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martes, 31 de mayo de 2011

FUENTES DE OÑORO - RECREACIÓN 200 AÑOS



Fotografías tomadas por Roberto Baeza durante la recreación, el pasado sábado 28 de mayo, de la batalla de Fuentes de Oñoro. 










Más sobre Fuentes de Oñoro en este blog:
http://1808-1814escenarios.blogspot.com/2010/10/fuentes-de-onoro-y-real-fuerte-de-la.html


      

domingo, 22 de mayo de 2011

BADAJOZ - LA LUNETA WERLÉ

Durante los asedios de 1811, el duque de Wellington centró los ataques a Badajoz por el lado del castillo de San Cristóbal. Estos ataques fueron un fracaso y no se pudo tomar la plaza. El gobernador francés Philippon decide reforzar éste punto ante la posibilidad de un nuevo asedio, y aprovecha los trabajos realizados por el enemigo para construir, en la posición de la batería sitiadora, una luneta que proteja con sus fuegos el castillo de San Cristóbal. A finales de enero de 1812, ante las noticias que están llegando a Badajoz de la posible caída de Ciudad Rodrigo, se decide reforzar todas las defensas. Philippon escribe al mariscal Soult, el 27 de enero, dándole informe de las medidas que se están tomando y del cambio del nombre puesto a la luneta que defiende San Cristóbal por el de Werlé, en homenaje al general francés Francois Jean Werlé muerto el año anterior en la batalla de La Albuera. Desgraciadamente para Philippon, el ejército británico se vuelve a presentar frente a Badajoz en marzo de 1812, ignorando la posición de San Cristóbal y cambiando su táctica de asedio a la plaza por un ataque desde la Picuriña. Badajoz cae en manos aliadas el 6 de abril.

La luneta ya no existe a causa del desarrollo urbanístico, pero tenemos una fabulosa fotografía tomada en 1914 donde aparece junto a San Cristóbal:

Y la carta de Philippon, donde comunica a Soult cambiar el nombre por Werlé



jueves, 19 de mayo de 2011

LOS FUERTES DE ALMARAZ ANEXO I - EL PUERTO DE MIRAVETE

El sistema defensivo montado por el ejército francés en Almaraz, para salvaguardar el paso del Tajo por este punto, estaba formado por los fuertes Napoleón y Ragusa, en Lugar Nuevo, tomados por el general inglés Hill el 19 de mayo de 1812:

 http://1808-1814escenarios.blogspot.com/2009/02/los-fuertes-de-almaraz.html  

A los que se le sumaban los fuertes Colbert y Senarmont en el puerto de Miravete, junto a la fortificación de los restos de un antiguo castillo árabe que se encontraba en la cima de dicho puerto.
Tras la caída de los fuertes Napoleón y Ragusa, las fortalezas en el alto de Miravete no tenían ya mucha utilidad, por lo que fueron desalojados el 11 de julio de 1812. Su guarnición se dirigió a Madrid para integrarse en el ejército del Centro y marchar en ayuda de Marmont, al Duero. La artillería y pertrechos fueron recogidos por los españoles y llevado a Trujillo.
Además de la torre del castillo fortificada y los dos fuertes (Colbert y Senarmont) en el puerto existía una venta que también hacía las funciones de portazgo. Esta casa fue abaluartada por los franceses y utilizada de almacén.


CASAS DE MIRAVETE, DESDE FUERTE SENARMONT. EN ESTA POBLACIÓN SE CELEBRÓ EL FAMOSO ENCUENTRO ENTRE WELLINGTON Y CUESTA EL 10 DE JULIO DE 1809. AL FONDO EL TAJO Y ALMARAZ



CIMA DEL PUERTO DONDE SE ENCUENTRAN LOS RESTOS DE LA ATALAYA FORTIFICADA POR LOS FRANCESES, VISTO DESDE EL FUERTE SENARMONT


FUERTE SENARMONT

EN LAS ROCAS AL FONDO SE ENCUENTRA EL FUERTE COLBERT



FUERTE SENARMONT

DESDE FUERTE SENARMONT MIRANDO A ROMANGORDO, POR DONDE AVANZARON LOS BRITÁNICOS PARA TOMAR LOS FUERTES DE ALMARAZ





FUERTE SENARMONT



EN ESTE LUGAR ESTABA LA ANTIGUA VENTA, SOLO QUEDAN UNOS RESTOS DELANTE DE LA EDIFICACIÓN MODERNA


RESTOS DE LA ATALAYA FORTIFICADA

 PANORÁMICA DESDE SENARMONT. SE PUEDE VER CASAS DE MIRAVETE, ROMANGORDO Y EL LUGAR DE LOS FUERTES DE ALMARAZ

Parte del comandante de escuadrón de húsares Feliciano Cuesta al marqués de Monsalud sobre la acción de Fresnedoso y sobre el abandono de los enemigos del fuerte de Miravete
Archivo Histórico Nacional,DIVERSOS-COLECCIONES,129,N.15 -
 
 

martes, 17 de mayo de 2011

DORSENNE A THIÉBAULT - JULIO 1811

El conde Dorsenne toma el mando, en julio de 1811, del gobierno francés del norte de España, sustituyendo al mariscal Bessieres. En uno de sus primeros comunicados al gobernador de Salamanca, el general Thiébault, indica su intención de declarar guerra a ultranza a los españoles Julián Sánchez y Carlos España. No lo consigue, en octubre don Julián Sánchez captura al general Renaud, gobernador de Ciudad Rodrigo, y ambos durante los siguientes meses colaboran activamente con Wellington, ayudándole en la toma de la plaza mirobrigense.
Dorsenne dejará Castilla para tomar el mando del ejército del Norte, en enero de 1812, siendo sustituido por el mariscal Marmont. En mayo deja España y marcha a Francia para tratarse de unos dolores de cabeza derivados de una grave herida que sufrió en la batalla de Esling. Le realizan una trepanación que no consigue superar, muriendo el día 24 de julio de 1812. Prácticamente al año de escribir esta carta.




SU NOMBRE FIGURA EN EL ARCO DE TRIUNFO DE PARÍS

lunes, 16 de mayo de 2011

HACE 200 AÑOS, LA ALBUERA - XL SEMANAL 16/5/2011 - ARTURO PÉREZ REVERTE

Hace 200 años, La Albuera 

Hace tiempo que no cuento una de esas historias de navegaciones y batallitas que me gusta recordar de vez en cuando. También llevo años sin mentarle la madre a la pérfida Albión; que, como saben los veteranos de esta página, siempre fue mi enemiga histórica favorita. Si como lector disfruto con los libros que cuentan episodios navales o terrestres, disfruto mucho más cuando quienes palman son ingleses. Como español -cada cual nace donde puede, no donde quiere- estoy harto de que todos los historiadores y novelistas británicos, barriendo para casa, describan a los marinos y soldados de aquí como chusma incompetente y cobarde que olía a ajo. Por eso, cuando tengo ocasión de recordar algún lance donde a los súbditos de Su Graciosa les rompieran los cuernos, disfruto como gorrino en bancal de zanahorias. A otros les gusta el fútbol.
Esta semana, lo de La Albuera me lo pone fácil. El lunes 16 de mayo se cumple el bicentenario exacto de cuando, en plena guerra de la Independencia, 34.000 españoles, ingleses y portugueses se batieron allí durante cinco horas con 23.000 franceses que iban a socorrer Badajoz, rechazándolos. Dos brigadas británicas fueron casi aniquiladas; las tropas españolas, registrando incluso las cartucheras de los muertos, mantuvieron la línea frente a los asaltos franceses, y en el campo quedó muerto o herido uno de cada cinco combatientes. La Albuera fue una de las más sangrientas batallas de la guerra de España. Y por supuesto, desde los historiadores ingleses de la época -Napier, Londonderry, Oman- hasta los de ahora, todos coinciden en atribuir a sus tropas el peso de la batalla, dejando a los españoles, como también ocurrió con la batalla de Chiclana, en un modesto y aseadito segundo término. Esos pobres chicos spaniards, ya saben. Simples colaboradores y tal. 
Sin embargo, la realidad fue otra. Cartas y relatos de testigos, ingleses incluidos, permiten hoy establecer lo que realmente ocurrió en La Albuera. Y fue que, correspondiendo el flanco derecho a las tropas españolas, situadas sobre una colina y en un frente de sólo 600 metros de anchura, hacia allí se dirigió el principal ataque francés. Manteniendo sus posiciones bajo un fuego horroroso -los reclutas del 4º batallón de Guardias cayeron en el mismo lugar donde se encontraban, sin romper la formación-, los españoles rechazaron dos ataques gabachos. Al hallarse ya sin munición cuando se iniciaba el tercero, la brigada británica Colborne hizo un paso de línea para situarse delante y soportar el tercer asalto. Pero, en vez de quedarse en la colina, los ingleses, deseosos de demostrar que para chulitos ellos -y realmente siempre combatieron muy bien en la guerra de España-, avanzaron hacia las tropas enemigas sin advertir que había caballería imperial apostada cerca. La brigada inglesa fue destrozada, además de otra que andaba por allí. Asumir un error táctico de ese calibre, dos brigadas de Su Majestad pasadas por la cuchilla de picar carne, era duro de tragar para Wellington. Y cuando leyó el parte donde el general Beresford contaba lo ocurrido, exigió otro donde se omitiera la desastrosa maniobra, así como el hecho de que los españoles resistieron a solas los dos primeros asaltos. Quería algo que sonase más a tenaz y heroica resistencia inglesa. Y esa segunda versión, adecuada al orgullo nacional británico, fue la publicada por la prensa y adoptada oficialmente en los libros de Historia.
Uno de los más minuciosos historiadores militares españoles actuales, José Manuel Guerrero Acosta, se ha tomado en los últimos años el trabajo de desempolvar todos esos partes de guerra, probando cuanto acabo de contar. Con mucha irritación, por cierto, de colegas ingleses como el ilustre Charles Esdaile; que durante un congreso reciente en Varsovia se levantó, airado, para decir que esa revisión de lo ocurrido en La Albuera «ofende la memoria de las tropas británicas que lucharon en España». Curiosa afirmación, por cierto, de un historiador al que no parecen ofenderle la memoria los centenares de mujeres españolas violadas cuando las tropas británicas entraron en Badajoz, Ciudad Rodrigo y San Sebastián, ni sus compatriotas historiadores y novelistas que llevan doscientos años asegurando que, en la guerra peninsular, las tropas de Napoleón fueron derrotadas sólo por Wellington; a veces, eso sí, con la colaboración -a regañadientes, por supuesto- de la miserable chusma española que, en las siempre gloriosas y heroicas batallas inglesas, se limitaba a llevarle el botijo.


jueves, 12 de mayo de 2011

UNA GRAN NECRÓPOLIS DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EN LA PROVINCIA DE BURGOS


Espectacular imagen de una de las 23 fosas descubiertas
diariodeburgos.es 7/5/2011
R. Pérez Barredo / Burgos

Un improvisado cementerio, un osario gigante, de los que producen escalofríos. Eso fue lo que se encontraron los arqueólogos en el año 2005 en el llamado Campo Lilaila, una amplia extensión de terreno cerca del Camino Mirabueno donde se había proyectado la construcción de varias viviendas. Ya entonces, los arqueólogos encargados de datar el enterramiento señalaron que la gran fosa común, en la que se habían hallado numerosos restos óseos humanos, pertenecía a una época concreta: la Guerra de Independencia (1808-1812). Sin embargo, en los últimos meses ha circulado por internet, para confusión y escándalo de asociaciones vinculadas a la recuperación de la memoria histórica, la errónea noticia de que el improvisado enterramiento pertenecía a otra época más cercana: la Guerra Civil española.
DB ha tenido acceso al informe elaborado por la empresa Cronos S.C. Arqueología y Patrimonio en el que se da detallada cuenta del hallazgo y de un completo análisis de su contenido. Descubrimiento impresionante a tenor de los datos: eran 23 fosas comunes de las que fueron exhumados 1.287 individuos. «La distribución espacial de las fosas está caracterizada por su exhaustiva ordenación, paralelas entre sí, y con un espacio de separación muy similar, generalmente de entre 40-60 centímetros (...) De manera genérica fueron colocados con el cuerpo estirado o ligeramente flexionado, en decúbito supino, prono o lateral, y en la mayoría de los casos muy juntos, para optimizar el espacio de las fosas, formando grupos cuya orientación se alterna por tandas», recoge el informe.
Del total de individuos hallados se realizó un estudio antropológico a los mejor conservados: 387, todos varones de edades comprendidas entre los 16 y los 24 años (un 66 por ciento) y de entre 24 y 30 años (un 16 por ciento). El informe revela con sorpresa los numerosos casos de adolescentes: «La presencia en Mirabueno de individuos adolescentes de edad inferior a 16 años no está en consonancia con los datos aportados en los documentos sobre alistamientos de mozos. El 23 de septiembre de 1808 el general Joaquín Blake anuncia en Trespaderne la intención de alistar a todos los burgaleses. Este alistamiento será de todos los solteros y viudos sin hijos naturales o residentes en el pueblo, que lo sean de edad desde 17 hasta 40 años comprendiendo en él a toda clase de personas y expresando los que fuesen nobles, o gozasen del fuero eclesiástico, e incluyendo también todos los que se hubiesen casado en fraude del servicio».
Pero el mismo estudio desvela que para el reclutamiento de combatientes los funcionarios se distribuían por los barrios de la ciudad, yendo casa por casa, y que existe documentación con listas en las que aparece el nombre de cada uno de ellos, la edad y la talla. «Aunque inicialmente la talla mínima está fijada, aquellos que no llegan por incluso una pulgada pueden luego alistarse como voluntarios, igual que los exentos por viudos o aquellos que ya han realizado un servicio al Rey. Por este motivo no debe extrañar la presencia de menores de 16 años en Mirabueno. A estos voluntarios se les diferencia claramente de los militares y milicianos, categorías expresadas explícitamente en las mismas hojas de alistamiento».

¿Por qué allí?

El estudio, firmado por Carmen Alonso Fernández, descarta que Mirabueno acogiera las víctimas de la Batalla de Gamonal (1808), una de las más cruentas de cuantas se libraron en suelo burgalés, por la distancia entre ambos puntos, de cinco kilómetros. La tesis que sostiene el informe tiene que ver más con la ocupación francesa, cuando las condiciones de vida se volvieron mucho más difíciles. «Las ejecuciones eran algo cotidiano, y a la violenta actuación de los soldados franceses para con la población se unían las enfermedades». Así, se destaca el notable incremento de enfermos que registraron los hospitales de Burgos -Concepción y Barrantes-, lo que obligó a habilitar nuevos centros sanitarios, como el de la Caridad, junto a San Cosme, o el convento de San Pablo. «La ubicación geográfica de dichos hospitales, con una cercanía considerable respecto a la necrópolis de Mirabueno, así como la continua mortalidad en ellos, hace pensar que una gran parte de los enterramientos proceden de este momento. Esto explicaría la ausencia de ropa, objetos o incluso proyectiles, además de su colocación en las primeras fosas excavadas, de forma masiva pero ordenada. También el estudio antropológico ha revelado la existencia de heridas producidas por impactos de proyectil en proceso de curación, y que por lo tanto no causaron la muerte inmediata al fallecido»
Así, el informe deduce que Mirabueno fue elegido como lugar de enterramiento masivo por varias razones: «cercanía a los hospitales pero suficientemente alejado de la ciudad, existencia de un camino directo desde el Barrio de Vega (Camino de Mirabueno), y lugar bien aireado y roturado».
También a partir de 1812, año en que se produjo el asedio del Castillo, se produjeron numerosas bajas. «Durante este tiempo el número de muertos diarios varía mucho. Hay jornadas en las que las pérdidas angloespañolas superan las 200 bajas (...) Es probable que sea ahora cuando sucede un segundo momento en la ocupación de la necrópolis de Mirabueno. La aparición de fosas parcialmente vacías, a diferencia de las primeras que se encontraban completas, junto con la diferente disposición de los cadáveres con mayor presencia en algunas zonas de las fosas, indicarían un goteo constante de muertos relacionados con el asedio, procedentes directamente del frente o de los hospitales. La orografía del castillo como la propia batalla pudieron impedir el enterramiento en un lugar más cercano, ya que prácticamente todo Burgos estaba en el radio de acción de las baterías francesas. La necrópolis sería ya conocida y, su ubicación, a poco más de un kilómetro de los hechos, la convertiría en un lugar apto para sepultar a los fallecidos».   


domingo, 8 de mayo de 2011

RECREACIÓN DE LA BATALLA DE LA ALBUERA - 200 AÑOS

Excelente fin de semana en Badajoz. Al llegar nos encontramos con una sorpresa: el mercadillo mensual de antigüedades y la feria del libro, donde encontramos a la venta una bayoneta francesa reutilizada como utensilio y cerca de 6 bolas de cañón, además de varios libros relacionados con la guerra en Badajoz.

La Plaza Alta, donde comienza el mercadillo de antigüedades. En este lugar Wellington levantó tres horcas para amenazar a sus tropas y parar el saqueo de Badajoz tras el asalto a la ciudad la noche del 6 de abril de 1812

LA ALBUERA:

 









El Centro de Interpretación de la batalla tiene una serie de maquetas que representan varias acciones de la contienda. Es de lamentar los pocos objetos auténticos procedentes del campo de batalla que se muestran en las vitrinas
 

























































¿Que hacía Napoleón en La Albuera?


Terminamos la jornada en el campamento, junto a nuestros amigos del 95 de rifles

Ben, un servidor, Dave y Roberto. El otro Miguel y la familia de Roberto se quedaron detrás de la cámara