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sábado, 17 de julio de 2010

CASTRO URDIALES 11 DE MAYO DE 1813

El 11 de mayo de 1813 los franceses consiguen tomar por asalto Castro Urdiales (Cantabria) para, a continuación, arrasar la villa. Áun hoy es posible ver los efectos de aquel saqueo.

Al principiar mayo (de 1813) emprendieron de nuevo los franceses el cerco de Castro-Urdiales, sirviéndose para ello de la división de Palombini y de la del general Foy procedente de Castilla la Vieja. La guarnición se preparó á rebatir los ataques, aproximándose en su auxilio fuerzas inglesas de mar que mandaba el capitán Bloye. Verificaron los enemigos su propósito, teniendo para lograrle que asediar con regularidad tan débil plaza. Los cercados hicieron sus salidas y retardaron los trabajos, pero no pudieron impedir que la flaqueza de los muros cediese pronto al constante fuego del sitiador. Aportillada brecha se halló practicable el 11 de mayo en el ángulo inmediato al convento de San Francisco. No por eso se dieron los nuestros á partido, y una y dos veces rechazaron las embestidas de los acometedores, alentando á los nuestros el brioso gobernador Don Pedro Pablo Álvarez. Duró tiempo la defensa, á la que contribuyó no poco el vecindario, hasta que, cargando gran golpe de enemigos, y entrando á escalada por otros puntos, refugiáronse los sitiados en el castillo, y desde allí fuéronse embarcando con muchos habitantes á bordo de los buques ingleses por el lado de la ermita de Santa Ana. Quedáronse en el castillo dos compañías, aguantando los acometimientos del francés sin alejarse hasta haber arrojado al agua los cañones y varios enseres. De los postreros que dejaron la orilla fue el gobernador Don Pedro Pablo Álvarez, digno de loa y prez. El historiador Vacanni allí presente dice en su narración: « La gloria de la defensa si no igualó á la del ataque (cuenta que habla boca enemiga), fue tal empero que la guarnición pudo jactarse de haber obligado al ejército sitiador á emplear muchos medios y muchas fuerzas... >> Era por tanto acreedora la población á recibir buen trato; que los bríos del adversario mas bien que venganza é ira, infundir deben admiración y respeto en un vencedor de generoso sentir. Aquí sucedió muy al revés: los invasores entraron á saco en la villa, pasaron á muchos por la espada, pusieron fuego á las casas, y ya no hubo sino lástimas y destrozos. En vano quiso impedir estos males el general Foy: los italianos dieron la señal de muerte y ruina, y no tardaron los franceses en seguir ejemplo tan inhumano.

Historia del levantamiento, guerra y revolución de España, Volumen 3
Escrito por José María Queipo de Llano Ruiz de Saravía Toreno
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Diario EL CLAMOR PÚBLICO
Edición de fecha 19/05/1830

Treinta y siete años hace hoy que se produjeron en esta villa las escenas sangrientas del memorable Dos de Mayo. Los franceses, después de una tenaz resistencia por parte de la guarnición, entraron por asalto en la plaza; asesinaron á cuantos españoles encontraron, ascendiendo las víctimas á mas de doscientas entre hombres, mujeres y niños; incendiaron mas de trescientas casas, y se entregaron al pillaje, al robo, á la violación y á cuantos excesos pueden imaginarse.
Su aniversario se celebra todos los años con una solemne función de ánimas, pero el que se ha verificado en este día se ha distinguido sobre todos. En medio de la iglesia se hallaba colocado un sencillo catafalco, formando sus costados y el frontis los cuadros que conserva la villa para perpetuar la memoria de aquel infausto suceso, representando la entrada de las tropas francesas con hachas encendidas, los estragos horrorosos que causaron, la población convertida en un volcán ardiendo y la retirada de la guarnición y vecindario, arrojándose algunos al mar y bajando otros por escalas de cuerda, desde las peñas á las lanchas para ser trasbordados á los buques ingleses que estaban á la vista.
Se cantó en primer lugar una solemne misa de ánimas, y luego el señor Castillo, que al efecto vino de Laredo, pueblo de su residencia, pronunció un magnífico discurso fúnebre, presentándonos con una exactitud incomparable el lastimoso espectáculo que ofrecían las calles de esta villa, sus murallas y su castillo el día 11 de mayo de 1813, y como apenas habrá una familia que no tenga que lamentar los desastres de aquella triste jornada, los recuerdos de la misma y su fiel trasunto arrancaron copiosas lágrimas y sollozos a los concurrentes.
La guarnición asistió también á esta solemnidad, é hizo los honores con las descargas de ordenanza, como á capitán general con mando en jefe que impere en plaza.
 



En algunas casas quedaron las piedras negras por el incendio y aún hoy en día se pueden observar


En la iglesia hay al menos cuatro impactos de bala de cañón
 

2 comentarios:

  1. Gracias por traernos este recuerdo de una gesta casi olvidada
    Un saludo
    Rafa

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  2. Gracias, por este articulo interesante.
    Aprovechando pregunto si oíste algo sobre los Polacos en dos de mayo?

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