Ciudad Rodrigo el día después de la toma por las tropas aliadas y en la actualidad
Este artículo sobre el sitio de Ciudad Rodrigo en 1812 está compuesto de tres entradas:
- En la primera figura la narración del sitio, un diario, y dos informes de Wellington tras la toma.
- La segunda entrada será una visión por parte francesa de lo que fueron aquellos días de principios de enero de 1812, todos los documentos son inéditos.
- Por último, la tercera entrada, es una colección de fotografías de Ciudad Rodrigo que muestran los principales lugares relacionados con la Guerra de la Independencia, e invitar a visitar esta encantadora localidad.
Narración del sitio de 1812 por José Muñoz Maldonado de Fabraquer en Historia política y militar de la guerra de la independencia de España:
Con el año de 1812 principió la quinta campaña, una de las más gloriosas para los ejércitos aliados, y por la que quedó asegurada la libertad de la Península. Las armas aliadas obtuvieron durante ella señalados y decisivos triunfos, empezando sus operaciones por la toma de Ciudad Rodrigo por asalto, y casi á la vista del ejército enemigo de Marmont, que podía reunir fuerzas superiores al anglo-lusitano. Confiado el General francés en la facilidad con que tres meses antes había hecho levantar el bloqueo de aquella plaza, sin mas que la simple reunión de cuatro de sus divisiones con el cuerpo del General Dorsenne, mantenía sus tropas diseminadas en acantonamientos bastante extendidos, y contaba con repetir en cualquier momento apurado igual maniobra, con probabilidad del mismo ventajoso resultado. En esta confianza había destacado al General Montbrun con tres divisiones para apoyar las operaciones del Mariscal Suchet en el Reino de Valencia.
Con el año de 1812 principió la quinta campaña, una de las más gloriosas para los ejércitos aliados, y por la que quedó asegurada la libertad de la Península. Las armas aliadas obtuvieron durante ella señalados y decisivos triunfos, empezando sus operaciones por la toma de Ciudad Rodrigo por asalto, y casi á la vista del ejército enemigo de Marmont, que podía reunir fuerzas superiores al anglo-lusitano. Confiado el General francés en la facilidad con que tres meses antes había hecho levantar el bloqueo de aquella plaza, sin mas que la simple reunión de cuatro de sus divisiones con el cuerpo del General Dorsenne, mantenía sus tropas diseminadas en acantonamientos bastante extendidos, y contaba con repetir en cualquier momento apurado igual maniobra, con probabilidad del mismo ventajoso resultado. En esta confianza había destacado al General Montbrun con tres divisiones para apoyar las operaciones del Mariscal Suchet en el Reino de Valencia.
Lord Wellington, instruido exactamente de todos estos pormenores, creyó que era esta la ocasión oportuna para atacar á Ciudad Rodrigo, y dar principio á sus operaciones en España. Dispuso al efecto que sus tropas se preparasen en sus acuartelamientos con fajinas y demás pertrechos, y verificado, echó un puente sobre el río Águeda en Saelices, y el 6 de enero estaba ya todo á punto para principiar el sitio de Ciudad Rodrigo, pero una nevada extraordinaria que sobrevino, impidió el movimiento del ejército aliado hasta el día 8.
Una división ligera á las órdenes del general Crawford pasó el Águeda, y formalizó la embestidora de la plaza. Un destacamento de la misma, á las órdenes del teniente general Colborne, tomó por asalto en la noche de dicho día un reducto que defendía el teso de mayor altura de sus inmediaciones.
Al siguiente día se empezaron por la parte septentrional los trabajos de sitio, estableciéndose la primera paralela. El enemigo hizo el 14 una salida, pero sin resultado alguno de consideración. Por la noche 25 piezas de artillería rompieron el fuego contra las murallas; y el convento fortificado de San Francisco que flanqueaba la izquierda de los aproches, fue escalado por un regimiento inglés á las órdenes del Coronel Harcourt.
Continuábase el fuego y los trabajos de sitio y deseoso Lord Wellington de acelerar la toma de la plaza antes que Marmont pudiese acudir á su socorro, aunque aquellos no llegaban aun hasta el pie de la brecha, se decidió á dar el asalto á esta, escalando al mismo tiempo las murallas por otros puntos. Seis columnas que marcharon rápidamente al ataque, lograron apoderarse en menos de dos horas de la plaza, á favor de la oscuridad de la noche que ocultaba sus movimientos. En este ataque y escalada pereció mucho menor número de aliados que en el asalto de la brecha, por estar los sitiados desprevenidos, y empleadas casi todas sus fuerzas en la defensa de aquella. El General Mackinson que mandaba la columna que atacó por este punto, perdió la vida con muchos de los valientes soldados que conducía, por la explosión de una mina. Fue vigorosa la resistencia que opusieron en defensa de la brecha el Gobernador de la plaza Barrié los franceses que mandaba; mas al fin no pudiendo resistir el ímpetu de las columnas de ataque, fueron arrojados a la bayoneta de esta posición, y forzados á refugiarse á la ciudad, y perseguidos de casa en casa, se rindieron por último á discreción en número de 1.700 hombres.
La pérdida de los aliados fue de 6 Oficiales y 140 hombres muertos, 60 Oficiales y 500 soldados heridos, 78 Oficiales, 1.700 soldados prisioneros. Ciento nueve cañones montados, un tren completo de 44 piezas de artillería, con una inmensa cantidad de municiones de guerra, y un arsenal completo, fueron el fruto de esta conquista.
Lord Wellington dio la mayor importancia a la toma de Ciudad Rodrigo por haber costado la vida al General Crawford, que murió al conducir las tropas al asalto, y era uno de sus más hábiles colaboradores y compañeros de armas.
La conquista de esta plaza debe mirarse como una de las empresas y triunfos mas distinguidos de las armas aliadas, si se considera la superioridad y proximidad del ejército enemigo que cuidaba de su observación, y los obstáculos que las nieves y crudeza de la estación oponían á la celeridad y secreto de las operaciones para pasar el Águeda, y formalizar el sitio.
Cuando Marmont reunió su ejército para socorrerla, ya la bandera española tremolaba hacia tres días en Ciudad Rodrigo, y las brechas se hallaban reparadas y en estado de defensa.
Lord "Wellington, moderado y humano, hizo suspender en medio del ataque la efusión de sangre y el degüello á que le autorizaban las leyes de la guerra.
Aunque en la conquista de Ciudad Rodrigo no tuvieron una parte activa las tropas españolas, coadyugaron al buen éxito estando en constante observación del enemigo al otro lado del Tormes, y mereciendo ser recomendados muy particularmente al Gobierno el brigadier don Carlos España, y el coronel de lanceros don Julián Sánchez, á quienes se concedió el grado inmediato.
El entusiasmo de los castellanos llegó á su colmo, al ver que no bien se posesionaron los ingleses de la plaza, cuando la entregaron al general Castaños para que tomase posesión de ella y la gobernase á nombre de Fernando VII, desmintiendo de este modo las perniciosas voces extendidas por los agentes enemigos, de que el objeto de los ingleses era apoderarse de los principales puntos de España para dominarlos.
Las Cortes al saber la importante rendición de esta plaza, concedieron por aclamación á Wellington la Grandeza de España de primera clase con el título de Duque de Ciudad-Rodrigo, y el Príncipe Regente de Inglaterra le hizo Conde, concediéndole la Cámara una pensión de 2.000 libras esterlinas.
El triunfo de las armas aliadas reanimó el entusiasmo español, algún tanto abatido por las desgracias anteriores, y dejó entrever lo que podía esperarse de las operaciones del General británico, que después de haber libertado al Portugal con su prudencia, empezaba con no menos éxito sus operaciones en España.
Narración del sitio por Modesto Lafuente en Historia general de España, Volumen 25:
No en todas partes iban mal las cosas para nosotros en el principio de este año (1812). Después de haber introducido los franceses un convoy en Ciudad Rodrigo, el duque de Ragusa (Marmont) y el general Dorsenne, en vez de dar batalla á los ingleses, se separaron, acantonando Marmont sus tropas desde Salamanca á Toledo. Esta retirada y la expedición de Montbrun á Alicante, vinieron bien á Wellington para formalizar el sitio de Ciudad Rodrigo que tiempo hacía estaba preparando. Alentaba también al general inglés la circunstancia que él no ignoraba, de haber sido llamada á Francia la famosa guardia imperial, á consecuencia de los temores de una próxima guerra con Rusia. Mandó al general Hill que se moviese hacia la Extremadura, y á don Carlos de España y don Julián Sánchez que se situaran en el Tormes para incomunicar al duque de Ragusa que estaba en Salamanca, y él se presentó el 8 de enero en actitud de embestir la plaza de Ciudad Rodrigo, cuyas fortificaciones habían reparado y aumentado los franceses. Aquella misma noche se apoderó de un reducto levantado en el cerro ó teso de San Francisco. Plantó en el mencionado teso tres baterías cada una de 11 piezas, y al saber que el general Graham con las de la primera paralela acababa de tomar el convento de Santa Cruz (13 de enero), rompió con aquellas el fuego el 14, en cuya noche se hizo dueño del convento de San Francisco, y del arrabal en que este fuerte estaba situado. En los días siguientes hasta el 19 se completó la segunda paralela: en aquel día se practicaron dos brechas en el muro, de 50 pies de ancha la una, de 100 la otra; y se intimó la rendición al gobernador Barrié, que contestó estaba resuelto á sepultarse con la guarnición bajo las ruinas de la plaza.
Con tal respuesta no quedaba al general sitiador otro partido que tomarla por asalto, y así lo determinó, destinando á primera hora de aquella misma noche cinco columnas á embestir ó amagar por otros tantos puntos: resistieron los franceses con firmeza y resolución, pero no pudieron impedir que los aliados tomaran la cresta de la brecha grande, y de allí se extendieran lo largo del muro, y á poco se enseñorearan de la ciudad. Rindieren entonces las armas 1,700 hombres con su gobernador Barrié, únicos que habían quedado vivos de los 3,000 que componían la guarnición, pues los demás perecieron en la defensa. Perdieron los aliados 1.300 hombres, entre ellos los generales ingleses MackinSon y Crawford; Wellington puso la plaza en manos del general Castaños que mandaba en aquel distrito. Las Cortes españolas compensaron á "Wellington concediéndole la grandeza de España con el título de duque de Ciudad Rodrigo. «La pronta caída de esta plaza, dice un escritor francés, admiró á todo el mundo, y causó un vivo disgusto al emperador.» No lo extrañamos, y más sucediéndole este contratiempo en ocasión que la proximidad de la guerra de Rusia le obligaba á sacar de España 14.000 soldados veteranos, entre los 8,000 que hemos dicho de la guardia imperial, y 6.000 polacos del ejército de Aragón.
Puso Wellington en estado de defensa á Ciudad Rodrigo, hizo reconstruir las fortificaciones de Almeida, y entregando aquella plaza á los españoles, y dejando esta guarnecida, después de haber provisto de este modo á la seguridad de las fronteras do Portugal, pensó ya en emprender el sitio de Badajoz.
Al siguiente día se empezaron por la parte septentrional los trabajos de sitio, estableciéndose la primera paralela. El enemigo hizo el 14 una salida, pero sin resultado alguno de consideración. Por la noche 25 piezas de artillería rompieron el fuego contra las murallas; y el convento fortificado de San Francisco que flanqueaba la izquierda de los aproches, fue escalado por un regimiento inglés á las órdenes del Coronel Harcourt.
Continuábase el fuego y los trabajos de sitio y deseoso Lord Wellington de acelerar la toma de la plaza antes que Marmont pudiese acudir á su socorro, aunque aquellos no llegaban aun hasta el pie de la brecha, se decidió á dar el asalto á esta, escalando al mismo tiempo las murallas por otros puntos. Seis columnas que marcharon rápidamente al ataque, lograron apoderarse en menos de dos horas de la plaza, á favor de la oscuridad de la noche que ocultaba sus movimientos. En este ataque y escalada pereció mucho menor número de aliados que en el asalto de la brecha, por estar los sitiados desprevenidos, y empleadas casi todas sus fuerzas en la defensa de aquella. El General Mackinson que mandaba la columna que atacó por este punto, perdió la vida con muchos de los valientes soldados que conducía, por la explosión de una mina. Fue vigorosa la resistencia que opusieron en defensa de la brecha el Gobernador de la plaza Barrié los franceses que mandaba; mas al fin no pudiendo resistir el ímpetu de las columnas de ataque, fueron arrojados a la bayoneta de esta posición, y forzados á refugiarse á la ciudad, y perseguidos de casa en casa, se rindieron por último á discreción en número de 1.700 hombres.
La pérdida de los aliados fue de 6 Oficiales y 140 hombres muertos, 60 Oficiales y 500 soldados heridos, 78 Oficiales, 1.700 soldados prisioneros. Ciento nueve cañones montados, un tren completo de 44 piezas de artillería, con una inmensa cantidad de municiones de guerra, y un arsenal completo, fueron el fruto de esta conquista.
Lord Wellington dio la mayor importancia a la toma de Ciudad Rodrigo por haber costado la vida al General Crawford, que murió al conducir las tropas al asalto, y era uno de sus más hábiles colaboradores y compañeros de armas.
La conquista de esta plaza debe mirarse como una de las empresas y triunfos mas distinguidos de las armas aliadas, si se considera la superioridad y proximidad del ejército enemigo que cuidaba de su observación, y los obstáculos que las nieves y crudeza de la estación oponían á la celeridad y secreto de las operaciones para pasar el Águeda, y formalizar el sitio.
Cuando Marmont reunió su ejército para socorrerla, ya la bandera española tremolaba hacia tres días en Ciudad Rodrigo, y las brechas se hallaban reparadas y en estado de defensa.
Lord "Wellington, moderado y humano, hizo suspender en medio del ataque la efusión de sangre y el degüello á que le autorizaban las leyes de la guerra.
Aunque en la conquista de Ciudad Rodrigo no tuvieron una parte activa las tropas españolas, coadyugaron al buen éxito estando en constante observación del enemigo al otro lado del Tormes, y mereciendo ser recomendados muy particularmente al Gobierno el brigadier don Carlos España, y el coronel de lanceros don Julián Sánchez, á quienes se concedió el grado inmediato.
El entusiasmo de los castellanos llegó á su colmo, al ver que no bien se posesionaron los ingleses de la plaza, cuando la entregaron al general Castaños para que tomase posesión de ella y la gobernase á nombre de Fernando VII, desmintiendo de este modo las perniciosas voces extendidas por los agentes enemigos, de que el objeto de los ingleses era apoderarse de los principales puntos de España para dominarlos.
Las Cortes al saber la importante rendición de esta plaza, concedieron por aclamación á Wellington la Grandeza de España de primera clase con el título de Duque de Ciudad-Rodrigo, y el Príncipe Regente de Inglaterra le hizo Conde, concediéndole la Cámara una pensión de 2.000 libras esterlinas.
El triunfo de las armas aliadas reanimó el entusiasmo español, algún tanto abatido por las desgracias anteriores, y dejó entrever lo que podía esperarse de las operaciones del General británico, que después de haber libertado al Portugal con su prudencia, empezaba con no menos éxito sus operaciones en España.
Narración del sitio por Modesto Lafuente en Historia general de España, Volumen 25:
No en todas partes iban mal las cosas para nosotros en el principio de este año (1812). Después de haber introducido los franceses un convoy en Ciudad Rodrigo, el duque de Ragusa (Marmont) y el general Dorsenne, en vez de dar batalla á los ingleses, se separaron, acantonando Marmont sus tropas desde Salamanca á Toledo. Esta retirada y la expedición de Montbrun á Alicante, vinieron bien á Wellington para formalizar el sitio de Ciudad Rodrigo que tiempo hacía estaba preparando. Alentaba también al general inglés la circunstancia que él no ignoraba, de haber sido llamada á Francia la famosa guardia imperial, á consecuencia de los temores de una próxima guerra con Rusia. Mandó al general Hill que se moviese hacia la Extremadura, y á don Carlos de España y don Julián Sánchez que se situaran en el Tormes para incomunicar al duque de Ragusa que estaba en Salamanca, y él se presentó el 8 de enero en actitud de embestir la plaza de Ciudad Rodrigo, cuyas fortificaciones habían reparado y aumentado los franceses. Aquella misma noche se apoderó de un reducto levantado en el cerro ó teso de San Francisco. Plantó en el mencionado teso tres baterías cada una de 11 piezas, y al saber que el general Graham con las de la primera paralela acababa de tomar el convento de Santa Cruz (13 de enero), rompió con aquellas el fuego el 14, en cuya noche se hizo dueño del convento de San Francisco, y del arrabal en que este fuerte estaba situado. En los días siguientes hasta el 19 se completó la segunda paralela: en aquel día se practicaron dos brechas en el muro, de 50 pies de ancha la una, de 100 la otra; y se intimó la rendición al gobernador Barrié, que contestó estaba resuelto á sepultarse con la guarnición bajo las ruinas de la plaza.
Con tal respuesta no quedaba al general sitiador otro partido que tomarla por asalto, y así lo determinó, destinando á primera hora de aquella misma noche cinco columnas á embestir ó amagar por otros tantos puntos: resistieron los franceses con firmeza y resolución, pero no pudieron impedir que los aliados tomaran la cresta de la brecha grande, y de allí se extendieran lo largo del muro, y á poco se enseñorearan de la ciudad. Rindieren entonces las armas 1,700 hombres con su gobernador Barrié, únicos que habían quedado vivos de los 3,000 que componían la guarnición, pues los demás perecieron en la defensa. Perdieron los aliados 1.300 hombres, entre ellos los generales ingleses MackinSon y Crawford; Wellington puso la plaza en manos del general Castaños que mandaba en aquel distrito. Las Cortes españolas compensaron á "Wellington concediéndole la grandeza de España con el título de duque de Ciudad Rodrigo. «La pronta caída de esta plaza, dice un escritor francés, admiró á todo el mundo, y causó un vivo disgusto al emperador.» No lo extrañamos, y más sucediéndole este contratiempo en ocasión que la proximidad de la guerra de Rusia le obligaba á sacar de España 14.000 soldados veteranos, entre los 8,000 que hemos dicho de la guardia imperial, y 6.000 polacos del ejército de Aragón.
Puso Wellington en estado de defensa á Ciudad Rodrigo, hizo reconstruir las fortificaciones de Almeida, y entregando aquella plaza á los españoles, y dejando esta guarnecida, después de haber provisto de este modo á la seguridad de las fronteras do Portugal, pensó ya en emprender el sitio de Badajoz.
Esquema de los ataques del 19 de enero de 1812
Diario del Sitio por parte de un oficial español:
Enero de 1812, Día 1º
Se recibió correo de Valencia de Alcántara y el 29 estaba el general Hill en la Roca, haciendo el depósito de víveres en Alburquerque. Quedan arreglados los correos españoles.
Se empezaron a llevar efectos para el sitio de Ciudad Rodrigo.
Día 2
Se han recibido noticias de Madrid y el 12 de diciembre no había novedad en Valencia, solo Suchet estaba falto de víveres, y en consecuencia se le desertaban muchos, lo cual le obligó a extender una proclama exhortando a la constancia.
Marmont va a Valencia con 15000 hombres y mucha caballería.
Thiebault avisó a Marmont y a Dorsenne del movimiento de los ingleses.
El general Hill esta a el 30 en Mérida y no sorprendió a Dembowski por que este recibió aviso de alguna tropa que envió a sacar contribuciones, no obstante mataron 30 hombres y cogieron algunos prisioneros en el camino de Almendralejo. Cogió unas 100 fanegas de trigo y estaba muy contento con la conducta de los extremeños que nada avisaron.
Lord Wellington tuvo ayer consejo de jefes para principiar el sitio de Ciudad Rodrigo y según estos no podía empezarse hasta el 31, más Lord después de oírles parece les convenció de que el 7 podía empezarse. O los jefes son muy torpes, o Lord se engaña con el deseo. Los primeros quizás temen demasiado, por que muchas cosas les falto en Badajoz. Ortega regresó con todo el trabajo hecho.
Día 3
Los generales españoles e ingleses tuvieron junta y se decidió que pasado mañana principiasen las tropas a cercar a Ciudad Rodrigo. La Junta de Ávila avisó que 1000 cabezas de ganado vacuno y 6000 carneros con 15000 hombres, suficiente caballería y artillería pasaban a Valencia y las tropas de Plasencia, Vejar y Ávila se concentraban en Toledo.
Día 4
Nieve
De Salamanca se asegura va Marmont a Valencia, de donde nada se hablaba.
Día 5
Temporal
Noticias por papeles ingleses de la toma de Batavia.
Día 6
La junta de Ávila avisó de una acción de Saornil en que tomó 30 dragones y persiguió más de 300 infantes.
Otro García tuvo dos acciones muy ventajosas.
Noticias de Madrid del 31 en que parece que el rey Pepe salió a buscar a Marmont camino de Toledo.
Día 7
Lord Wellington está ya con su cuartel general en Gallegos, donde se acopiaban cuanto es necesario para el sitio.
Del 30 dicen de Salamanca que parece que efectivamente Dorsenne se va a Francia.
Día 8
Se oyeron cañonazos de Ciudad Rodrigo.
Las noticias del 21 de Madrid aseguran que Marmont va a sostener a Souchet pero que dice no puede abandonar la Castilla. Que Dorsenne siguió a Francia con las tropas de la Guardia a pesar de que el rey Pepe quería que se detuviese.
Las cartas de Valencia de Alcántara dicen estuvieran sin comunicación los días 3 y 4 por los arroyos crecidos.
Murillo iba a salir el 1º y parece atacaba a Belalcázar.
SITIO DE CIUDAD RODRIGO
Día 9
Habiéndose de empezar la trinchera contra Ciudad Rodrigo ayer, y hallándose Lord Wellington delante de la plaza, se determinó tomar el fuerte colocado en el Teso de San Francisco. No había escalas, se hicieron 12 con las varas largas de las carretas, a las 8 y ½ de la noche marcharon 500 valientes de la vanguardia y amagando el ataque por la puerta, escalaron por el lado opuesto. 41 soldados, 4 oficiales y 4 cañones se cogieron, con la perdida de 21 hombres heridos. Mi Lord dirigió en persona. Los enemigos no creían se les iba a sitiar, y si que se trataba de impedir entrase un convoy en Ciudad Rodrigo y por lo mismo el gobernador puso la guarnición sobre el glacis. Todo el día y noche se ha oído el fuego de la plaza.
Día 10
Con el fogonazo se marcó Ciudad Rodrigo desde un árbol inmediato pero más alto que la iglesia al de la aguja.
Las cartas de Salamanca del 7 dicen que habían pedido los franceses 200 vacas para el 15 en que deben meter un socorro en Ciudad Rodrigo con 12000 hombres.
El emperador ha dado a Marmont el mando del 6º y 7º gobierno para buscar recursos a sus tropas.
El ejército de Dorsenne está hasta Navarra, y él en Burgos, sin duda para Francia, aunque otros dicen que para dejar lugar a las tropas de Marmont.
Un solo regimiento había el 2 en Almaraz, pero siguen fortificando a Miravete y llenándolo de artillería.
Las nieves interceptan los puertos como jamás se ha visto.
El general Hill debió estar el 7 en ------- habiendo antes estado en Zafra.
Morillo pasó por la Serena y se dirigía a Belalcázar.
Día 11
Parece que la plaza no hace tanto fuego.
Las noticias son de Extremadura del 9 que los franceses se retiraron a Monasterio, y avanzaban a Belalcázar. Morillo había aumentado su regimiento de 200 dispersos.
De Toledo, que marchaban el 3 tropas a la Mancha y Castilla pues el ejército de Marmont se había dividido entre los del centro, mediodía y el que marchaban algunas fuerza a Talavera. Que en Valladolid esperaban a Dorsenne, quien estando ya en Vitoria con 2000 hombres, recibió orden de retroceder y estaba en Burgos.
Que de Valencia sabían no había novedad hasta el 28.
Lord Wellington ha sabido que el 4 habían los franceses atacado a Tarifa con artillería de campaña. De Cataluña que aquel ejército se había fomentado de un modo portentoso.
Escribió al general sobre aprobaciones ulteriores.
Día 12
Las noticias de Valencia de Alcantara son del 9 dicen que Hill estaba en Mérida de regreso y en Villafranca batió un escuadrón francés que perdió 30 hombres.
Las de Toledo avisan que desde el 6 estaba en marcha para Valladolid parte de las tropas de Marmont, de las que 2000 hombres, estaban en Cadalso, y otras por Almaraz a Ávila. El mariscal durmió el 4 en Almendra para Ávila y Valladolid dejando la 6ª división desde Talavera a Toledo.
Por la declaración de un capitán que es de Ciudad Rodrigo, Molina, se supo había una ventana a la parte opuesta del punto atacado y a la altura de dos varas y media del suelo, que pertenece al hospital y puede forzarse. Lord Wellington tomó conocimiento de ello, más reconocido no juzgó oportuno hacer uso pues tenía doble reja.
Día 13
Se siguen los trabajos contra la plaza.
Lord Wellington fue a buscar una posición donde esperar a los franceses, y ha adelantado a 6 leguas 12 escuadrones.
Las cartas del 5 de Trujillo dicen que había llegado Marmont a Talavera con tropas, más que la artillería tendría que ir por Guadarrama.
Las noticias de Madrid del 31 de diciembre dicen que Valencia se resiste y que Marmont ya no irá allí, pues había pensado hacerlo con una marcha rápida y socorrer a Soult, más por orden del Emperador se forzaba la línea del Esla, aunque es de creer que esto se aya dicho para alucinar, y lo verdadero socorrer a Ciudad Rodrigo.
Morillo ya estará en la Mancha y Hill en Mérida.
Día 14
Las guarniciones de la Mancha que no está sobre el camino real las retiraron los franceses.
Las Noticias de Salamanca son de que se hacen preparativos para recibir tropas.
La caballería de Marmont retrocedió desde Ocaña, y aseguran que la artillería no puede pasar el puerto de Tornavacas y vendrá por Guadarrama.
Thiebault ha declarado rebeldes los Alcaldes que vengan a prestar juramento, y los que enviaran carretas como no sea a la fuerza.
Las tropas inglesas avanzadas están sobre el Yeltes, y las nuestras cuidan de dos puentes. Mil hombres están prontos, situados en Valdecarros.
El sitio sigue, las 36 piezas en batería no principiarán a jugar contra la plaza sino a las 4 de la tarde, y ha habido perdida en la trinchera.
El convento de Santa Cruz que incomodaba la derecha de los sitiadores, fue atacado, asaltado y tomado al amanecer. A las 11 hicieron una salida de la Plaza para destruir la segunda paralela, lo que hubieran conseguido por no haber nadie en ella, más acudieron dos regimientos ingleses y los arrojaron a bayonetazos.
Cuando se rompió el fuego se dirigió contra el convento de San Francisco, pues sobre su bóveda había una pieza que enfilaba la segunda paralela y la había desalojado al primer cañonazo huyeron y se alojaron los ingleses.
Día 15
Empezó el fuego con el día y a la hora disminuyó mucho el de la plaza, tirando solo algunas granadas, se logró cayese la mayor parte del revestimiento antes de anochecer.
N obstante se trata de hacer otra batería por la puerta del Conde.
En Salamanca acopiaban para el 16 víveres para 15000 hombres.
Hill en Mérida.
Correo de Cádiz con cartas del 27.
Enero de 1812, Día 1º
Se recibió correo de Valencia de Alcántara y el 29 estaba el general Hill en la Roca, haciendo el depósito de víveres en Alburquerque. Quedan arreglados los correos españoles.
Se empezaron a llevar efectos para el sitio de Ciudad Rodrigo.
Día 2
Se han recibido noticias de Madrid y el 12 de diciembre no había novedad en Valencia, solo Suchet estaba falto de víveres, y en consecuencia se le desertaban muchos, lo cual le obligó a extender una proclama exhortando a la constancia.
Marmont va a Valencia con 15000 hombres y mucha caballería.
Thiebault avisó a Marmont y a Dorsenne del movimiento de los ingleses.
El general Hill esta a el 30 en Mérida y no sorprendió a Dembowski por que este recibió aviso de alguna tropa que envió a sacar contribuciones, no obstante mataron 30 hombres y cogieron algunos prisioneros en el camino de Almendralejo. Cogió unas 100 fanegas de trigo y estaba muy contento con la conducta de los extremeños que nada avisaron.
Lord Wellington tuvo ayer consejo de jefes para principiar el sitio de Ciudad Rodrigo y según estos no podía empezarse hasta el 31, más Lord después de oírles parece les convenció de que el 7 podía empezarse. O los jefes son muy torpes, o Lord se engaña con el deseo. Los primeros quizás temen demasiado, por que muchas cosas les falto en Badajoz. Ortega regresó con todo el trabajo hecho.
Día 3
Los generales españoles e ingleses tuvieron junta y se decidió que pasado mañana principiasen las tropas a cercar a Ciudad Rodrigo. La Junta de Ávila avisó que 1000 cabezas de ganado vacuno y 6000 carneros con 15000 hombres, suficiente caballería y artillería pasaban a Valencia y las tropas de Plasencia, Vejar y Ávila se concentraban en Toledo.
Día 4
Nieve
De Salamanca se asegura va Marmont a Valencia, de donde nada se hablaba.
Día 5
Temporal
Noticias por papeles ingleses de la toma de Batavia.
Día 6
La junta de Ávila avisó de una acción de Saornil en que tomó 30 dragones y persiguió más de 300 infantes.
Otro García tuvo dos acciones muy ventajosas.
Noticias de Madrid del 31 en que parece que el rey Pepe salió a buscar a Marmont camino de Toledo.
Día 7
Lord Wellington está ya con su cuartel general en Gallegos, donde se acopiaban cuanto es necesario para el sitio.
Del 30 dicen de Salamanca que parece que efectivamente Dorsenne se va a Francia.
Día 8
Se oyeron cañonazos de Ciudad Rodrigo.
Las noticias del 21 de Madrid aseguran que Marmont va a sostener a Souchet pero que dice no puede abandonar la Castilla. Que Dorsenne siguió a Francia con las tropas de la Guardia a pesar de que el rey Pepe quería que se detuviese.
Las cartas de Valencia de Alcántara dicen estuvieran sin comunicación los días 3 y 4 por los arroyos crecidos.
Murillo iba a salir el 1º y parece atacaba a Belalcázar.
SITIO DE CIUDAD RODRIGO
Día 9
Habiéndose de empezar la trinchera contra Ciudad Rodrigo ayer, y hallándose Lord Wellington delante de la plaza, se determinó tomar el fuerte colocado en el Teso de San Francisco. No había escalas, se hicieron 12 con las varas largas de las carretas, a las 8 y ½ de la noche marcharon 500 valientes de la vanguardia y amagando el ataque por la puerta, escalaron por el lado opuesto. 41 soldados, 4 oficiales y 4 cañones se cogieron, con la perdida de 21 hombres heridos. Mi Lord dirigió en persona. Los enemigos no creían se les iba a sitiar, y si que se trataba de impedir entrase un convoy en Ciudad Rodrigo y por lo mismo el gobernador puso la guarnición sobre el glacis. Todo el día y noche se ha oído el fuego de la plaza.
Día 10
Con el fogonazo se marcó Ciudad Rodrigo desde un árbol inmediato pero más alto que la iglesia al de la aguja.
Las cartas de Salamanca del 7 dicen que habían pedido los franceses 200 vacas para el 15 en que deben meter un socorro en Ciudad Rodrigo con 12000 hombres.
El emperador ha dado a Marmont el mando del 6º y 7º gobierno para buscar recursos a sus tropas.
El ejército de Dorsenne está hasta Navarra, y él en Burgos, sin duda para Francia, aunque otros dicen que para dejar lugar a las tropas de Marmont.
Un solo regimiento había el 2 en Almaraz, pero siguen fortificando a Miravete y llenándolo de artillería.
Las nieves interceptan los puertos como jamás se ha visto.
El general Hill debió estar el 7 en ------- habiendo antes estado en Zafra.
Morillo pasó por la Serena y se dirigía a Belalcázar.
Día 11
Parece que la plaza no hace tanto fuego.
Las noticias son de Extremadura del 9 que los franceses se retiraron a Monasterio, y avanzaban a Belalcázar. Morillo había aumentado su regimiento de 200 dispersos.
De Toledo, que marchaban el 3 tropas a la Mancha y Castilla pues el ejército de Marmont se había dividido entre los del centro, mediodía y el que marchaban algunas fuerza a Talavera. Que en Valladolid esperaban a Dorsenne, quien estando ya en Vitoria con 2000 hombres, recibió orden de retroceder y estaba en Burgos.
Que de Valencia sabían no había novedad hasta el 28.
Lord Wellington ha sabido que el 4 habían los franceses atacado a Tarifa con artillería de campaña. De Cataluña que aquel ejército se había fomentado de un modo portentoso.
Escribió al general sobre aprobaciones ulteriores.
Día 12
Las noticias de Valencia de Alcantara son del 9 dicen que Hill estaba en Mérida de regreso y en Villafranca batió un escuadrón francés que perdió 30 hombres.
Las de Toledo avisan que desde el 6 estaba en marcha para Valladolid parte de las tropas de Marmont, de las que 2000 hombres, estaban en Cadalso, y otras por Almaraz a Ávila. El mariscal durmió el 4 en Almendra para Ávila y Valladolid dejando la 6ª división desde Talavera a Toledo.
Por la declaración de un capitán que es de Ciudad Rodrigo, Molina, se supo había una ventana a la parte opuesta del punto atacado y a la altura de dos varas y media del suelo, que pertenece al hospital y puede forzarse. Lord Wellington tomó conocimiento de ello, más reconocido no juzgó oportuno hacer uso pues tenía doble reja.
Día 13
Se siguen los trabajos contra la plaza.
Lord Wellington fue a buscar una posición donde esperar a los franceses, y ha adelantado a 6 leguas 12 escuadrones.
Las cartas del 5 de Trujillo dicen que había llegado Marmont a Talavera con tropas, más que la artillería tendría que ir por Guadarrama.
Las noticias de Madrid del 31 de diciembre dicen que Valencia se resiste y que Marmont ya no irá allí, pues había pensado hacerlo con una marcha rápida y socorrer a Soult, más por orden del Emperador se forzaba la línea del Esla, aunque es de creer que esto se aya dicho para alucinar, y lo verdadero socorrer a Ciudad Rodrigo.
Morillo ya estará en la Mancha y Hill en Mérida.
Día 14
Las guarniciones de la Mancha que no está sobre el camino real las retiraron los franceses.
Las Noticias de Salamanca son de que se hacen preparativos para recibir tropas.
La caballería de Marmont retrocedió desde Ocaña, y aseguran que la artillería no puede pasar el puerto de Tornavacas y vendrá por Guadarrama.
Thiebault ha declarado rebeldes los Alcaldes que vengan a prestar juramento, y los que enviaran carretas como no sea a la fuerza.
Las tropas inglesas avanzadas están sobre el Yeltes, y las nuestras cuidan de dos puentes. Mil hombres están prontos, situados en Valdecarros.
El sitio sigue, las 36 piezas en batería no principiarán a jugar contra la plaza sino a las 4 de la tarde, y ha habido perdida en la trinchera.
El convento de Santa Cruz que incomodaba la derecha de los sitiadores, fue atacado, asaltado y tomado al amanecer. A las 11 hicieron una salida de la Plaza para destruir la segunda paralela, lo que hubieran conseguido por no haber nadie en ella, más acudieron dos regimientos ingleses y los arrojaron a bayonetazos.
Cuando se rompió el fuego se dirigió contra el convento de San Francisco, pues sobre su bóveda había una pieza que enfilaba la segunda paralela y la había desalojado al primer cañonazo huyeron y se alojaron los ingleses.
Día 15
Empezó el fuego con el día y a la hora disminuyó mucho el de la plaza, tirando solo algunas granadas, se logró cayese la mayor parte del revestimiento antes de anochecer.
N obstante se trata de hacer otra batería por la puerta del Conde.
En Salamanca acopiaban para el 16 víveres para 15000 hombres.
Hill en Mérida.
Correo de Cádiz con cartas del 27.
Día 16
La niebla y los fríos eran muy incómodos para asestar bien los tiros contra la plaza, no obstante se abrió brecha bien grande en la muralla y falsa braga. Algo de la cuesta del glacis está destruida. Las noticias del 15 de Salamanca nada dicen de enemigos.
Día 17
Se intimó la Plaza y el gobernador no accedió. Siguió el fuego y la falsa braga está ya practicable, más no así el pie de la muralla y los enemigos tienen minado el glacis frente de la brecha, y hechas estacadas para dirigir las columnas sobre ellos. Los trabajos a la zapa volante progresan y la batería contra la puerta del Conde puede que mañana haga fuego.
Llegó un oficial del estado mayor de Galicia que salió de Villafranca el 11 con pliegos del general, avisando del estado miserable en que aquel ejército iba a caer pues la guerra de las tres juntas los dejaba sin comer.
Día 18
Sigue el sitio y en la tarde casi quedó practicable la brecha, habiendo hecho previsión la nueva batería.
Mañana en la noche se intenta el asalto. El gobernador contestó a la intimación de ayer que el Emperador le había confiado el mando de la plaza para defenderla y que se sepultaría en sus ruinas.
El 16 no había novedad en Salamanca, por aquella noche se esperaban tropas de todas armas sin saber el número, las que iban a Valladolid y retrocedieron desde Arévalo.
Todas las piezas útiles, tacos, menos las cureñas, son de a bordo de los navíos y los cañones de hierro con el asa para el braguero y resalto por la llave.
Día 19
Sigue el fuego contra la plaza. A las 7 ½ de la tarde marchó contra la brecha principal un cuerpo fuerte de ingleses, otro con escalar por la puerta de Santiago y el tercero compuesto de la tropa ligera por la brecha de la puerta del Conde que se asalto cuando se oyeron los primeros fusilazos. Se penetró por todas partes se defendió el enemigo en grupos y se tomó la Plaza.
La brecha principal se vio después que no era tan practicable como se creía, y que para bajar al foso fue preciso tirarse de más de 10 pies de alto.
ES.28079.AHN/5.1.145.4.1.1.48//DIVERSOS-COLECCIONES,127,N.74
Informe de Lord Wellington comunicando la toma de Ciudad Rodrigo:
Gallegos 20 de enero de 1812
Mi Lord: En mi despacho del 9 informé a V.E. que había atacado a Ciudad Rodrigo, y en el del 15 le di cuenta del progreso de las operaciones hasta aquella época. Ahora tengo el gusto de participar a V.e. que tomamos la plaza por asalto ayer después de anochecido.
Desde el 15 al 19 continuamos completando la segunda paralela, y las comunicaciones con ella, e hicimos algunos progresos zapando hacia la cresta del glacis. En la noche del 15 avanzamos igualmente de la izquierda de la primera paralela, por el declive de la altura, hacia el convento de S. Francisco hasta un punto, desde el cual se veían los muros de la falsabraga y de la ciudad, y sobre el que se construyó una batería de 7 cañones, que principió su fuego la mañana del 18. Entre tanto las baterías de la primera paralela continuaban su fuego, y ayer por la tarde no solo habían maltratado considerablemente las defensas de la plaza, sino que habían hecho brechas en el muro de la falsabraga y en el cuerpo de la plaza, que se juzgaron practicables, mientras que la batería colocada sobre el declive de la altura, que había sido principiada la noche del 15, y había abierto su fuego el 18, había producido igual efecto aun más adelante a la izquierda y en frente del arrabal de S. Francisco. Por lo tanto determiné asaltar la plaza, sin embargo de que los aproches no habían llegado a la creta del glacis, y que la contraescarpa del foso estaba aun entera. En consecuencia se dio el ataque ayer a primera hora de la noche en 5 columnas separadas, compuestas de las tropas de las divisiones tercera y ligera, y de la brigada del brigadier general Pack. Las dos columnas de la derecha, conducidas por el teniente coronel O’Coole, del segundo de cazadores, y del mayor Ridge, del regimiento quinto, fueron destinados a proteger el avance de la brigada del general mayor Teniente General Colborne, que formaba la tercera, a lo alto de la brecha en el muro de la falsabraga; y componiéndose todas estas columnas de las tropas de la tercera división, estuvieron bajo el mando del teniente general Picton. La cuarta columna consistía en los regimientos 49 y 52, y parte del 35, que siendo de la división ligera a las ordenes del mayor general Crawford, atacado las brechas sobre la izquierda enfrente del arrabal de S. Francisco, y cubrían la izquierda del ataque de la brecha principal por las tropas de la tercera división; y el brigadier general Pack fue destinado, con su brigada, que formaba la quinta columna, a hacer un falso ataque sobre el frente meridional del castillo. Además de estas cinco columnas, el regimiento 94, perteneciente a la tercera división, descendió al foso en 2 columnas por la derecha de la brigada del mayor general Mackinson para proteger el descenso de aquel cuerpo al foso y su ataque por la derecha en la falsabraga, contra todos los obstáculos que se suponía habrían opuesto los enemigos.
Todos estos ataques fueron felices, y aun el brigadier general Pack excedió a mis esperanzas, convirtiendo el falso que se le previno en uno real y efectivo, y habiendo su vanguardia, al mando del mayor Linch, seguido a las tropas enemigas desde las obras avanzadas de la falsabraga, donde hizo prisioneros a cuantos se le opusieron.
El mayor Ridge, del segundo batallón del quinto regimiento, habiendo escalado el muro de la falsabraga, tomó por asalto la brecha principal en el cuerpo de la plaza, en unión con el regimiento 94 del mando del teniente coronel Campbelle, que se dirigió por el foso al mismo tiempo, asaltando la brecha de la falsabraga los dos al frente de la brigada del mayor general Mackinson. Así estos regimientos, no solo cubrieron desde las trincheras el avance de la brigada del mayor general Mackinson con sus primeros movimientos y operaciones, sino que la precedieron en el ataque.
Los mayores general Crawford y Bandeleur, y las tropas de la división ligera se adelantaron tanto por la izquierda, que a menos de media hora de haber comenzado el ataque, se vieron en posesión de las murallas de la plaza, todas unidas y en formación, rindiéndose entonces el enemigo, que había sufrido considerable pérdida en la contienda.
No puedo menos de decir, aunque con grave sentimiento, que la nuestra ha sido grande, especialmente en oficiales superiores, y muy apreciables en el ejército. El mayor general Mackinson perdió desgraciadamente la vida en la casual explosión de uno de los almacenes cerca de la brecha, después de haber conducido valerosa y felizmente al ataque las tropas de su mando. También el mayor general Crawford fue gravemente herido, mandando la división ligera en el asalto, por lo que recelo me veré privado de su auxilio por algún tiempo.
Tengo gran satisfacción en manifestar a V.E. la uniforme y valerosa conducta, ye l espíritu general en la empresa y el sufrimiento y constancia en el trabajo, conque los generales, oficiales y tropa de las divisiones primera, tercera, cuarta y ligera, y la brigada del brigadier general Pack, que ha mandado el sitio, se distinguieron durante las últimas operaciones.
Tras la toma de Ciudad Rodrigo Wellington ordena arreglar las brechas y aumentar las defensas de la plaza:
Comunicación de Lord Wellington a su hermano Richard Wellesley, embajador de Inglaterra en España:
Fresneda 29 de febrero de 1812
Fresneda 29 de febrero de 1812
Señor:
He tenido el honor de recibir la carta de usted del 20 del corriente, incluyendo una de don José Pizarro relativa a las necesidades de la plaza de Ciudad Rodrigo; le suplico a usted informe al Gobierno Español que ya he adoptado las siguientes medidas para la seguridad de aquella importante plaza.Las brechas del muro de la falsabraga han sido reparadas, las de la muralla principal se están reconstruyendo, y entre tanto se han reparado estas brechas de manera que están al abrigo de un golpe de mano.
Se han hecho varias mejoras en las obras de la plaza, y de acuerdo con la opinión de S.E. el general Castaños, y de los ingenieros españoles, se han construido buenas obras en el teso de San Francisco, desde donde puede ser atacada la plaza con la mayor ventaja. Mediante dichas obras se ha asegurado el teso a lo menos hasta que aquellas sean tomadas. Son tan respetables que no pueden ser tomadas sino por un ataque regular.
Se están haciendo obras para la mejoría de los conventos en los arrabales de San Francisco, y al sur de ellos se está construyendo un reducto que aumentará la seguridad de la plaza por aquel lado.
Estas obras han sido ejecutadas por las tropas aliadas británicas y portuguesas, con la asistencia de algunas tropas españolas en la última semana. Yo he pagado todos los gastos, y hoy he puesto en manos del gobernador brigadier general Vives la suma de doce mil duros para costear el complemento, según el plan convenido de las obras principiadas, algunas de las cuales están en estado de defensa y todas muy adelantadas. El gasto total que se ha hecho inclusos los doce mil duros mencionados, ascenderá a unas cuatro mil y quinientas libras esterlinas.
Vista aérea de las zonas de las brechas
El muro principal de la muralla en la gran brecha desde el foso
Misma vista desde la falsabraga
Vista de la falsabraga desde el foso
Panorámica desde la gran brecha
El teso y arrabal de San Francisco desde la izquierda de la pequeña brecha
El teso de San Francisco
Vista de Ciudad Rodrigo desde el teso
Vista de la falsabraga y el teso desde la gran brecha. Se puede observar el relieve, en el teso, de las zonas de las trincheras
Al fondo, donde está situada la puerta, se encontraba la pequeña brecha
Daños causados por la artillería en el muro principal
La gran brecha
Vista desde la falsabraga del glacis y foso inicial en la parte de la gran brecha
Otra vista de la gran brecha
Puente sobre el Águeda, por donde cruzan las tropas que se apoderan de la batería del castillo
Tras estos muros se encontraba la batería francesa que protegía el puente
Lugar por donde penetran el 5º y 77º regimiento al foso y se dirigen por la derecha del ataque inglés hacia la gran brecha
La catedral, al estar frente a la gran brecha, sufrió graves daños en la fachada. Ya en el asedio de los franceses en 1810 el ataque se produjo por el mismo lugar
Los primeros soldados que consiguieron entrar en la ciudad se encontraron con esta vista, por supuesto sin tanta iluminación
Lugar donde estuvo la pequeña brecha
Vista del glacis
Ruinas del convento de San Francisco
Desde la gran brecha
Placas conmemorativas
Placa en honor al general Crawford, está enterrado en esta zona
PICO DE ZAPA BRITÁNICO, UTILIZADO POR LAS TROPAS DE WELLINGTON A PRINCIPIOS DE 1812 PARA CAVAR TRINCHERAS
Subida a la gran brecha
ALUCINANTE!!!
ResponderEliminarMenudo regalo a primera hora de la mañana, muchas gracias.
Interesantisimo articulo y muy bien documentado.
ResponderEliminarUn saludo
http://espinosamontanasdeburgos.blogspot.com/
Espero con impaciencia la parte francesa y sus documentos inéditos
ResponderEliminarUn abrazo
Rafa
En diciembre del año 2000, a raíz de los trabajos de urbanización de la antigua travesía de la carretera N-620, se descubrió un pequeño tramo de la trinchera utilizada para el despliegue de aproches y paralelas sobre el glacis de la muralla durante los asedios de Ciudad Rodrigo.
ResponderEliminarEste tramo estaba situado en la perpendicular a la desaparecida Puerta del Rey. Se distinguía perfectamente el corte ejecutado por los zapadores en la roca, de más de un metro de ancho, y me impresónó mucho el durísimo trabajo que debieron de realizar, a pico y pala, con el objetivo de alcanzar el glacis de la muralla.
A la vista de la oportuna fotografía aérea que se publica en esta entrada con la marcación de los esquemas de las trincheras de aproximación, de cientos y cientos de metros de longitud, es inevitable hacernos una idea de la magnitud de aquellos faraónicos trabajos y de las muchas toneladas de piedra y tierra que tuvieron que mover en unas semanas aquellos zapadores bajo el constante fuego enemigo.
Impresionante.
Gracias por este otro fenomenal reportaje.
José Marcos.
Muy interesante. Las fotografías son muy buenas, sobre todo las que están realizadas con gran angular. Me he animado tanto leyendo tu artículo que acabo de reservar habitación para este fin de semana y poder ver, además, la exposición que tanto recomiendas.
ResponderEliminarYa te contaré.
Rafael Enrique
Un documento precioso y muy bien realizado.Enhorabuena.
ResponderEliminar