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viernes, 25 de noviembre de 2011

LAS RACIONES DE ALIMENTOS EN EL EJÉRCITO FRANCÉS Y LOS PROBLEMAS ECONÓMICOS AL INICIO DE LA CAMPAÑA DE 1813

Hace tres años tuve la oportunidad de examinar un excelente documento que se conserva en el archivo municipal de Medina del Campo. Es un impreso fechado en diciembre de 1812 detallando las raciones que le corresponde a cada miembro del ejército francés. Está desgrosado por cuerpo y jerarquía y debería ser el utilizado por el intendente para distribuir las raciones. Mucho se debió de consultar ya que durante los primeros meses de 1813 gran cantidad de tropas desfilaron por la Villa de Ferias en su proceso de retirada y concentración en Valladolid. De ello da fe la abundancia de recibos que se conservan en el archivo. El problema del documento es su tamaño, muy grande para poder fotografiarlo. A continuación pongo todas las fotofrafías que le hice para ayudar en su lectura.






































Por último un documento donde se observa que, debido a la concentración de tropas en Valladolid, se producen rencillas entre los diferentes ejércitos franceses reclamando para sí el poco dinero que llega de Francia:



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domingo, 13 de noviembre de 2011

LA TOMA DE VIGO Y PUENTE SAN PAYO 1809

Un cuerpo de paisanos á las órdenes del Capitán Morillo, junto con las tropas portuguesas que atravesaban el Miño, se dirigieron á Vigo, en donde el Mariscal Soult antes de marchar á Oporto había dejado una guarnición de 2.000 hombres. A principios de Marzo se empezó el bloqueo de esta plaza, que fue tomada á viva fuerza el 28 de Marzo por el paisanaje, teniendo que refugiarse los franceses que la guarnecían, en el castillo. Más los españoles, ayudados de una fragata inglesa que se hallaba en el puerto , obligaron á capitular la guarnición del castillo, con la condición de ser entregada á los ingleses que había en el puerto, dejando en poder de los españoles veinte piezas de artillería y los equipajes del ejército de Soult. A la mañana siguiente los españoles pasaron á cuchillo un batallón francés procedente de Tuy, que ignorante de los sucesos de la víspera, se aproximaba con toda seguridad á la plaza.
Historia política y militar de la Guerra de la Independencia de España
Josep Muñoz Maldonado


Desde la salida de Soult de Galicia había cundido grandemente la insurrección en el paisanaje gallego. En efecto, en las feligresías de las provincias y comarcas de Tuy, Orense, Santiago, Lugo y otras, apenas hubo hombre capaz de manejar una escopeta, un trabuco, una hoz ó una espada que no corriera á alistarse y formar grupo en aquellas partidas que se levantaban en derredor de los patriotas mas ardientes y de mas influencia en el país, cuyos improvisados caudillos eran, ya un particular acomodado, ya un juez, ya un eclesiástico, ya un alcalde, ya un labrador, ya un estudiante, distinguiéndose entre ellos desde el principio los abades de Couto y Valladares, el alcalde Seoane de Tuy, los particulares Quiroga, Tenreiro, Márquez, Cordido, los estudiantes Martínez, y otros que se pudieran enumerar. A fomentarlas y organizarlas destinó Romana los capitanes Colombo y González, nombrado este último Cachamuiña, del pueblo de su naturaleza; y la Junta Central envió al teniente coronel García del Barrio y al alférez don Pablo Morillo. Molestaban estas partidas á los franceses en todas direcciones, y engrosándose llegaron á formar hasta regimientos y á acometer empresas ya serias, como fueron los sitios de Vigo y de Tuy.
Guarnecían la primera de estas ciudades mil trescientos franceses. Propusiéronse cercarlas, hasta reconquistarlas, varias partidas de voluntarios, á los cuales se agregó el alférez don Pablo Morillo, que estando al frente de la plaza tuvo que acudir al puente de San Payo, por donde amenazaba pasar una columna francesa: aseguró Morillo la defensa del puente con cinco cañones que se pudo proporcionar, y volvió al sitio de Vigo llevando en su compañía trescientos hombres de los que mandaban Cachamuiña y Colombo. Muy estrechada la ciudad é intimada su rendición por el abad de Valladares, y repugnando el comandante francés pasar por la vergüenza de capitular con simples paisanos, acordóse, atendidas las prendas militares de Morillo y su procedencia, elevarle al grado de coronel. El nuevo gefe de los sitiadores intimó sin tardanza y en términos fuertes la rendición (27 de marzo): accedió entonces el comandante francés á entregar la plaza al caudillo militar, á condición de salir la tropa con los honores de la guerra y de que seria llevada prisionera á Inglaterra en buques ingleses. Más como tardará en ratificar este ajuste mas horas de las convenidas, amostazáronse los españoles, acercáronse á los muros y comenzaron á derribar á hachazos la puerta de Gamboa manejando el hacha con su propia mano el terrible Cachamuiña. Recibióse entonces la ratificación, y entregáronse á Morillo (28 de marzo) cuarenta y seis oficiales y mil doscientos trece soldados prisioneros. Una columna francesa que venia de Tuy en socorro de los sitiados fué acometida y deshecha, con muerte de muchos y dejando en poder de los nuestros setenta y dos hombres. Mucho y con razón se celebró en Galicia y en toda España la reconquista de Vigo hecha casi solo por paisanos, y sin un solo ingeniero, ni una sola pieza de artillería.
No tuvo tan feliz remate el bloqueo de Tuy (donde Soult para entrar en Portugal había dejado guarnición con parte de la artillería y los enfermos), puesto también por el paisanage, y principalmente por el abad de Couto , al cual acudieron después de la rendición de Vigo Morillo, Tenreiro, Cachamuiña y otros, y por otro lado el capitán Barrio, nombrado comandante general por la junta de Lobera. Por desgracia tal concurrencia de caudillos solo sirvió para excitar entre ellos celos, piques y rencillas. Gobernaba la plaza el general La-Martiniere, que en una salida se apoderó de cuatro piezas de los nuestros: socorrieron la tropas francesas por la parte de Santiago, y Soult desde Oporto envió también una columna al mando del general Heudelet; con lo cual los españoles levantaron el cerco, si bien no creyéndose allí seguro La-Martiniere en el momento que se retiraran sus auxiliares, recogió artillería y vituallas, desamparó la ciudad (16 de abril), y pasó á incorporarse en Valenza de Miño á la columna de Heudelet que había de regresar á Oporto.
Historia general de España, desde los tiempos mas remotos hasta nuestros días, volumen 18
Modesto Lafuente

















 

PUENTE SAN PAYO
 














 
MUSEO "QUIÑONES DE LEÓN" VIGO













Fotografías tomadas por Roberto

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