Don Pedro Antonio Fernández, desertor español, natural de la villa de Labastida, en la Rioja, hijo de don Anacleto y doña Eugenia Fernández, propietarios y vecinos de dicha; edad de 26 años, 5 de servicio y actualmente coronel y comandante del 3º batallón de Rioja y 8º de Navarra; con el debido respeto a V. hace las exposiciones siguientes:
El exponente con otro oficial subalterno y sus domésticos, pasando de la montañas de Santander del cuartel general de don Gabriel de Mendizábal e Yraeta, en jefe del 7º y norte de España por entonces, a incorporarse en su regimiento a las inmediaciones de Navarra y Rioja, fue detenido por las bandas de Longa y Salazar para que tomase servicio en su divisiones, a lo que el exponente se opuso por no tener orden del gobierno para ello. Los jefes de las bandas, menospreciando la legítima autoridad, por el interés de quedarse con el exponente, le robaron sus armas, caballos, dineros y equipajes poniéndolo en una rigurosa prisión. En este estado permaneció por veinte días, no causando ningún efecto a los jefes de dichas bandas los continuos y diarios avisos de su general para que lo restituyesen a su cuerpo. Viendo el exponente ser larga su prisión, y un atropello el que se hacía contra su honor, determinó salir a viva fuerza de la cárcel. A este fin se valió de dos cuchillos y una bayoneta, con cuyas armas recuperó su libertad, rompiendo a media noche por todas las guardias y centinelas, atravesando a cuchilladas a cuantos le disputaban el paso.
Lograda su libertad, se incorporó interinamente en el sitio de Burgos al ejército del general Castaños, y levantado el cerco de esta plaza, le fue preciso retirarse a su regimiento, en cuya vista se vio perseguido por una partida de las expresadas bandas al pasar su línea. Viéndose el exponente muy expuesto a la furia de la sinrazón, y temiendo morir en manos de aquellos, en la realidad brigantes, tuvo a bien (por defender su vida) refugiarse en la plaza de Briviesca, guarnición de los franceses, en cuyas inmediaciones se hallaba acosado de sus enemigos. Esta es la causa de su deserción; por la que ha prometido, y promete la mayor fidelidad a las autoridades francesas; ayudar en lo posible a la gloria de sus armas, y hacer por su parte los mayores esfuerzos en destruir sus contrarios. Movido de estos sentimientos, se toma la libertad de poner bajo la consideración de usted las ideas que sus cortas luces, y una experiencia de cinco años, le han hecho concebir para lo que hace la exposición…
El documento lo conservó Soult en su archivo, dentro de una carpeta con dos cartas interceptadas en 1813 al 7º ejército español.
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Interesante documento,Miguel,hay que leerlo detenidamente y sacar conclusiones,
ResponderEliminarSaludos!
roberto
Roberto, yo creo que este tipo únicamente quería sacar provecho del mariscal y se hizo pasar por coronel. El 8º de Navarra se formó con el 3º de Aragón y no figura el nombre de este personaje como capitán del mismo. Es posible que fuera el cabecilla de alguna partida que estaría haciendo de las suyas por el territorio de la división de Navarra, de hay su persecución y el acogerse a los franceses.
ResponderEliminarCuriosisimo documento, pero como dice Miguel, puede que sea un cabecilla de una partida, pero a mi modesto entender creo que demasiado ilustrado, pues el documento esta muy bien redactado y lo que expone muy bien desarrollado. Un saludo y me ha parecido muy interesante
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