Relación de méritos de Antonio García, alcalde
de Villaverde de Iscar
En 1808, pasando los franceses hacia Madrid por
Olmedo, pedían carros, caballerías, comestibles y contribuciones. El corregidor
de Olmedo le pidió todos los carros y caballerías del pueblo sin dejar ninguno.
Como incumplió, le quisieron prender y tuvo que buscar protección, a primeros
de junio, del Excmo. Don Gregorio de la
Cuesta, Capitán General que era de Valladolid, que le favoreció decretando que
el corregidor de Olmedo no le molestase con dichas cosas.
En la retirada de los señores Castaños y Blake
favoreció a los dispersos con cuando pudo y necesitaban, y les dirigía y aún
acompañaba parte del camino públicamente. De forma que de muy lejos llegaban
preguntando por el alcalde de Villaverde, y todo el gasto que hizo con ellos
fue sin echar contribución a sus convecinos.
Que por el desempeño de sus deberes de alcalde
y buen patricio fue reelegido para alcalde para el año próximo de nueve por todos
sus convecinos agradecidos, y le ayudaron a cultivar su labranza.
En el mes de marzo creó la partida de
guerrilla con soldados dispersos y algunos de éste pueblo, y puso por
comandante a Segundo Berdugo, de ésta vecindad. Les proveyó de armas y munición,
hasta que se reunió con don Juan Martín el Empecinado.
De allí a poco tiempo, el alcalde, creó la
partida de Pericote y le proporcionó armas, municiones y algunos soldados hasta
que se reunió con Rosiñas.
En el mes de abril se presentó en tierra de
Cuellar un don José María Cuesta que se denominaba sobrino del general, y
aparentaba y enseñaba papeles de Comisionado del Excmo. Señor Marqués de la
Romana. Que se presentó el alcalde y entregó un correo que habían quitado a los
franceses y le ofreció trescientos fusiles que había ocultos en las
inmediaciones de Valladolid con doce arrobas de pólvora, y también le envió
veinte soldados armados.
Que todas las partidas que andaban por esta tierra, como los soldados dispersos
de los ejércitos, hallaban en la casa de éste alcalde el auxilio que
necesitaban, unos para su dirección, otros para descansar, comer y proveerse de
lo que necesitaban de forma que era la casa el amparo de los españoles y por
consiguiente el horror de los franceses.
Que puso un cañón en cureña y se lo dio a
Saornil, y esto lo hizo en su propia casa.
Fue comisionado por el Duque del Parque en
noviembre para llevar granos al ejército.
Que el 14 de noviembre vinieron cinco
gendarmes desde Mojados contra el alcalde y con buenas palabras les engañó de
forma que con lo menos que se pudo contribuir se marcharon sin hacer daño en el
pueblo. Hasta que formó las partidas que luego le perseguían de muerte.
En 14de mayo vino a buscarle el comandante de
Olmedo llamado Muston con ciento treinta hombres de caballería e infantería, le corrieron dos dragones hasta
el pinar y no le alcanzaron pero le saquearon la casa y le robaron.
En 13 de junio vinieron a buscarle un capitán, un teniente y ochenta
soldados y aunque hallaron una carta del Empecinado, y a costa de dinero les
hizo amigos y no hicieron un daño al pueblo.
El dos de julio le vino a buscar el comandante
de Cazadores de Segovia y le puso preso tratando de llevárselo, que para ser
liberado tuvo que entregarle un caballo. Intentó que se pasara al partido
francés, pero nunca lo consiguió pese a que cada 15 días aparecía por el
pueblo.
El 5 de septiembre le cogió un dragón del moño
y lo golpeó. No llegó a reconocerle y le soltó.
VILLAVERDE DE ISCAR |
Supo que en la tesorería de la ciudad de Toro
había cantidad de dineros y auxiliado de aquel tesorero se informó y vio por
donde se podía sacar no obstante la grande guarnición, pero no tuvo soldados
que le acompañasen a ejecutarlo, a no ser que fuera todo para ellos, y así no
acomodó al alcalde.
Que al regreso de llevar inteligencias al
ejército, en cumplimiento de sus comisiones, traía proclamas para animar a los
españoles y atraer a los franceses. Estas se han fijado en la Granja por el
señor Juan Antonio Casanova, en Olmedo por el presbítero, en Valladolid por uno
de la Nava y por el mismo alcalde, y en Salamanca por un cura de un lugar de
aquella región que se ignora el nombre del clérigo y del lugar.
Que le avisaron de Valladolid para que se
retirara de su casa porque sabían los franceses, por un secretario de Iscar, lo
que hacía el alcalde en defensa de la Nación, y aun les había ofrecido
entregarle preso con treinta hombres que tenía la partida de Segundo Berdugo,
cuyo aviso le vino por una carta que por equivoco fue al alcalde de Villaverde,
partido de Medina, que le avisó para que no durmiese por la grande exposición
que tenía de ser cogido, cuya carta fue puesta en Ciudad Rodrigo por el
Capuchino. Esta carta aunque desatinó en su carrera, acertó, pues si hubiera
venido por el recto camino la hubiera sacado del correo el secretario, como la
había ejecutado con otras dos que antes había sacado del mismo contenido y
dirigidas también al efecto de salvar al alcalde de Villaverde de las garras de
los franceses.
Que desde entonces ha sido terrible y continua
su persecución y saqueos. Que parece imposible en lo natural haber escapado de
entre los enemigos. Que por más que diez veces le han cercado la casa para
cogerle y se ha podido libertar. Que le han tenido preso tres veces pero con el
auxilio de los convecinos se ha visto libre. Le han venido a buscar más de
cincuenta veces de Segovia, Valladolid, Olmedo y Belliguillo. Que tuvo un
criado que se entregó al general Kellerman y descubrió cuanto hacía su amo, y
el general dio providencia y comisionó al Comandante de Olmedo para que
entregase al alcalde vivo o muerto. Hizo con sagacidad y vigilancia la
diligencia de buscarle y aunque ignorante el alcalde de la delación del infame
Jurado, que estaba en su casa, fue en vano el ardid del comandante porque en
medio del día y por en medio de todos los soldados salió el alcalde a la calle
y del lugar, sin preguntarle a donde iba, cosa que admiró a cuantos lo vieron.
Que ha huido el y toda su familia muchas veces
por montes y pinares, que ni aun en los pueblos podían estar por la
desconfianza de algunos vecinos por las amenazas que su descontento y
collonería manifestaban.
Que no ha sacado una ración ni ha molestado a
un alcalde con alojamiento en el medio de tantos naufragios pues solo de su
patrimonio ha suplido los gastos, vendiendo sus heredades.
Que cogió unos franceses presos en los pinares
de su pueblo, con el auxilio de sus vecinos y que conduciéndoles presos a
Segovia, entre Navas de Oro y Bernardos pareciendo a los franceses que llevaban
poca escolta, trataron de marcharse tirándose aun mozo de los que les
conducían, y consiguieron morir todos en los pinares de la Nava y Navas de Oro.
Carretera que une Navas de Oro y Bernardos |
Pinares entre Nava de la Asunción y Navas de Oro. A la izquierda se puede ver el puente sobre el Eresma |
Que habiendo puesto guarnición francesa en
Iscar, en Pedrajas y en Villaverde y en tierra de Cuellar, tuvo que huir
precipitadamente y dispersaron la partida que acompañaba a esta noble dirección
y por desgracia hallaron los franceses la cartera en donde custodiaba recibos
de entregas de correos, de soldados prisioneros y dispersos, y otros muchos muy
interesantes en desempeño de sus comisiones y aun algunas de estas, que
entonces fue tan grande el destrozo sobre muchos que la llevaba su casa que no
dejaron un clavo en ella de forma que siendo de los mayores y más arraigados de
su pueblo está hoy en el estado más deplorable. Que solo le ha quedado alguna raíz
de más de ciento y cuarenta mil reales que valía su caudal. Que su conducta no
se puede mejorar como es público y notorio. Que sus convecinos han tratado de
ponerle en tono su labranza, pero viendo que los saqueos no cesaban desistieron
de su empresa.
Que en Sobradillo de la Rivera que estuvo en
la Junta de don Carlos y presidente don Juan López de Fraga, dejó en casa de don
Fernando Concha, beneficiado de aquel pueblo, una porción de papeles de
bastante interés y viéndose apurado con los enemigos les quemó el beneficiado.
Que en virtud de sus servicios han mandado por
tres veces los señores Castaños y España que los administradores y intendentes
de Castilla le coloquen según sus méritos y circunstancias, pero no ha
conseguido más que perder ciertas justificaciones.
Que teniendo los franceses un hospital en la
Merced Calzada de Valladolid, entró el alcalde, y con el auxilio de un fray
Juan de aquella religión, sacó varias
veces balas y cartuchos para las partidas de guerrilla.
Que aun que ha tratado de vender sus
propiedades para subvenir a las necesidades de su casa y recurrir a el gobierno
sobre ser recompensado de sus pérdidas, no le ha conseguido no obstante que
ofrecía perder mas de la mitad de su valor.
Que en Olmedo tenía su mujer y hermanos tres
casas y más de veinte obrada de viñas y tierras, y por estar el cuidado del alcalde,
quemaron los franceses las casas como que hoy son solares y las heredades están
perdidas todas por no haber habido colonos, ni tener facultades su dueño para
labrarlas, de forma que se puede regular la pérdida de sus bienes en más de
ciento cincuenta mil reales.
Que se presentó a nuestro monarca el treinta
de mayo del presente año (1814) por medio de un memorial, el cual tiene el
intendente de Segovia, para que después de dar un informe que el rey le pidió,
y en su visita mando SRM que se le colocase en Segovia o se le ayudase a poner
su labranza en tono. A ésta hora se halla desconsolado y con pocas esperanzas
al no recibir todavía auxilio alguno.
VILLAVERDE DE ISCAR |
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