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viernes, 1 de enero de 2010

VALENCIA 28 DE JUNIO DE 1808



Planos del Ministerio de Defensa



VISTAS DE VALENCIA (obtenidas de butronmaker.blogspot.com)







VALENCIA EN LA ACTUALIDAD






PUERTA DE QUART



















FRENTE A LA PUERTA, POR DONDE SE PRODUCE EL ATAQUE FRANCÉS A ESTA POSICIÓN


BALA DE CAÑÓN ENCONTRADA INCRUSTADA EN LA PUERTA DE QUART DURANTE LA RESTAURACIÓN  DE 2006. SE HAN CONTABILIZADO 132 MARCAS DE PROYECTIL DE ARTILLERÍA EN LA PUERTA. FOTO lasprovincias.es 11/7/2006


VISTA DE VALENCIA DESDE LA PUERTA


DESDE LA PUERTA MIRANDO HACIA DONDE ESTABA SITUADO EL REDUCTO DE STA. CATALINA

PUERTA DE SERRANOS










De esta agitación y revolución valenciana quiso aprovecharse sin duda el mariscal francés Moncey para apoderarse de la rica Valencia, y partió para aquella ciudad con doce mil infantes, mil y ochocientos caballos y un tren de artillería de diez y ocho bocas de fuego de varios calibres, y penetró la aspereza y escabrosidad de las Contreras y Cabrillas, puntos que ocupaban unas gentes acabadas de alistar, y sin ningún uso ó ejercicio en las armas. Unos ochocientos suizos y doscientos guardias españolas eran los únicos soldados de línea que con un corto número de artilleros y bastante paisanaje estaban á la defensa del puente de Pajazo, que después de una resistencia bien sostenida tuvieron que abandonar y ceder á la fuerza enemiga, que superó cuantos obstáculos se le presentaron en las Cabrillas y el Buñol.
Esta villa pagó por decontado la oposición de los españoles, pues en dos días que la ocuparon los franceses no se oían mas que llantos, ni veían más que estragos y muertes. Las tímidas mujeres huían precipitadamente sin saber á donde se dirigían; y sorprendidas por la soldadesca eran victimas de su desenfrenada lujuria.
Al cabo, de tres días consecutivos, de ultrajes, robos y asesinatos, se pusieron en marcha los franceses para la capital del reino, á tiempo que ya eran cerciorados sus habitantes de que aquellos habían vencido los pasos de las Contreras y Cabrillas, y á toda prisa se dieron las disposiciones; mas vigorosas para su defensa. En la ermita de S. Onofre, camino real de Madrid, formó el brigadier de los reales ejércitos D. José Caro su ejército, compuesto de unos nueve mil hombres entre veteranos y acabados de alistar con un cúmulo bastante grande de paisanos y eclesiásticos regulares y seculares, tres cañones y cien caballos. Apenas era formado este cuerpo cuando se presentó una poca caballería enemiga, que desapareció al primer cañonazo que se la disparó, y á breve rato se rompió el fuego por el ala derecha que ocupaba la orilla del río hasta Manises. Por momentos se empeñaba mas la acción, sosteniéndola cada parte con valor y denuedo. Por dos veces perdieron terreno los franceses pero volviendo á cargar con todas sus fuerzas y artillería por toda la extensión de la línea consiguieron desordenar á los paisanos; y apoderándose de todos estos la turbación y el espanto, huyeron muchos, y con orden del general comandante se retiraron los demás, poniéndose todos á cubierto de los muros de la capital. Al capitán general de ésta intimó por segunda vez Moncey le franquease las puertas amigablemente, que no venía á ofender, sino á sosegar á aquella alborotada ciudad y hacerla feliz, reuniendo loa espíritus de todos sus pobladores; y de no acceder á propuesta tan ventajosa, no habría mas remedio que morir. Arenga estudiada por todos los generales de Napoleón al aproximarse á cualquier pueblo donde contemplaban alguna fuerza y resistencia, pero que no escuchaba éste convencido de la falacia de sus promesas y ofertas. Así Valencia se negó á abrirle sus puertas, asegurándole prefería la muerte á todo acomodamiento.
Irritado Moncey con semejante respuesta, rompió el fuego al mediodía del 28 de junio, dirigiendo sus primeros tiros contra la batería de santa Catalina, que sucesivamente extendió á todas las demás de la ciudad; pero los comandantes y oficiales que dirigían estas le correspondieron con tal actividad y acierto, que á las siete horas de fuegos continuos y ataques interrumpidos tuvo Moncey que retirarse con precipitación y confusión, habiendo dejado llenos de cadáveres los grandes fosos que con este objeto abrió, sin contar los muchos que arrojó al río.
Así cubierto de ignominia volvió á repasar la Mancha, cuyos moradores aumentaron considerablemente su anterior pérdida , entrando en Madrid con solo cuatro mil y quinientos hombres, y la mayor parte de estos heridos y maltratados.
Resumen histórico de la revolución de España, año de 1808 
Escrito por Manuel Salmón, 1820


El 28 al amanecer recibió orden de la Junta el teniente coronel Miranda para que con la fuerza reunida de su regimiento pasase a tomar posición en Paterna y Manises, parte izquierda del río Turia, en donde aumentó sus fuerzas con 400 o 500 hombres de la dispersión de la tarde anterior de los cuerpos de Saboya, América, Provincial de Soria, oficiales de todos regimientos y dos o tres mil paisanos armados y desarmados. Con todos formó un cordón de guerrillas mezclándolos, cubriendo de este modo toda la izquierda del río hasta la Alameda de Valencia con cuya disposición franqueaba los movimientos que los enemigos intentasen contra la plaza y sostenía los que pudiesen dirigir a los arrabales.
A las 9 o 10 de la mañana, reunido el ejército francés en Quart, hizo su movimiento sobre la ciudad marchando en 3 columnas, defendidas con centenares de guerrillas colocadas en el frente y flancos de ellas, mandando otras para responder a los fuegos que hacían las del teniente coronel Miranda y a las del paisanaje de la Huerta. La artillería marchaba entre el claro de 1ª y 2ª columna. Luego que llegaron a la Cruz de Mislata, la de la cabeza y artillería siguieron el camino real que va a la Puerta de Quart, la 2ª por el de la Azud que sale al centro de esta puerta, y la de la Trinidad en donde se había construido la batería de Santa Catalina y la 3ª por los molinos de la Misericordia que dirigen al camino de Jesús. La 1ª columna emprendió su ataque contra la puerta de Quart, teniendo el atrevimiento de verificarlo en columna cerrada por medio de la calle del mismo nombre, por cuya razón pagaron pronto su temeridad con el fuego de metralla de un cañón de a 24 que había colocado en la misma puerta. Por dos veces repitieron igual ataque en esta formación desistiendo de su empresa por haber cubierto la calle de cadáveres. En seguida, a la desfilada, abrigados de las paredes consiguieron algunos acercarse hasta tiro de pistola de la puerta. La pieza de a 24, que queda nominada, estaba establecida en el interior de la puerta, para hacer fuego se abrían sus hojas, cerrándolas para cargarla sosteniendo esta operación por dos de a tres colocados en el torreón, y la fusilería de muralla. Los franceses situaron una batería de 4 obuses y dos cañones en los molinos nuevos y siete muelas dirigiendo sus tiros a la plaza.
La columna que hizo su movimiento por el camino de la Azud con 3 piezas de artillería atacó al fuerte de Santa Catalina, el que después de dos horas de resistencia batió completamente al enemigo cubriéndose de gloria el bizarro capitán D. Santiago Olabo que la mandaba, contribuyendo a tan buen éxito los fuegos de muralla y los de guerrilla de flanco.
La 3ª columna haciendo varios movimientos con centenares de guerrillas amenazaban a las puertas del Carbón y San Vicente, a las 4 de la tarde todo el fuego que hacían eran el de guerrillas contra las murallas y el de artillería a la ciudad, correspondidos por la fusilería que la guarnecía y las baterías de Santa Catalina y puerta de Quart. A las 7 se retiraron a su antigua posición.
En circunstancias tan críticas cuales quedan referidas y en las que parecía que el pueblo valenciano debía estar acobardado fue todo lo contrario, y sería hacer una injusticia a su heroicidad sino dijese que se veía adornado de un entusiasmo sin igual y de un valor sin límites a sus habitantes, solo se les oía decir: vencer o morir, expresiones que hasta las más débiles criaturas pronunciaban, suministrando en medio de los peligros que a todos amenazaban cuantos efectos necesitaban. La artillería e ingenieros todo con el mayor orden y satisfacción, viéndose del mismo modo arrojar por los balcones hierro para el uso de metralla, privándose de ciertos enseres por contribuir cada uno por su parte al fin de tan justa defensa, el más pobre con un desinterés sin ejemplo abandonaba su cama para que del colchón se formasen parapetos y de su sábanas hilas y saquillos, no había ocupación por arriesgada que se presentase en donde los vecinos del pueblo valenciano no se empleasen con el mayor valor y en donde los ataques lo exigían conducían a brazo las piezas de artillería, siendo mas admirable el arreglo en todos los movimientos a pesar del corto número de tropas que había, debido sin duda a que en el corazón de toda clase de personas no reinaba otra idea que la de oponerse a toda costa a la victoria que creía suya el enemigo.
El general Llamas, con los batallones que quedan referidos marchaba a su orden el del Guardias Españolas y 1º de Saboya, en esta misma tarde llevó a Chiva de cuya operación quedo amenazando al enemigo por retaguardia: a las 9 de la noche fue reforzado el teniente coronel Miranda con el regimiento de Borbón, 200 soldados Walones incorporados y poca mayor fuerza que había reunido de las armas de infantería y caballería, salio del punto para Alcira en donde mandó cortar su puente. El general en jefe conde de Cervellón hizo su movimiento para el mismo destino desde el que se encontraba al que llegó el 31.
Archivo Histórico Nacional,DIVERSOS-COLECCIONES,74,N.36


Que habiendo intimado la rendición a Valencia por el mariscal Moncey y divulgándose esta noticia por la ciudad, acudió el pueblo a dicha Junta Suprema diciendo que no querían rendirse, y sí defenderse. Que dada esta contestación a Moncey avanzó éste con su ejército y atacó la ciudad a las dos de la tarde del día 28 de junio de 1808, arrojando al mismo tiempo sin cesar granadas y balas a la ciudad. Pero los vecinos se colocaron los unos en las murallas de donde hacían fuego, otros en una batería que se formó aquella misma mañana en el punto que llaman de la torre de Santa Catalina, junto al río, desde la cual hacían el fuego a los enemigos que atacaban por aquel punto. Otros en la puerta de Quart en la cual se habían colocado dos cañones y estuvieron haciendo fuego al enemigo cada vez que intentaba atacar, otros a la puerta y muro de Santa Lucía, por cuyo punto intentó el enemigo batir la muralla, lo que no pudo conseguir pues se le desmontó el cañón con que la batía, y los demás, tanto mujeres como niños, hicieron el servicio de acudir con los enseres que se pedían en dichos puntos, llevar las municiones y asistir a los heridos que hubo. Viendo el enemigo que iba ya a oscurecer el día sin haber conseguido adelanto alguno se retiró, y al otro día emprendió la marcha para Madrid, sin que hubiese más tropas en la ciudad en dicha tarde que el cuerpo de inválidos que colocó en la puerta de Quart y más ordenanzas de caballería que eran las que llevaban los partes a dicha Junta y comunicaban las órdenes de esta.
Marqués de Cruillas
ES.28079.AHN/1.5.1.145.4.1.1.57.2//DIVERSOS-COLECCIONES,136,N.33

4 comentarios:

  1. Con esta primera entrada del año aprovecho para desearos un feliz 2010

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  2. Mis mejores deseos para este 2010. Salud y suerte.

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  3. Sorprende comprobar gracias a esta entrada que en el cercano año 2006 aún se haya podido recuperar una bala de cañón napoleónica incrustada en tan frecuentado monumento de Valencia.
    Que el año 2010 sea propicio para que cada vez más personas disfruten de páginas tan interesantes de la historia y que tan bien se han relatado en blogs como éste.

    Saludos de José Marcos.

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