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sábado, 9 de marzo de 2024

CONVIVENCIA ENTRE ESPAÑOLES Y FRANCESES EN EL PUENTE DE ALMARAZ - SEPTIEMBRE 1809

Durante la guerra se produjeron situaciones curiosas entre las tropas españolas y francesas, como la que a continuación detallo ocurrida en el puente de Almaraz en septiembre de 1809. 

Tras la batalla de Talavera de la Reina, el ejército aliado se retira por el puente del Arzobispo, aprovechando el camino que se había habilitado por la compañía provisional de obreros de la 5ª División, hasta Trujillo. Protegiendo el paso del Tajo (entre los puentes del Arzobispo y Almaraz) se encuentra la División de Vanguardia de Rafael Menacho, la 4ª División de Vicente Iglesias y la 5ª de Juan Senén de Contreras; todas bajo las órdenes de Bassecourt. 

La 5ª está en Almaraz, en la orilla izquierda del Tajo, sobre el puente derruido. El 22 de septiembre las tropas adelantadas de Senén de Contreras reciben una visita especial, ocurriendo lo siguiente:

Anoche se sintió bastante ruido de enemigo y dos tiros de fusil en la altura que está sobre el puente cortado de Almaraz; y esta mañana se presentó un general [francés] que por sus condecoraciones e insignias militares es creíble se alguno de los mariscales Soult o Mortier, el cual, acompañado de 15 a 20 oficiales, después de haber dejado sus caballos poco antes de dar vista al río, vino a la guardia de infantería [francesa] que estaba encima de las casas del mencionado puente. Comenzaron a ver y hablar pidiendo a nuestros oficiales y tropa que con el jefe de día están en dichas casas, vino y tabaco. Don Jacobo Gil de Aballe que se halla en la batería del obús de seis pulgadas de la derecha, con arreglo a mi orden de que siempre que se presenten en grupo que pase de ocho hombres y paraje oportuno se les aleje y disperse, les tiró una granada, la cual causó el buen efecto de hacer que a buen paso marchasen dicho general, su comitiva y toda la mencionada guardia, dirigiéndose a tomar los caballos; pero al acercarse a estos les disparó otra granada que dio al lado de toda la comitiva, la cual se dispersó sin montar, y tuvo que correr a pie hasta la entrada del bosque, fuera del alcance de nuestra artillería.

Hasta ahora no ha vuelto a colocarse la guardia de infantería y solo se muestra la centinela de caballería, aunque fuera del alcance del fusil, pues se la hace fuego si se pone a tiro.

Contreras también dejará una curiosa reflexión en el parte que manda sobre una expedición que hace a la orilla derecha del Tajo el 7 de octubre. Para ello cruzan el Tajo con artillería, pero a la vuelta el río trae mucha más agua. Contreras dirá sobre la dificultad para atravesar el río:

Han vuelto [sus tropas] con sentimiento por dejar expuestos de nuevo los pueblos al furor de los enemigos, pero han repasado el Tajo a las tres de la tarde, con mucha alegría, prontitud y serenidad increíble, a pesar de haberle hallado con mucha más agua que cuando fuimos. Los cañones han pasado por debajo del agua, y en fin, si Bonaparte pasase con un cuerpo de franceses un río de esta naturaleza, nos romperían la cabeza siempre ponderando este paso. Los españoles le han hecho por que antes de meterlos en él, le hice reconocer en mi presencia midiendo el agua, la calidad del suelo y demás circunstancias. Vi que era posible con un poco de entereza verificarlo, y hice que se ejecutara, resultando después al soldado una opinión de si mismo que conviene que tenga siempre que sea bien fundada.




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