batalla, se pusieran a sus órdenes con la policía y todo, preguntando muy serios a quién había que meter en la cárcel por antifrancés, no comprendían que los españoles, derrotados un día sí y otro también, no terminaran de rendirse nunca; y encima, en los ratos de calma, se incordiaran y mataran entre ellos mismos.
Al hilo de todo esto, un historiador británico se lamentaba hace poco de que aquí conmemoremos el bicentenario de aquella guerra con poco agradecimiento al papel que las tropas inglesas tuvieron en ella; ya que fueron éstas las que proporcionaron ejércitos disciplinados y coordinaron, con Wellington, las más decisivas operaciones. Y tiene razón ese historiador. En batallas y asedios, Bailén y los sitios aparte, la contribución británica fue decisiva. Lo que pasa es que de ahí a que los españoles deban agradecerlo, media un trecho. En primer lugar, los ingleses no desembarcaron para ayudarnos a sacudir el yugo francés, sino para establecer aquí una zona de continuo desgaste militar para su enemigo continental. Además, y salvo ilustres excepciones, su desprecio y arrogancia ante el pueblo español que se sacrificaba en la lucha fueron constantes, compartidos por la mayor parte de los historiadores británicos de entonces y de ahora. Por último, las tropas inglesas en suelo español se comportaron, a menudo, más como enemigas que como aliadas, cebándose en la población civil. Eso, manifestado ya durante la desastrosa retirada del general Moore en La Coruña, se evidenció en los saqueos de Ciudad Rodrigo, Badajoz y San Sebastián.

Y no hablo de trincar unas monedas y un par de candelabros. Historiadores españoles contemporáneos como Toreno y Muñoz Maldonado, por aquello de la delicadeza entre aliados, pasan por el asunto de puntillas; pero los mismos ingleses –Napier, Hamilton, Southey– lo cuentan con detalle. Sin olvidar la memoria local de los lugares afectados, donde todavía recuerdan los tristes días de la liberación británica. En Ciudad Rodrigo, por ejemplo, la toma de la ciudad a los franceses fue seguida de una borrachera colectiva –extraño, tratándose de ingleses–, asesinatos, saqueo de las casas de quienes salían a recibir alborozados a los libertadores, y violación de todas las señoras disponibles. Wellington atribuyó los excesos a que era la primera vez que sus tropas liberaban una ciudad española, y estaban poco acostumbradas; pero la cosa se repitió, aún peor, en la toma de Badajoz, donde 10.000 ingleses borrachos saquearon, violaron y mataron españoles durante dos días y dos noches, y culminó en San Sebastián, donde al retirarse los franceses y salir los vecinos a recibir a los libertadores, éstos se entregaron a una orgía de violencia, saqueos y violaciones masivas que no respetó a nadie. Luego vino el incendio de la ciudad: de 600 casas, de las que sólo 60 habían sido destruidas durante el asedio, quedaron 40 en pie. Habría sido ahí muy útil la feroz disciplina que, más tarde, Wellington impuso a las tropas que lo acompañaron en la invasión de Francia, cuando fusilaba sin contemplaciones a todo español que cometía algún exceso como revancha contra los franceses.

Puestos a eso, la verdad, simpatizo un pelín más con los gabachos. Al menos ellos saqueaban, mataban y violaban porque eran enemigos, tomando al asalto ciudades donde hasta los niños te endiñaban un navajazo. Los súbditos de Su Graciosa son harina de otro costal: iban a lo suyo y los españoles les importaban un carajo. Así que, en lo que a mí se refiere, que a Wellington y las tropas inglesas los homenajee en Londres su puta madre.

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Un artículo que a más de uno no le gustará, pero yo tengo la misma opinión que Reverte y eso que mi único libro trata sobre la estancia de mi amigo Wellington por la provincia de Valladolid en 1812.

Por cierto, tus saludos a Wellington y Valladolid han llegado a su destino, también te deseo un feliz año y suerte en esa ciudad de Cádiz bombardeada desde el Trocadero

sábado, 16 de enero de 2010

DESDE LOS RESTOS DE UN PUENTE SOBRE EL DURATÓN HASTA BUITRAGO DEL LOZOYA

Hoy he subido con José Montes, autor del blog: http://wellington1810.blogspot.com/, al puerto de Somosierra. Teníamos ganas de hacer una pequeña excursión después de tantas semanas sin poder salir a causa del mal tiempo que tenemos últimamente. La intención era recorrer el campo de batalla, visitar los restos del fuerte francés y terminar en Buitrago de Lozoya. Al final el plan no se ha podido cumplir, cuando llegamos a los restos del puente sobre el Duratón una fuerte lluvia de agua-nieve nos ha acompañado durante la ascensión a la cima del puerto. Calados como estábamos hemos desechado la subida al fuerte y nos hemos ido a Buitrago, población donde se hospedó Napoleón después de la batalla y donde escribe a su hermano comunicándole la victoria conseguida.

Al llegar a Somosierra la primera visita es para la casa parroquial donde se encuentra un pequeño museo relacionado con la batalla. Este edificio sirvió de alojamiento a Carlos IV y su mujer, a la reina de Etruria, a Murat y Jose I, como cuartel general de Benito San Juán y es posible que Napoleón también descansara un poco en él antes de continuar hacia Buitrago.




Desde la cima del puerto el campo de batalla siempre impresiona:



Tras descender por el actual camino llegamos a los restos del puente sobre el río Duratón. Bajo su arco Lejeume descubrió cadavéres de soldados franceses ocultados allí por los españoles. Más tarde pintaría este escenario en su famoso cuadro dedicado a la batalla:











Aquí aparecemos los dos sobre el puente:



Continuamos bajando hacia las posiciones iniciales francesas:



Este es el comienzo de la carga de la caballería polaca, los restos del puente están a la izquierda:



Vista de la ascensión, a la izquierda el lugar donde estaba emplazado el molino y donde fue situada la primera batería española:




Ya en la cima y dentro de la ermita podemos apreciar esta vidriera:



Tras la batalla Napoleón reanuda la marcha hasta la población de Buitrago de Lozoya. Todavía serían visibles los daños causados por sus tropas durante el verano, cuando José I se hospedó en ella tras abandonar la capital de España ante la noticia de la derrota de Bailén:

La justicia de Buítrago con fecha 19 de agosto último refiere los sacrilegios, abominaciones, ultrajes, muertes, incendios y saqueos que cometieron las tropas francesas que a su retirada de esta corte pasaron con Josef por aquella villa el 4 del mismo. En Braojos profanaron los templos, robando sus vasos sagrados, arrojando las santas formas , y llevándose todas las vestiduras y ornamentos. En Buitrago destinaron una de las ermitas para cuadra de los caballos, con robo de las alhajas, destrozando las imágenes. En otro pueblo inmediato mataron dos hombres y una mujer, arrojaron el vino que no se bebieron, quebrando las medidas y tinajas; saquearon varias casas, matando las gallinas y cerdos, con robo de caballos, yeguas, reses vacunas y ganado lanar; saquearon todos los pueblos de las inmediaciones, y quemaron nueve casas. En Gandullas abrasaron las mieses, haciendo lo mismo del bosque y lavadero del Excmo. Sr. duque del Infantado; y aun en el mismo cuarto en que se alojó Josef forzaron los escritorios y robaron lo que había en ellos; dejando a Buitrago y sus pueblos inmediatos en la mayor consternación y miseria, viéndose precisadas las gentes para libertarse de semejantes fieras á salirse á los campos, abandonando sus casas y bienes.
Diario de Madrid 8 de septiembre de 1808














Otras entradas sobre Somosierra en este blog:
http://1808-1814escenarios.blogspot.com/2008/11/batalla-de-somosierra-30-de-noviembre_4403.html
http://1808-1814escenarios.blogspot.com/2008/11/batalla-de-somosierra-30-de-noviembre_2698.html
http://1808-1814escenarios.blogspot.com/2009/05/el-fuerte-frances-de-somosierra.html

martes, 5 de enero de 2010

SE SOLICITA ZONA BIC EL CAMPO DE BATALLA DE MEDINA DE RIOSECO




Una muy buena noticia:

EL DÍA DE VALLADOLID
4/1/2010
M.G.MARBÁN/RIOSECO

El histórico paraje de Medina de Rioseco conocido como el Moclín, donde el 14 de julio 1808 tuvo lugar la histórica batalla que enfrentó en la Guerra de la Independencia a las ejércitos español y francés, podría ser un nuevo Bien de Interés Cultural con el que contara el rico patrimonio riosecano si llega a buen puerto el procedimiento para su declaración en la categoría de Sitio Histórico que acaba de incoar la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León según resolución de 27 de noviembre que publicó el Bocyl el 28 de diciembre.
El Ayuntamiento riosecano promueve la solicitud de la declaración según acuerdo de pleno de 2008, coincidiendo con el año en el que Rioseco conmemoró el bicentenario de la histórica batalla.
Lugar histórico. El alcalde riosecano, Artemio Domínguez, destacó la importancia de la declaración por ser «un lugar que pertenece a la historia de Rioseco, pero también a la de España», y recordó que «pocos escenarios de la Guerra de la Independencia permanecen tan vírgenes como el Moclín». Por eso, el regidor indicó que «tanto nosotros como las generaciones futuras tenemos que preservar este lugar histórico».
En la resolución se hace constar que el inicio del procedimiento determinará, respecto al bien afectado, la aplicación inmediata y provisional del régimen de protección previsto para los bienes declarados de interés cultural.
En un anexo de la resolución publicada se describe y se delimita el paraje que se pretende declarar como Sitio Histórico y se hace un resumen de la batalla, así como de la repercusión y la importancia que tuvo, hasta el punto de que Napoleón expresó que «la batalla de Medina de Rioseco ha puesto a mi hermano José en el trono de Madrid».
El inicio de este procedimiento viene a coincidir con el que ya se está llevando a cabo para declarar BIC en la categoría de Monumento a la Fábrica de Harinas San Antonio en la dársena del Canal de Castilla de Rioseco y que fue incoado según Resolución de 28 de febrero de 2008. El objetivo es proteger este emblemático edificio y su magnífica maquinaria.
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Para saber más sobre la batalla:
http://1808-1814escenarios.blogspot.com/2009/04/batalla-de-medina-de-rioseco-14-de.html

LA CIUDADELA DEL BUEN RETIRO - ANEXO I


Sureda por Francisco de Goya

Anexo I del artículo sobre la Ciudadela del Buen Retiro:

En el Archivo General de Palacio he encontrado documentación de la Real Fábrica de Porcelana. En ella se describe el estado de la misma, a principios de 1809, ya ocupada por las tropas francesas. Tras leerla me confirmo en que la motivación de los ingleses cuando volaron su edificio en 1812 era no dejar un punto fortificado a los franceses a su vuelta a  Madrid. La fábrica estaba completamente desmantelada ya en 1809.
Los documentos son solicitudes del director de la fábrica don Bartolomé Sureda para que se pueda salvar lo poco que queda de los materiales que hay en sus instalaciones y peticiones para ayudar económicamente a sus trabajadores.

Att. Del Excelentísimo señor Conde de Melito
Habiendo representado al Sr. Conde de Cabarrús la necesidad de mudar de la Real Fábrica de Porcelana los pocos efectos que han quedado en ella para que no se acabasen de inutilizar, con fecha 10 del corriente me participa dicho señor me entienda con V.E. sobre el particular por ser el encargado de todos los establecimientos de Palacio, como superintendente general que es de la Real Casa a cuyo efecto le había dirigido mis dos oficios de 7 y 9 del mismo. Por otra orden de 14 de dicho mes, me avisó el citado señor conde de Cabarrús, pasase inmediatamente a la Real Fábrica de Porcelana a esperar en ella a V.E. lo que ejecuté sin demora alguna más no habiendo tenido el honor de ver a V.E. por que tal vez no se lo permitiría sus ocupaciones, me pareció muy justo pasar al Real Sitio del Pardo a ofrecerme a la disposición de V.E. y recibir sus ordenes sobre lo que tenía representado y cualesquiera otra cosa que tuviera a bien comunicarme, pero por desgracia tampoco pude ver a V.E. por hallarse ocupado con S.M. por cuya razón no puedo menos de repetirle la indispensable necesidad de que con su permiso se trasladen los pocos efectos que han quedado en dicha Real Fábrica para que no se acaben de destruir todos, pues la tropa ignorando cuanto valen los destruyeron a su entrada sin saber el daño que ocasionaron en los intereses de S.M. pues la fábrica según el estado en que ha quedado, es imposible continúe en sus labores sin tener que sufrir un crecido desembolso el erario para el habilito de los utensilios y talleres que se hallan totalmente arruinados sin hacer presente a V.E. el miserable estado a que han quedado reducidos sus operarios por haber sido saqueados y padecer el atraso de nueve meses en los pagos de sus sueldos.
En esta atención, si V.E. dispusiese que los citados efectos se trasladen a la casa en que se pusieron anteriormente por disposición del señor Gran Duque de Berg [en la calle del Turco] es indispensable ordene que por la Tesorería General se me entreguen de cinco a seis mil reales para los gastos de la mudanza y sino que en una de las piezas de dicha fábrica se pusiesen todos con la seguridad correspondiente hasta que S.M. determine lo que tenga por conveniente.

Real Fábrica de Porcelana
18 de diciembre de 1808
Bartolomé Sureda

Sureda vuelve a presentar a mediados de enero de 1809 un memorial para solicitar que los trabajadores de la fábrica puedan seguir cobrando sus nóminas. Es interesante por el resumen histórico que hace:

… Al advenimiento del señor don Carlos 3º al trono de España trajo de la ciudad de Nápoles varios artistas para establecer una Real Fábrica de Porcelana, igual a la que tenía en dicha ciudad.
A este efecto hizo construir en el Real Sitio del Buen Retiro el edificio que existe en él para dicha fábrica y habitación de sus operarios creando para jefe de ella un intendente que lo fue siempre un ayuda de cámara de su real persona, el cual corría con los caudales que se entregaban para gastos de las obras y sueldo de los citados operarios cuyas cuentas rendía a su debido tiempo la superioridad.
Todas las obras que se ejecutaban en la citada fábrica eran destinadas únicamente para servicio de la real persona mediante a que este establecimiento ha sido siempre más una casa de recreo de S.M. que de utilidades, por cuya razón todos los caudales que se invertían en el se han entregado por la tesorería general.
En consideración a todo lo dicho S.M. ha concedido siempre a las viudas de los citados operarios por su fallecimiento la tercera parte del sueldo que gozaban aquellos, y además a octava de dicha tercera parte para pagar habitación en Madrid, en atención a que luego que fallecen sus maridos dejan desocupada la que tenían en la citada casa, de que dimanan las viudas y huérfanos que constan en la relación de individuos.
Bajo este mismo sistema continuo el establecimiento en el reinado del señor don Carlos 4º haciéndose la porcelana igual a la de Nápoles con el mismo fin de surtir la real servidumbre, hasta que determinó S.M. en el año de 1791 que del sobrante de dicha porcelana después de dar la necesaria para los usos de Palacio se vendiese al público, estableciendo para ello un despacho con los dependientes que constan en la relación de estos, que acompaña.
Habiéndose mejorado en todo este tiempo la fabricación en Francia a imitación de la de Sajonia dispuso S.M. que de su real cuenta pasase a París don Bartolomé Sureda (actual director de la insinuada fábrica) para instruirse en el método de mejorar la fabricación y poner en el estado de perfección en que se hallan las fábricas de Francia, ésta.
Así se verificó y habiendo regresado el citado don Bartolomé Sureda, y hecho las pruebas de la nueva fabricación ordenó S.M que la precitada su Real Fábrica se arreglase bajo el sistema de gobierno y administración que consta del reglamento Nº 1 que se adjunta.
En este estado se hallaba dicho establecimiento esmerándose cada uno de los individuos de el por corresponder a los deseos de S.M. cuando han ocurrido las extraordinarias novedades en esta monarquía que entorpecieron los progresos de la fábrica, por que como va dicho dependía su subsistencia del gobierno padeciendo los pobres individuos el crecido atraso de nueve meses en el cobro de sus sueldos faltando igualmente los caudales para las labores y acopios de materiales necesarios para la fabricación, mas sin embargo los pocos que existían en ella, continuaban ocupados sus dependientes lisonjeándose de que mejorando las circunstancias se restablecería dicha fábrica, único recurso con que constaban para su subsistencia, por ser sola ella la que hay en todo el reyno, hasta que por el serenísimo señor gran Duque de Berg se mandó desalojarla y trasladar todos los efectos mas precisos para que continuasen en sus ocupaciones los citados individuos a una casa perteneciente a la Real Hacienda, situada en la calle del Turco, ordenando igualmente que a los individuos se les abonase por Tesorería General la octava parte de sus sueldos para pagar casa en Madrid, mediante a que sus habitaciones fueron destinadas para las tropas francesas en cuya traslación y estancia de las citadas tropas en dicha casa, se destruyeron parte de sus talleres, y extraviaron gran número de piezas y enseres de que se dio cuenta a la superioridad, pero habiendo evacuado aquellas así dicha casa como esta Villa se les mando restituir a ella, y que continuasen como anteriormente en sus tareas.
En este estado se hallaban cuando han vuelto las citadas tropas a dicha villa siendo el primer edificio de ella que ocuparon por su localidad, habiéndole destruido todos los enseres que sin un crecido desembolso del erario no se pueden reparar, y lo que es peor a sus pobres individuos reducidos a la mas miserable mendiguez por haber perdido sus equipajes y cuanto tenían estos infelices para sus sustento, siendo dignos de la mayor compasión.
…..
Cuando ocuparon las tropas francesas dicha Real Fábrica el día 3 de diciembre anterior, además de haber destruido todos o la mayor parte de sus enseres, extraviaron toda la porcelana que en crecida cantidad y diferentes estados existía en ella.

Madrid 12 de enero de 1809
Bartolomé Sureda

El nuevo gobierno no tiene intención de volver a poner en marcha la fábrica y Sureda marcha a París. En su solicitud para el viaje justifica el aprender nuevas formas de fabricación de porcelana. Vuelve en 1814 y pasa a las reales fábricas de hilados de Guadalajara. En 1821 es destinado a la nueva fábrica de porcelana en la Moncloa para en 1829 retirarse.


Fuente:
Archivo General de Palacio
Sección José I
Caja 115 – Expediente 5

Anexo II:
http://1808-1814escenarios.blogspot.com.es/2015/04/anexo-ii-la-ciudadela-del-buen-retiro.html

viernes, 1 de enero de 2010

VALENCIA 28 DE JUNIO DE 1808



Planos del Ministerio de Defensa



VISTAS DE VALENCIA (obtenidas de butronmaker.blogspot.com)







VALENCIA EN LA ACTUALIDAD






PUERTA DE QUART



















FRENTE A LA PUERTA, POR DONDE SE PRODUCE EL ATAQUE FRANCÉS A ESTA POSICIÓN


BALA DE CAÑÓN ENCONTRADA INCRUSTADA EN LA PUERTA DE QUART DURANTE LA RESTAURACIÓN  DE 2006. SE HAN CONTABILIZADO 132 MARCAS DE PROYECTIL DE ARTILLERÍA EN LA PUERTA. FOTO lasprovincias.es 11/7/2006


VISTA DE VALENCIA DESDE LA PUERTA


DESDE LA PUERTA MIRANDO HACIA DONDE ESTABA SITUADO EL REDUCTO DE STA. CATALINA

PUERTA DE SERRANOS










De esta agitación y revolución valenciana quiso aprovecharse sin duda el mariscal francés Moncey para apoderarse de la rica Valencia, y partió para aquella ciudad con doce mil infantes, mil y ochocientos caballos y un tren de artillería de diez y ocho bocas de fuego de varios calibres, y penetró la aspereza y escabrosidad de las Contreras y Cabrillas, puntos que ocupaban unas gentes acabadas de alistar, y sin ningún uso ó ejercicio en las armas. Unos ochocientos suizos y doscientos guardias españolas eran los únicos soldados de línea que con un corto número de artilleros y bastante paisanaje estaban á la defensa del puente de Pajazo, que después de una resistencia bien sostenida tuvieron que abandonar y ceder á la fuerza enemiga, que superó cuantos obstáculos se le presentaron en las Cabrillas y el Buñol.
Esta villa pagó por decontado la oposición de los españoles, pues en dos días que la ocuparon los franceses no se oían mas que llantos, ni veían más que estragos y muertes. Las tímidas mujeres huían precipitadamente sin saber á donde se dirigían; y sorprendidas por la soldadesca eran victimas de su desenfrenada lujuria.
Al cabo, de tres días consecutivos, de ultrajes, robos y asesinatos, se pusieron en marcha los franceses para la capital del reino, á tiempo que ya eran cerciorados sus habitantes de que aquellos habían vencido los pasos de las Contreras y Cabrillas, y á toda prisa se dieron las disposiciones; mas vigorosas para su defensa. En la ermita de S. Onofre, camino real de Madrid, formó el brigadier de los reales ejércitos D. José Caro su ejército, compuesto de unos nueve mil hombres entre veteranos y acabados de alistar con un cúmulo bastante grande de paisanos y eclesiásticos regulares y seculares, tres cañones y cien caballos. Apenas era formado este cuerpo cuando se presentó una poca caballería enemiga, que desapareció al primer cañonazo que se la disparó, y á breve rato se rompió el fuego por el ala derecha que ocupaba la orilla del río hasta Manises. Por momentos se empeñaba mas la acción, sosteniéndola cada parte con valor y denuedo. Por dos veces perdieron terreno los franceses pero volviendo á cargar con todas sus fuerzas y artillería por toda la extensión de la línea consiguieron desordenar á los paisanos; y apoderándose de todos estos la turbación y el espanto, huyeron muchos, y con orden del general comandante se retiraron los demás, poniéndose todos á cubierto de los muros de la capital. Al capitán general de ésta intimó por segunda vez Moncey le franquease las puertas amigablemente, que no venía á ofender, sino á sosegar á aquella alborotada ciudad y hacerla feliz, reuniendo loa espíritus de todos sus pobladores; y de no acceder á propuesta tan ventajosa, no habría mas remedio que morir. Arenga estudiada por todos los generales de Napoleón al aproximarse á cualquier pueblo donde contemplaban alguna fuerza y resistencia, pero que no escuchaba éste convencido de la falacia de sus promesas y ofertas. Así Valencia se negó á abrirle sus puertas, asegurándole prefería la muerte á todo acomodamiento.
Irritado Moncey con semejante respuesta, rompió el fuego al mediodía del 28 de junio, dirigiendo sus primeros tiros contra la batería de santa Catalina, que sucesivamente extendió á todas las demás de la ciudad; pero los comandantes y oficiales que dirigían estas le correspondieron con tal actividad y acierto, que á las siete horas de fuegos continuos y ataques interrumpidos tuvo Moncey que retirarse con precipitación y confusión, habiendo dejado llenos de cadáveres los grandes fosos que con este objeto abrió, sin contar los muchos que arrojó al río.
Así cubierto de ignominia volvió á repasar la Mancha, cuyos moradores aumentaron considerablemente su anterior pérdida , entrando en Madrid con solo cuatro mil y quinientos hombres, y la mayor parte de estos heridos y maltratados.
Resumen histórico de la revolución de España, año de 1808 
Escrito por Manuel Salmón, 1820


El 28 al amanecer recibió orden de la Junta el teniente coronel Miranda para que con la fuerza reunida de su regimiento pasase a tomar posición en Paterna y Manises, parte izquierda del río Turia, en donde aumentó sus fuerzas con 400 o 500 hombres de la dispersión de la tarde anterior de los cuerpos de Saboya, América, Provincial de Soria, oficiales de todos regimientos y dos o tres mil paisanos armados y desarmados. Con todos formó un cordón de guerrillas mezclándolos, cubriendo de este modo toda la izquierda del río hasta la Alameda de Valencia con cuya disposición franqueaba los movimientos que los enemigos intentasen contra la plaza y sostenía los que pudiesen dirigir a los arrabales.
A las 9 o 10 de la mañana, reunido el ejército francés en Quart, hizo su movimiento sobre la ciudad marchando en 3 columnas, defendidas con centenares de guerrillas colocadas en el frente y flancos de ellas, mandando otras para responder a los fuegos que hacían las del teniente coronel Miranda y a las del paisanaje de la Huerta. La artillería marchaba entre el claro de 1ª y 2ª columna. Luego que llegaron a la Cruz de Mislata, la de la cabeza y artillería siguieron el camino real que va a la Puerta de Quart, la 2ª por el de la Azud que sale al centro de esta puerta, y la de la Trinidad en donde se había construido la batería de Santa Catalina y la 3ª por los molinos de la Misericordia que dirigen al camino de Jesús. La 1ª columna emprendió su ataque contra la puerta de Quart, teniendo el atrevimiento de verificarlo en columna cerrada por medio de la calle del mismo nombre, por cuya razón pagaron pronto su temeridad con el fuego de metralla de un cañón de a 24 que había colocado en la misma puerta. Por dos veces repitieron igual ataque en esta formación desistiendo de su empresa por haber cubierto la calle de cadáveres. En seguida, a la desfilada, abrigados de las paredes consiguieron algunos acercarse hasta tiro de pistola de la puerta. La pieza de a 24, que queda nominada, estaba establecida en el interior de la puerta, para hacer fuego se abrían sus hojas, cerrándolas para cargarla sosteniendo esta operación por dos de a tres colocados en el torreón, y la fusilería de muralla. Los franceses situaron una batería de 4 obuses y dos cañones en los molinos nuevos y siete muelas dirigiendo sus tiros a la plaza.
La columna que hizo su movimiento por el camino de la Azud con 3 piezas de artillería atacó al fuerte de Santa Catalina, el que después de dos horas de resistencia batió completamente al enemigo cubriéndose de gloria el bizarro capitán D. Santiago Olabo que la mandaba, contribuyendo a tan buen éxito los fuegos de muralla y los de guerrilla de flanco.
La 3ª columna haciendo varios movimientos con centenares de guerrillas amenazaban a las puertas del Carbón y San Vicente, a las 4 de la tarde todo el fuego que hacían eran el de guerrillas contra las murallas y el de artillería a la ciudad, correspondidos por la fusilería que la guarnecía y las baterías de Santa Catalina y puerta de Quart. A las 7 se retiraron a su antigua posición.
En circunstancias tan críticas cuales quedan referidas y en las que parecía que el pueblo valenciano debía estar acobardado fue todo lo contrario, y sería hacer una injusticia a su heroicidad sino dijese que se veía adornado de un entusiasmo sin igual y de un valor sin límites a sus habitantes, solo se les oía decir: vencer o morir, expresiones que hasta las más débiles criaturas pronunciaban, suministrando en medio de los peligros que a todos amenazaban cuantos efectos necesitaban. La artillería e ingenieros todo con el mayor orden y satisfacción, viéndose del mismo modo arrojar por los balcones hierro para el uso de metralla, privándose de ciertos enseres por contribuir cada uno por su parte al fin de tan justa defensa, el más pobre con un desinterés sin ejemplo abandonaba su cama para que del colchón se formasen parapetos y de su sábanas hilas y saquillos, no había ocupación por arriesgada que se presentase en donde los vecinos del pueblo valenciano no se empleasen con el mayor valor y en donde los ataques lo exigían conducían a brazo las piezas de artillería, siendo mas admirable el arreglo en todos los movimientos a pesar del corto número de tropas que había, debido sin duda a que en el corazón de toda clase de personas no reinaba otra idea que la de oponerse a toda costa a la victoria que creía suya el enemigo.
El general Llamas, con los batallones que quedan referidos marchaba a su orden el del Guardias Españolas y 1º de Saboya, en esta misma tarde llevó a Chiva de cuya operación quedo amenazando al enemigo por retaguardia: a las 9 de la noche fue reforzado el teniente coronel Miranda con el regimiento de Borbón, 200 soldados Walones incorporados y poca mayor fuerza que había reunido de las armas de infantería y caballería, salio del punto para Alcira en donde mandó cortar su puente. El general en jefe conde de Cervellón hizo su movimiento para el mismo destino desde el que se encontraba al que llegó el 31.
Archivo Histórico Nacional,DIVERSOS-COLECCIONES,74,N.36


Que habiendo intimado la rendición a Valencia por el mariscal Moncey y divulgándose esta noticia por la ciudad, acudió el pueblo a dicha Junta Suprema diciendo que no querían rendirse, y sí defenderse. Que dada esta contestación a Moncey avanzó éste con su ejército y atacó la ciudad a las dos de la tarde del día 28 de junio de 1808, arrojando al mismo tiempo sin cesar granadas y balas a la ciudad. Pero los vecinos se colocaron los unos en las murallas de donde hacían fuego, otros en una batería que se formó aquella misma mañana en el punto que llaman de la torre de Santa Catalina, junto al río, desde la cual hacían el fuego a los enemigos que atacaban por aquel punto. Otros en la puerta de Quart en la cual se habían colocado dos cañones y estuvieron haciendo fuego al enemigo cada vez que intentaba atacar, otros a la puerta y muro de Santa Lucía, por cuyo punto intentó el enemigo batir la muralla, lo que no pudo conseguir pues se le desmontó el cañón con que la batía, y los demás, tanto mujeres como niños, hicieron el servicio de acudir con los enseres que se pedían en dichos puntos, llevar las municiones y asistir a los heridos que hubo. Viendo el enemigo que iba ya a oscurecer el día sin haber conseguido adelanto alguno se retiró, y al otro día emprendió la marcha para Madrid, sin que hubiese más tropas en la ciudad en dicha tarde que el cuerpo de inválidos que colocó en la puerta de Quart y más ordenanzas de caballería que eran las que llevaban los partes a dicha Junta y comunicaban las órdenes de esta.
Marqués de Cruillas
ES.28079.AHN/1.5.1.145.4.1.1.57.2//DIVERSOS-COLECCIONES,136,N.33