Una de las víctimas más conocida de los sucesos del 2 de mayo en Madrid es Manuela Malasaña, actualmente una calle y barrio llevan su nombre. Manuela tenía 15 años y era hija de Juan y María Oñoro, vivían en la calle de San Andrés Nº18. El 2 de mayo volvía a su casa de bordar cuando fue registrada y la encontraron unas tijeras por lo que la condenaron por ir absurdamente armada, siendo fusilada junto al cuartel de Monteleón. Una cruz puesta posteriormente señalaba el sitio de los fusilamientos llevados a cabo en ese lugar. Años más tarde Marcela Oñoro, tía de Manuela, pide la ayuda que se concedía tras la guerra a los parientes más cercanos de las víctimas del día 2 de mayo. Sus padres ya habían fallecido.
El expediente donde Marcela Oñoro solicita la ayuda y se certifica el fallecimiento de Manuela se encuentra en el archivo de Villa:
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